Brawen, Hada Reina de la Primavera”
Rocío Alegría Treviño (Cielo)
21 de Enero de 2025
El invierno comienza a retirarse, las hadas de esta estación vestidas con sedas plateadas, coronas de color azul plumbago, patinan sobre el hielo que se forma en los charcos, Caillech, La Reina de las Nieves, se prepara para marcharse a descansar, las colinas plateadas cubiertas de nieve comienzan a derretirse, es hora de partir, el sol anuncia la llegada de la primavera y las hadas del Invierno notan que los pajarillos que habían emigrado a buscar lugares más cálidos, comienzan a regresar, dando cantos de algarabía posándose en los árboles aún desnudos, pues el otoño con sus fuertes vientos, arrancó todas sus hojas y en el crudo invierno se morían de frío.
Sin embargo, las Hadas del Invierno, los revitalizaban con su energía, reparando el daño que les causó el invierno y el aire gélido, están felices, hacen una reunión en la noche de Luna llena, giran y giran cada vez más rápido en una danza frenética adorando a la Luna, solo es perturbada esa danza por el silbido del viento en un paisaje cubierto por un manto blanco. Caillech se adueña de los bosques y montañas silenciosas, en invierno, las avecillas emigran, los animales duermen su siesta, así que hay mucho silencio.
Pero saben que tienen que irse, la primavera ya viene y necesitan dejarles su lugar. Todas las hermosas hadas se despiden de los árboles, de las plantas, prometiendo volver, cuando regrese el invierno, los acarician y entregan toda su energía de amor, para que comiencen a brotar sus ramas y hojas, en algunos también sus frutos, con una capa plateada de azul y corona de flores exóticas del invierno, violetas y aguamarinas, se despiden con gran nostalgia, a veces derraman pequeñas lágrimas que se convierten en trozos de hielo, que cristalizados parecen bellos diamantes.
Se despiden y alejan a otro lugar del mundo, donde deben llevar su energía y revitalizar las plantas y bosques, emigran a darle vida a esos bosques gélidos, tapizados de blanco.
En el bosque, todo va resplandeciendo, se colorean los campos de bellas flores, los árboles recobran sus ramas y bellas hojas, las avecillas retornan y hacen sus nidos en las copas de los árboles, que felices los reciben, el Hada de los Tulipanes se despierta, comienza a frotar sus hermosos ojos, después de un largo sueño, ella es la encargada de despertar a todas las hadas de la Primavera, todas duermen en un tapiz multicolor de pétalos de flores, debajo de las grutas en las altas colinas, levantan sus bracitos y se estiran, todavía somnolientas, después de un largo invierno. El Hada de los Tulipanes se viste rápidamente. Con delicadeza toca los bulbos de los tulipanes, cuando éstos emergen, las hadas se dan cuenta que la primavera ha llegado.
Se visten con hermosos vestidos de hojas y flores, adornados con frutos y se preparan para recibir a su reina, cada hada se despierta junto a su flor respectiva, o sea la que ellas escojan, están aflojeradas, se estiran y bostezan, pero saben que deben darse prisa, los tulipanes, relucientes las invitan a seguir en su rutina. Ya reunidas en un claro del bosque, iluminadas por los bellos rayos del sol, entonando dulces melodías danzan, recolectando pétalos de rosas, poniendo un tapiz hermoso en el centro de esa rueda, pues ahí danzará su reina: Brawen, quien aún duerme exquisitamente, cobijada por miles de pétalos de flores, más ya escuchó el canto de los pájaros, el silbido de los vientos con canciones de alegría. ¡Llegó la hora! …Dice y se levanta muy despacio.
Mientras en un claro del bosque las demás hadas danzan felices arrojándose pétalos y hojas, con los pajarillos revoloteando a su alrededor, en el cielo, las nubes se divierten formando mil figuras que alegran a las hadas, en ellas viajan los Silfos, Señores de los Vientos. Quienes las saludan de lejos, celebrando la fiesta venidera.
Las Ondinas, Náyades y Ninfas, al pasar en los arroyuelos las saludan endulzándolas con sus cantos, pero ellas se preocupan, su reina, no viene, ¿Qué pasaría con ella? Jamás se tarda, se viste de las más bellas hojas de las plantas y flores, adorna sus cabellos con guirnaldas de azucenas y jazmines, es una belleza. Porta brazaletes en sus muñecas y los tobillos también los adorna con finas lianas entrelazados con aguamarinas y jades. El Hada de los Tulipanes es la encargada de ir a despertarla, toma el más bello de los Tulipanes y se lo lleva como ofrenda. Pero al llegar al lugar donde descansa la bella Brawen, se da cuenta que no está. Cosa que la extraña, pues siempre ella es la que le ayuda a vestirse y prepararse para la Danza de la Primavera.
