Educación pública pertinente, científica y gratuita
Octavio Camelo Romero
17 de Mayo de 2018
La educación es un proceso generacional de transferencia de experiencias histórico-sociales de las generaciones salientes a las generaciones entrantes. Sin embargo, no todas las experiencias sociales son de la misma naturaleza ni son pertinentes para una sociedad libre de injusticias sociales. Por lo tanto, no toda la educación generacional es científica. Muestras de ello las tenemos en los países del medio oriente, de Asia, de Europa, de América, etc.
También en esos lugares no toda la educación es pública. En algunos países prevalece la educación privada; aquella que se ve como una empresa productiva que debe otorgar unas ganancias a los empresarios que invirtieron sus capitales en ese tipo de negocios. Empero, en el caso México no solo está en juego la “mal llamada Reforma Educativa”, sino también la transformación de la educación pública en educación privada, la mutación de la educación científica en educación “confesional”, el predominio del pragmatismo sobre la pertinencia y la pérdida de la gratuidad.
No hay ninguna duda de que en nuestro país la educación pública debe provenir y ser financiada por el Estado mexicano, pues esa es la única manera de terminar con las desigualdades de oportunidades de superación y, por ende, de avanzar socialmente hacia la justicia social. Por lo tanto, para cumplir con esos propósitos es necesario que el Estado destine recursos suficientes a la educación superior y a la investigación, y no como actualmente lo está haciendo de recortar el presupuesto para la educación y la investigación científica. Sólo de esta manera seremos capaces como país, de afrontar con éxito el reto que la globalización nos impone así como, la creciente demanda educativa de nuestro país. No debe reducirse el presupuesto en educación, tanto inicial, preescolar, primaria, secundaria, educación media superior, educación superior e investigación científica. Por el contrario, hay que crecer y fortalecer lo que tenemos a través de un proceso de superación de los viejos esquemas y prácticas inconvenientes para el desarrollo armónico del país.
El país no tendrá forma de responder a las necesidades educativas si las instituciones de educación básica, media y superior, junto con los gobiernos, federal y locales, no reorientan sus presupuestos y redistribuyen equitativamente los recursos públicos. Por lo tanto, una eventual reforma educativa debe contemplar no únicamente la pertinencia de los planes de estudio, sino la pertinencia del gasto educativo de todo el sistema nacional de educación pública que garantice la gratuidad de la educación, así como la pertinencia de la superación profesional del magisterio en todos los niveles y el reforzamiento del gasto en ciencia y tecnología.
AMLO ha dicho que no aplicará la “mal llamada Reforma Educativa” y que en su lugar se pondrá de acuerdo con el magisterio para un nuevo replanteamiento. En fin.
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