Con Allende se cerró la vía pacífica
Octavio Camelo Romero
12 de septiembre de 2013
Fue hace más de 40 años que la humanidad tuvo la posibilidad de la vía pacífica o electoral al socialismo. No se entendió la diferencia entre un movimiento democrático-burgués dirigido por la pequeña burguesía y un movimiento democrático-socialista dirigido por el proletariado. Sin embargo en Chile se había constituido un “Bloque Histórico” con todas las fuerzas nacionalistas y algunas antinorteamericanas para en los comicios llevar a Salvador Allende a la presidencia de su país. El triunfo electoral llamó la atención de los movimientos contestatarios del resto de países latinoamericanos y de ciertos países de otros continentes. Se estaba ante una novedosa vía de acceso al poder para transitar al socialismo, la cual contradecía a los fundadores del marxismo en el sentido del uso de la fuerza o de las armas para la toma del poder político y constitución del estado proletario. Con Allende fue algo semejante a lo que le sucedió a Madero el bueno, no a Madero del PAN, quien dejó a los mismos militares en el ejército pensando que se portarían bien y a favor de la nueva república. La traición no se dejó esperar. Y es natural porque ellos representan la fuerza del dominio del capital por más que estén en algún sindicato. Lo mismo le pasará a Águeda con las policías de su sindicato. Sin embargo fue tanta la esperanza del cambio que personajes como Paulo se fueron a Chile a prestar sus servicios. Al rato tuvieron que regresarse clandestinamente porque EEUU comisionó a Augusto Pinochet para interrumpir el viraje hacia el socialismo. Hoy a más de 40 años de distancia todavía los capitalistas le reclaman a Salvador Allende el no haberse quedado en el movimiento democrático-burgués liderado por él, y el haber intentado transitar hacia el socialismo. El presidente de Chile Sebastián Piñera, auténtico y genuino representante del capitalismo chileno en una entrevista lo dijo: "a pesar de que el presidente Allende fue elegido democráticamente, mi opinión es que él empezó por no respetar los principios democráticos básicos. El no tuvo ningún respeto por la ley”. Luego insistió “ésta fue una situación muy dramática para Chile, porque la gente del país no estaba de acuerdo con transformar a Chile a un modelo de socialismo marxista como el de Cuba". Sobre el golpe confesó que "la mayoría pensaba que esto sería una situación breve y que la democracia se reanudaría al poco tiempo después. El Ejército actuó no porque se volvieron locos un día. No fue algo repentino, no fue una sorpresa".
Se sabe que Salvador Allende comunicó el 9 de septiembre a los comandantes en jefe que el martes 11 iba a anunciar un plebiscito en el cual se iba a poner su cargo en juego, lo que echa por tierra la mentira de que se iba a la Guerra Civil.
Es evidente que la clase capitalista chilena estuvo orquestando junto con el gobierno norteamericano el golpe de estado en Chile. Y el actual presidente de ese país fue partícipe directo. Sin embargo, hoy están vinculados a China y no a EEUU porque así como traicionaron a Allende pueden traicionar a cualquiera, incluyendo a Obama. No se les puede confiar ni un costal de alacranes. Por eso es poco explicable la actitud de la anterior presidenta al amortiguar demasiado las demandas justicieras contra quienes habían realizado el genocidio. Y menos explicable es la actitud de la hija de Salvador Allende que agradece al presidente Piñera el haber echado estiércol sobre la figura de su padre.
La década de los años 70 del siglo pasado fue rica en experiencias agradables y desagradables de los movimientos contestatarios latinoamericanos. En México surgieron los frentes populares después de la masacre de 1968. Y en Nayarit surgió el Frente de Defensa Popular dirigido por un puñado de jóvenes. A propósito uno de los integrantes de este frente fue Arturo Zúñiga quien salió exitoso de la intervención quirúrgica para extirparle el tumor cerebral. Ya está en terapia intensiva.
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