La llama con una voz dulce y celestial, pero nadie responde, asustada, corre con las demás hadas que ya impacientes se sientan a descansar de tanto bailar, se recuestan entre muérdagos y tulipanes, dejándose abrazar por el fresco aire que las envuelve. Llega el Hada de los Tulipanes. . . Les dice, nuestra Reina Brawen ha desaparecido. ¿Cómo? . . . . . Preguntan todas a coro, incorporándose y preocupadas, esto no puede pasar, la primavera debe anunciarse, los pajarillos llegan de todas partes, los animales que dormían placenteramente, ya se acercan a unirse a la fiesta.
Lo se. … Dice el Hada de los tulipanes, quien sostiene el más hermoso tulipán como si fuese un cetro. ¿Ahora qué haremos? Se sientan tristes, el día avanza, temen que el sol se oculte y llegue otro día sin que la primavera llegue, temen que las sombras continúen y la nieve vuelva a cubrir los bosques. ¿En dónde estará? Ella nunca ha sido irresponsable, sabe que es su obligación perfumar el ambiente primaveral, vestir de colores los bosques y colinas.
La buscaremos, que nos ayuden los Silfos, Las Ondinas y las Salamandras que son las que reinan en el fuego. Los Silfos en los Vientos, Las ondinas, Ninfas, Sirenas en las Aguas de ríos, lagos, arroyuelos, etc. Todos se unen en una búsqueda desesperada. La llaman, comienza a oscurecer y la bella Brawen no aparece. Oscurece y un viejo Búho, que está sobre una de las ramas del Roble, les dice…. Yo vi cuando los gnomos se la llevaban. ¿Los Gnomos? Pero si son nuestros amigos, ellos cuidad de la tierra.
Pues solo les digo lo que vi. . . continúa diciendo el búho. Mandan a los Silfos, para que a través del viento navegando entre nubes algodonadas viajan surcando el infinito, se encuentran en un volcán a la Salamandra, le preguntan por la bella Brawen, sin embargo, no sabe nada, pero les dice que va a ayudarles, se mezcla con la inmensa lava que corre desde lo más íntimo de la tierra para salir en otros lugares lejanos, a su paso va preguntando por la Bella Hada de la Primavera, pero nadie sabe de ella.
Al pasar por una cueva alcanza a ver algo, se detiene y sale de la lava hirviente, convertida en una llamarada rojiza y candente, se desliza por la gruta y ve a la hermosa Brawen. Está dormida, le dieron a beber un té venenoso, para que muera, para que jamás despierte, pues una mujer Gnomo, la envidia muchísimo, envidia su belleza, su canto y su alegría, la luz que irradia y sobre todo la danza bellísima que realiza al anunciar la primavera, moviéndose al compás de la música de los vientos y pajarillos, bailando sobre un tapete multicolor de pétalos de flores perfumadas y exquisitas. Quiere que muera, no quiere volver a verla, no desea más primaveras, pues está acostumbrada a la oscuridad y quiere que afuera siempre haya oscuridad.
La Salamandra la escucha y se horroriza, ve que los gnomos la obedecen, se extraña, porque todos son amigos entre sí cada uno realiza el trabajo que Dios les ha asignado, además entre ellos no debe existir ningún tipo de envidias ni rencores, pues son seres divinos que están en la tierra para ayudar a los humanos, a revitalizarlos, guiarlos y protegerlos.
¿Qué le pasa a ese Gnomo? La Salamandra se da cuenta que, a los gnomos, les ha dado a tomar un brebaje hecho de hierbas venenosas y sedantes, que los convierten en zombis, acatando solo las órdenes de ella. Tiene que hacer algo, las cosas no pueden quedarse así. Se incorpora en la lava ardiente y sale a la superficie, platica con las hadas, las Ondinas, los Silfos, les comenta lo que sucede y tratan de buscar la forma de liberarla, los Gnomos están bajo el efecto de esas plantas y no obedecen más que a ella.
Pero El Dios del Universo, ve lo que sucede, desciende en un rayo luminoso, dorado y plateado, con destellos rojizos, violáceos y anaranjados. Su luz ilumina todo el bosque, su bella voz es una melodía, les dice…. No se preocupen hijos míos, sé el esfuerzo que han hecho, no sé cómo ese Gnomo pudo contaminarse de ese modo, nadie de ustedes debe portarse así, fueron creados para dar amor, purificar los vientos, colorear los bosques y colinas, proteger y ayudar a los hombres, guiarlos, aconsejarlos y ayudarlos en sus faenas.
En sus manos trae un cetro de oro, resplandeciente, adornado con piedras preciosas que despiden infinidad de rayos de diferentes colores, sus ropas son de seda finísima de colores azules, plateados y dorados. Levanta su cetro y lo deja caer al suelo, se cimbra con fuerza, la tierra se sacude en un temblor horrible, todos buscan refugio, la ira del Dios del Universo se ha desatado. Vuelve a dejar caer su cetro haciendo un hoyo inmenso, por donde los ríos penetran desbordándose por los huecos de la abertura, las ondinas se aferran a las plantas temerosas de caer en algo horrendo.
