Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la fraternidad y la amnistía
Oscar González Bonilla
03 de Agosto de 2017
(Primera parte)
Prometí extraer comentarios con base en la lectura del libro Los Suspirantes 2018 que en su edición tiene como pieza fundamental a Jorge Zepeda Patterson, quien además de coordinar este esfuerzo editorial, propuso “a un grupo de periodistas destacados hacer un ejercicio de investigación sobre los precandidatos que buscarán la presidencia en 2018”, como lo había realizado en 2006 y 2012.
Los Suspirantes 2018, sostiene en la introducción Zepeda Patterson, además de “ofrecer una radiografía de carne y hueso, entendemos que trabajos como éste ayudan a cubrir el vacío que se instala entre los productos mediáticos que fabricarán las campañas y las trayectorias reales de aquellos que aspiran a gobernarnos. Los ciudadanos se ven obligados a elegir entre meros productos de marketing político”.
Además explica que el orden de los capítulos fue decidido en razón directa a la posibilidad de estos personajes para llegar a ser finalistas en la lucha por las candidaturas, a juicio de este editor: Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala, Miguel Ángel Osorio Chong y Ricardo Anaya, entre otros.
Sin duda se establece que en 2018 AMLO aparecerá en la boleta electoral como candidato de MORENA a la presidencia de la república, ventaja que no tienen los demás aspirantes de los otros partidos, de allí que sea el primero en la lista. Del tabasqueño fue el propio Jorge Zepeda Patterson, periodista mil veces laureado, responsable de elaborar el “trabajo de investigación y pasaje biográfico de este suspirante, que nos muestran cómo y por qué construyó su carrera pública”.
“Los astros parecen estar alineados a favor de Andrés Manuel López Obrador para que su tercer intento de llegar a la presidencia sea el bueno”, dice de entrada Zepeda Patterson. Y mi punto de vista desde hace buen tiempo ha sido: después de más de 80 años de PRI, 12 de PAN, se hace necesario que nuestro país tenga la oportunidad de un gobierno de izquierda.
“Andrés Manuel López Obrador intenta convencernos de que ha cambiado. El otrora “peligro para México” se presenta como el candidato de la fraternidad y la amnistía. Su discurso sigue siendo a favor de los pobres, pero ya no en contra de los ricos; en su equipo de trabajo de cara a 2018 proliferan empresarios y figuras vinculadas a los dueños de la televisión mexicana, presunto origen de todos los males. En suma, un AMLO 3.0”.
“A lo largo de su vida, López Obrador ha sido llamado de muchas maneras. Fue el Molido en la primaria; el Americano en la secundaria, y Piedra en la universidad; fue Lesho, para los chontales, y el Comandante para los priistas de Tabasco. López Obrador se fue despojando de todos estos apodos para convertirse en el Peje, el fenómeno político y social que se ha propuesto modificar la historia del país”.
En su narrativa Jorge Zepeda Patterson da cuenta que al pequeño poblado de Tabasco nombrado Tepetitán, procedente de Veracruz, llegó su abuelo materno José Obrador Revuelta, originario de Ampuero, Santander, España, para ahí poner una tienda. Arribó junto con su esposa Úrsula González y seis hijos (todos nacidos en México), entre los que se encontraba Manuela, madre del ahora precandidato presidencial.
“Su hija Manuela creció ayudando en las tareas de la tienda y terminó heredando la vocación mercantil de su padre. Años más tarde, cuando conoció al señor Andrés López, padre de Andrés Manuel, un veracruzano que había llegado como velador de un depósito de Pemex, lo convenció de cambiar de profesión y establecer una tienda por su cuenta. Andrés y Manuela fundaron “La Pasadita”, a unos metros del local de su padre, y habilitaron la trastienda para vivir y multiplicarse: Andrés Manuel, el primogénito, nació el 13 de noviembre de 1953, y con diferencia de uno a dos años llegaron otros seis hermanos: Ramón, en diciembre de 1954 (qepd); José Ramón, Pepín, en marzo de 1956; Arturo, en octubre de 1957; Pío, en mayo de 1959; y los gemelos Carmen y Martín, en noviembre de 1964”.
Por las mañanas Andrés Manuel en Tepetitán iba a la primaria, por la tardes jugaba, nadaba y pescaba en el río. Lo apodaban el Molido, pero nadie recuerda el motivo, asegura Patterson. “Cuando Andrés Manuel terminó la primaria, los padres decidieron enviarlo a la única secundaria de la región, la de Macuspana (cabecera del municipio). Quizá la soledad o la presión de su madre para impedir que el niño se desbalagara lo llevaron a convertirse en monaguillo de la iglesia católica San Isidro Labrador, allí en Macuspana. Un año más tarde, cuando el siguiente hijo llegó a la edad de cursar la secundaria, el matrimonio decidió mudarse a Villahermosa. Es por ello que la primera parte de la secundaria, Andrés Manuel la hizo en la escuela “Rómulo Hernández García”, de Macuspana, y la segunda en la secundaria federal, en la capital del Estado”.
En la actualidad ningún familiar reside en Tepetitán. La casa donde nació y vivió Andrés Manuel, a unos cuantos metros, la otrora “Pasadita”, es hoy una cantina de rompe y rasga, afirma Jorge Zepeda Patterson.
(Continuará)
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