Opinar sobre el tema de la detención de la periodista Libni Tapia por elementos de la policía municipal de Tepic al interior de la clínica del ISSSTE, es una tentación que no pude resistir aun hayan pasado algunos días, pues el hecho ocurrió el 10 de septiembre.
De entrada diré que la acción de la policía municipal, de guardia en el nosocomio, es flagrante arbitrariedad a una representante de la sociedad, acción entero reprobable al poner límite al ejercicio libre de la profesión de la periodista con la fuerza que representa la autoridad.
Libni fue detenida por el policía de guardia en el interior del hospital del ISSSTE al momento de visitar a un familiar en el pabellón de los pacientes afectados por el dengue.
Pero no fue por esta razón, sino porque al aprovechar sus excelentes dotes de periodista se dio a la tarea de recoger versiones textuales de familiares y de los propios enfermos, matizadas con videograbación, seguramente con su cámara fotográfica que integra este aditamento.
En ese instante que desplazaba su actividad, gozosa al obtener material exclusivo e inédito, una de las enfermeras avistó al guarda que ni tardo ni perezoso la emprendió contra la audaz reportera, bajo el argumento de total prohibición sin siquiera mediar diálogo. No, sólo la tajante aplicación de la orden superior.
Libni, según las crónicas periodísticas, fue retenida injustificadamente buen tiempo en el local del guardia dentro del hospital, hasta donde llegó en su auxilio su compañero Ricardo Esquivel Fierro, quien al video grabar con celular también fue objeto de detención.
Total, se armó el merequetengue al saberse que en patrulla fue trasladada Libni hasta las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, donde después de veinte minutos de permanencia el titular de la dependencia, General David Pérez Landeros, ofreció disculpas a la reportera ante buen número de compañeros de gremio que se aprontaron a su defensa, en exigencia de su inmediata libertad.
El delegado del ISSSTE de Nayarit, doctor Antonio Sandoval Pazos, en conferencia de prensa tuvo que dar la cara para deslindar su responsabilidad en lo que fue considerado un atentado a la libertad de expresión, al indicar que la seguridad del hospital está subrogada a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Conociendo como conocemos al doctor Sandoval Pazos, damos por hecho que la detención no fue ordenada por él, en todo caso sabría el galeno manejar la situación de tal manera que ninguna de las instancias saliera perjudicada. Aunque doctor en medicina, Sandoval Pazos es conocedor de periodismo y periodistas, pero además de excelente persona y buen trato, es político conciliador. Jamás hubiera permitido semejante vejación.
El tema del dengue hace meses que ocupa primer plano en los comentarios de boca en boca de los habitantes de Nayarit, por tanto se dice que esta enfermedad ha afectado a innumerable cantidad de coterráneos, muchos de los cuales extraoficialmente se asegura han muerto.
Por la escasa información de las autoridades sanitarias se tiene la creencia que se maquillan o se esconden datos verdaderos, razón por la cual Libni Tapia fue tras el filón informativo que representa la versión directa de los afectados, enfermos de dengue y familiares.
La oportunidad de estar al centro de la acción no la dejó escapar. Viene de haber prestado sus servicios a un medio cuyo director promueve la investigación periodística, aderezada la nota sensacionalista pero veraz con rigor al recoger la información directo de la fuente. Nada de especular. Si sucede se publica, con entera libertad para el desarrollo del reportero.
Aunque algunos compañeros cuestionan que Libni Tapia debió pedir permiso, hay quienes sostienen que para ejercer la profesión u oficio periodístico a nadie habrá que pedir autorización, sin embargo debe estar bien consciente el reportero de los riesgos que implica trasgredir una orden a cambio de lograr información privilegiada que al ser publicada recibirá el reconocimiento de la sociedad.
Esta vez Libni Tapia intentó poner en evidencia a las autoridades de salud de Nayarit mediante una muestra de enfermos de dengue, suficiente como para dejar en claro la ineficacia e ineficiencia en el combate de la epidemia.
Contratada por el portal “Nayarit me gusta” promovido por el Partido Acción Nacional de Ramón Cambero, necesariamente el tema del dengue fue convertido en político para llevar agua a su molino. Aunque hay pluralidad informativa, no deja de visualizar la tendencia al propósito político de favorecer la filiación panista.
Pero ¿qué medio informativo, escrito, electrónico o alternativo, no obedece al interés económico, empresarial, político, ideológico partidista y hasta religioso? Todos, nacen con un propósito bien definido, por tanto no debemos asustarnos.
Lastima la poca solidaridad de algunos integrantes del gremio, por fortuna pocos, hacia la talentosa compañera tecualense (San Felipe Aztatán) Libni Tapia Carrillo. Por unanimidad debemos mostrar rechazo a esta práctica policíaca vil y deleznable que nos incumbe a todos, hasta el propio gobernador Roberto Sandoval no debió tan sólo manifestar adhesión incondicional a la reportera, sino como representante del Poder Ejecutivo Estatal ordenar acciones punitivas.
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