Los Gnomos, al sentir que la tierra se desgaja, que truenan sus entrañas, se asustan y despiertan del letargo en que estaban sumidos por ese te que se les había dado, enojados voltean hacia la Gnomo que asustada se repliega en una gruta, ven que la Hermosa Brawen está a punto de morir, está pálida, su pulso ya no se siente, unas ojeras moradas se perfilan en sus párpados. Se dan cuenta de lo que han hecho.
Se juntan muchos de ellos, pues son pequeñitos y El Hada Reina de la Primavera, para ellos pesaba mucho, con dificultad la cargan y llevan hasta la superficie, mientras abajo el agua penetra por todos lados mezclándose con la lava hirviendo tras el enojo de la Salamandra, muchos corren a refugiarse, otros salen detrás de la bella Brawen. La depositan suavemente en el tapiz de pétalos de hermosas flores. Asustados ven al Dios del Universo, pero éste, les perdona, sabe que ellos no tuvieron la culpa.
Se acerca a la bella Hada y toca su frente con su cetro de oro, sopla cálidamente sobre su rostro y ella abre los ojos, sorprendida de encontrarse con el Dios Omnipotente y Poderoso. Señor. . .. Le dice... Y se inclina ante él, el Gran Dios solo la toma de la mano y le dice que se levante. Todos cantan ríen, los silfos danzan entre las nubes jugueteando con ellas, las ninfas salen de las aguas para cantar y adorar al Hermoso Dios.
El, feliz llama a los gnomos, quienes avergonzados por lo que hicieron se inclinan ante él; esperando algún tipo de castigo, pero solo les dice. . . les pido que se cuiden, que no permitan que nada, ni nadie les robe su albedrío, que robe sus mentes y no los deje pensar, es el mejor regalo que tienen, no deben perder eso jamás.
Y Tú hermosa Brawen, creo que tienes algo pendiente que hacer. Si Sr.. . Le dice, se inclina en una bella reverencia, corre hasta su gruta donde la espera El Hada de los Tulipanes para vestirla con sus mejores galas, escogió hojas bellísimas, aperladas y flores exquisitas para hacer su vestido, las lianas delgadas y trenzadas con piedras de jade, esmeraldas y aguamarinas adornan sus muñecas y tobillos, era una Fiesta especial, tenía que verse radiante, el Mismo Dios del Universo estaría presente en su danza, el Dios hermoso, llamo a la Gnomo a que presenciara la danza.
Pasó su cetro dorado por todo su cuerpo y ella lucía feliz con una bella sonrisa. Había olvidado toda envidia, veía con ojos radiantes a la hermosa Brawen danzar sobre el tapiz de pétalos de infinidad de flores de distintos colores y aromas, en una danza magnífica y celestial, el sol volvió a su lugar y brillaba intensamente, los cabellos dorados de la reina de la Primavera se despeinaban y al hacerlo dejaban sentir un grato perfume que inundaba todo a su alrededor, los silfos entonaban melodías junto con los pajarillos, las hadas danzaban a su alrededor, llevando en su mano la flor preferida por cada una de ellas; los animales acompañaban y disfrutaban el esplendoroso baile que contagiaba emanando perfumes almibarados.
La bella Brawen, estaba radiante, veía como miles de aves regresaban, las flores se abrían esplendorosamente, embriagando con su perfume, bailaba y bailaba, el Dios del Universo, se pone en el centro con ella y danzan juntos en una danza celestial divina. Le da un beso en la frente y moviendo su cetro desaparece, dejando un halo de energía que toca los corazones de todos los ahí presentes. ¡La Primavera llego al fin! Todos rieron y danzaron hasta que el sol se ocultó dando lugar a una bella luna plateada, que los iluminó, mientras cansados se dejaban caer sobre la infinidad de pétalos y hojas, que los recibieron con alegría.
Los gnomos regresaron a sus grutas y la Gnomo que antes odiaba a la Hermosa Hada, Reina de la Primavera, corre a abrazarla, se despide de ella dándole un beso en su mano, Brawen, la despide tiernamente, ve como, todos son parte del Universo, cada uno en su espacio, nadie debe descuidarse. Las energías negativas pululan por doquier envenenando el alma y el espíritu; Tienen que ser cuidadosos. Observa con maravilla los verdes campos y las pendientes y montañas, repletas de árboles frutales, flores bellísimas que adornan el paisaje.
Por fin. . .. La primavera llegó. . .. Nadie puede contra el poder Divino del Dios del Universo. . .. ¡Nadie! . . . .
Y colorín colorado, ¡este cuento se ha terminado!!!
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