Nefastas y perjudiciales privatizaciones y concesiones
Sergio Mejía Cano
25 de Marzo de 2021
En 1937 el General Lázaro Cárdenas del Río, entonces Presidente de la República Mexicana, nacionalizó los ferrocarriles, y al año siguiente, expropió el petróleo. En 1960 el presidente Adolfo López Mateos, nacionaliza la Industria Eléctrica. En 1982 el presidente José López Portillo, nacionaliza la Banca; y en 1987 el presidente Miguel de la Madrid Hurtado, aglutina en una sola línea ferroviaria, Nacionales de México, a todas las líneas férreas concesionadas, terminando por anticipado las concesiones a particulares.
Sin embargo, ahora la mayor parte, si no es que todo de estas empresas, de nueva cuenta ya están en manos extranjeras, tal y como estaban hasta antes de la llegada de el Tata Lázaro Cárdenas del Río a la Presidencia de la República en 1934.
Se podría decir que existe algo muy similar en las concesiones al capital extranjero de las empresas antes consideradas como áreas estratégicas para nuestra Nación. Similar, porque a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se comenzó a fraguar la entrega o regreso de estas empresas consideradas ya mexicanas, a manos extranjeras. Aunque también se podría decir que les faltó tiempo para entregar el cien por ciento de estas empresas, porque Enrique Peña Nieto no pudo privatizar lo que hacía falta por devolver a esas manos extranjeras.
López Portillo nacionaliza la banca, y Miguel de La Madrid desmantela una parte de esa nacionalización; llega Salinas de Gortari a la Presidencia de la República, y entrega la banca supuestamente a mexicanos; pero que no tenían ninguna experiencia en la Banca, negándole la oportunidad a los antiguos banqueros mexicanos que volvieran a recuperar sus bancos, tal el caso muy sonado del empresario poblano Manuel Espinosa Yglesias quien, al ver que de nueva cuenta se estaba privatizando la Banca mexicana, quiso recuperar su Banco de Comercio (Bancomer), pero le fue negada esa oportunidad, porque ya los tenían en su poder amigos de Carlos Salinas como Jorge Lankenau Rocha, Carlos Cabal Peniche, Ángel Isidoro Rodríguez alias “El Divino”, entre otros, quienes por su inexperiencia bancaria, quebraron la Banca Mexicana, dando paso a que se creara en el siguiente sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, el mentado “FOBAPROA”, en donde se rescató con dinero público a esa Banca mexicana que habían quebrado los que no eran banqueros, pero apoyados por Ernesto Zedillo y su Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez.
Y a propósito de Ernesto Zedillo, si bien De la Madrid Hurtado había aglutinado a todas las líneas férreas en una sola, Ernesto Zedillo entregó los Ferrocarriles Nacionales de México a la Iniciativa Privada, supuestamente nacional, pero se rumoreaba y se comprobó posteriormente, que más bien la entrega de los ferrocarriles era al capital extranjero, desde luego que estadounidense.
Y con la Industria Eléctrica, pues hoy en día el conflicto está en la palestra nacional con amparos de los que se sienten afectados a pesar de que están saqueando al país y desde luego a la Comisión Federal de Electricidad; de ahí que no ande tan errado el presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus declaraciones respecto a las empresas extranjeras que ya tienen tiempo sangrando impunemente a nuestra ya de por sí depauperada Nación.
Y de Petróleos Mexicanos, pues ni se diga. Sus problemas han saltado a la vista; tanto así, que siendo presidente Peña Nieto viajó a Inglaterra para informar a los ingleses que ahí estaba de nueva cuenta el petróleo mexicano a sus órdenes; dando a entender quizás, que lo hecho por don Lázaro Cárdenas había sido un desacierto y un agravio para los ingleses.
La similitud en todo esto, es que por ejemplo, con los Ferrocarriles de México y la Banca Mexicana: se les quitan a sus antiguos concesionarios y dueños, respectivamente, y no se les regresa nada, sino a nuevos concesionarios y banqueros que no eran banqueros.
Y por si había duda que los ferrocarriles se entregaron nuevamente a extranjeros, Ernesto Zedillo pasó a ser consejero y asesor del ferrocarril estadounidense Union Pacific y, recientemente, se anuncia la compra por parte de la empresa ferroviaria Canadian Pacific, del ferrocarril estadounidense Kansas City Southern (KCS), empresa en la que se dice, también está involucrado Ernesto Zedillo. A este ferrocarril del KCS, le fue concesionada la ruta centro, nororiente de nuestro país, y ahora pasa a ser propiedad de Canadian Pacific, lo que indica que los ferrocarriles de nueva cuenta son extranjeros.
Sea pues. Vale.
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