Tepic, Nayarit, miércoles 22 de enero de 2025

El “acontecer nayarita”, de Oscar González Bonilla

Marco Vinicio Jaime

20 de Enero de 2025

(Texto expresado por Marco Vinicio Jaime Vázquez en el acto del viernes 17 de enero en la presentación del libro titulado Acontecer Nayarita/Entrevistas, cuyo autor es el singular periodista Oscar González Bonilla)

“¿Por qué la Tierra es mi casa? ¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza con otra, como un dibujo?
¿Y por qué el escaramujo es de la rosa y del mar?
Yo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo.”
-Silvio Rodríguez (poeta y cantautor cubano).


Óscar González Bonilla vive de preguntar. Él pregunta todos los días bajo una estructura profesional en el marco de la comunicación, del ejercicio periodístico, en el género de “Entrevista”, en el que se especializó, y le ha abierto la puerta a sinfín de horizontes en el polifacético universo de la libertad de expresión, y consecuentes satisfacciones, como lo es el Premio Estatal de Periodismo en diversas ediciones. 

Lleva mucho tiempo formulando preguntas como poderosa herramienta con la que ha recabado claves sustanciales para la decodificación del acontecer, a partir de indagar en la historia de sus protagonistas en el ámbito político, económico, social, artístico y cultural. Si la connotada mayéutica socrática conlleva el estratégico intercambio de preguntas y respuestas para llevar al interlocutor a la verdad, en el resguardo de toda proporción, el también conocido como “reportero de la gente”, ha llevado a cada uno de sus entrevistados a la amalgama conjunta de grandes verdades en el derecho colectivo del saber para entender el devenir.

González Bonilla, hoy optó sin más en edificar una singular compilación de 36 de sus entrevistas en un libro, una propuesta especial de enriquecimiento del acervo comprendido en años del acontecer contemporáneo en el Estado: “Acontecer Nayarita”; y no podía pues haber asignado mejor nomenclatura, para definir así de claro y sin mayor preámbulo, esos capítulos desde la perspectiva de muchos de sus actores fundamentales en el engranaje de la historia local y regional, para la lectura y disfrute ameno de todo el que desee asomarse en su trama y saber de por qués, cuando, de qué, de cómo, dónde y quiénes.

Así, es de resaltar el concepto del reputado Gabriel García Márquez con respecto al género periodístico de la “Entrevista”, plasmado en el prólogo, a bien esbozado por el destacado columnista y catedrático Salvador Mancillas Rentería: “las entrevistas son como el amor, se necesitan por lo menos dos personas para hacerlas, y solo salen bien si esas personas se quieren; es decir, solo si se entabla una conexión empática”.

Óscar González Bonilla, pudo pues entablar una gran conexión empática con aquel hijo del pueblo de La Labor, municipio de Santa María del Oro, que llegó a crecer como gran comerciante y empresario a base de esfuerzo continuo y de generar en lo posible bienestar a su comunidad, según confesó, y le fue conferida por sus propios congéneres, la confianza de ser Alcalde de su municipio, y después legislador y funcionario del Estado, responsabilidades que, agregó, serían elementales para responder a su gente y al resto de Nayarit.

Asimismo, González Bonilla, tendió con empatía el puente comunicacional con aquella mujer que se forjó en la serranía, fue fundadora en su comunidad del partido en el que trabajaría con tesón para extender con acciones concretas las bondades ideológicas y de bien común entre  sus coterráneos, y posteriormente en su pueblo ser la mujer que rompería paradigmas y estereotipos para gobernar el municipio, La Yesca, y posteriormente continuar con su carrera en la legislatura local y de ambas cámaras del Congreso de la Unión.

También, la empatía le permitiría a nuestro reportero audaz, “de la gente”, inquirir y conocer de voz en directo el comienzo, desarrollo y consolidación social y política de otra mujer, pero en las filas de la izquierda: enriquecer con su propia fuerza el impulso de su cónyuge a nivel local y federal, tanto en tareas partidarias como de representación popular en el plano estatal y federal.

Mientras tanto, González Bonilla, llegó de esta manera en su momento, a preguntar con empatía, hasta las oficinas institucionales de un heredero natural del liderazgo emblemático que durante décadas daría fuerza y representatividad en la reivindicación de derechos laborales y políticos del sindicalismo magisterial de una de sus más importante secciones en la Entidad, y ante el ineluctable deceso del “patriarca”, el profesor respondería satisfactoriamente a esa empatía prodigada con una significativa clave: “mientras los maestros se mantengan unidos y crean en el peso del sindicalismo y en el esfuerzo que permitió obtener las conquistas actuales, nuestra lucha y presencia continuará”.

Con empatía, el buen Óscar abordó en cierto período neurálgico de gobernanza estatal, al actor, al agudo poeta, sensible escritor, e indómito artífice del arte y la cultura (que en su vasto capital experiencial anexa incluso su paso por el Congreso local), para dar fe y desentrañar los entresijos de un peculiar movimiento de protesta que encabezó en contra de lo que dijo tener pruebas contundente de lo que se hizo mal, y presentó ante las autoridades correspondiente para exigir justicia en favor de todos los nayaritas.

En este mismo periodo de gobernanza, con empatía, González Bonilla logró la respuesta precisa de esa lideresa sindical a la cabeza del gremio de trabajadores al servicio del Estado con mayor presencia y agremiados, que, sin más, reveló lo que apuntó, constituía la trama urdida desde lo más recóndito a intramuros de Palacio en su contra, y en contra de todo laborista, para debilitar, restar derechos e instalar un régimen omnímodo, negando al pueblo la oportunidad de un futuro mejor.

Ubicado un día en su cotidiano sitio de reposo, de deliberación y encuentro con homólogos del ejercicio periodístico al fragor de la tradicional bebida aromática, Óscar logró distinguir al Diputado local, que, en su paso por la acera, permitió al reportero entablar encuentro, hacer uso de la llave empática, y abrir espacio para la entrevista: “¿Por qué te dicen [así]’, ¿cuál es el origen de tal sobrenombre?”. El joven legislador no solo respondió de su natalicio, sus progenitores, y las circunstancias de su estancia en los municipios de El Nayar, Tepic, y Rosamorada, sino detalles de este último en donde en el marco de juegos infantiles, de “varones”,  revelaría su afecto por tal niña, de nombre Refugio, y le llevaría consigo como señal de identidad por decisión de sus pares de entonces, a lo largo de su existencia, a la que posteriormente en su formación social, deportiva, política y cultural, precisamente en la ideología de izquierda, sacaría ventaja y raigambre popular. 

La identidad que corresponde a cada una de las características descritas anteriormente, sin duda, más de alguno de nosotros las pudo relacionar a cabalidad, pero el disfrute mayor será el refrendarla directamente en el libro “Acontecer nayarita”, de Oscar, lo mismo que con el resto de los personajes que aquí se contienen. Invitados, por tanto, estamos todos a esta gran aventura.

Oscar González Bonilla, vino a escena pues indiscutiblemente para preguntar, porque, así como concluye el poeta Silvio Rodríguez, “si saber no es un derecho, seguro, [entonces] será un izquierdo”.

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