El fracaso de la educación
Francisco Cruz Angulo
15 de Mayo de 2018
Sexenios gubernamentales van y otros llegan y no logran implementar proyectos educativos que den resultados a corto y mediano plazo porque en sus contenidos prevalecen los intereses políticos de la élite gobernante sobre el objetivo fundamental de la educación, es decir que la educación sea el eje de la transformación económica y social de nuestro país.
La reforma educativa estructural del presidente Enrique Peña Nieto a la cual se invertiría en infraestructura educativa algo así como 50 mil millones de pesos dejó algunos saldos positivos pero quedó a deber mucho en el nuevo modelo educativo del proceso enseñanza-aprendizaje.
Su lado positivo fue el de quitar a los sindicatos la administración del sistema educativo nacional.
Como fue conocido los líderes sindicales utilizaban al magisterio para financiar el clientelismo político-electoral y como fuerza de presión a los gobernantes en turno en la obtención de puestos de elección popular o altos cargos en la administración pública federal o estatal. Con esta reforma se dio un duro golpe al corporativismo magisterial.
El sistema nacional de evaluación fue rechazado por miles de profesores tanto del SNTE como de la CNTE al considerarlo como punitivo y de tufo laboral.
Pese a su rechazo miles de profesores en todo el país se sometieron a procesos de evaluación motivados por la promesa del Gobierno Federal de que por ese medio accederían a puestos de mayor responsabilidad escolar, esto es subdirecciones, direcciones, inspectores de zona o más horas de trabajo y así mejorarían sus ingresos mensuales.
Esta legítima aspiración de los mentores se vio frustrada por el engorroso esquema administrativo para la obtención del premio al mérito.
En Nayarit lo pudimos constatar cuando cientos de profesores de enseñanza básica se les promovió al ascenso escalafonario o se les proporcionó más horas de trabajo pero durante meses se les retuvo sus salarios pretextando que no había dinero. Lo mismo ocurrió en otras entidades del país.
Respecto a la millonaria inversión en la infraestructura escolar quedará inconclusa. Si bien se reconstruyeron escuelas, se construyeron comedores escolares, canchas deportivas y techumbres, centros de cómputo y laboratorios con el objetivo que fueran escuelas de tiempo completo. Algunas funcionaron más o menos bien pero gran parte de ellas sobre todo en las zonas rurales no operaron por falta de profesores capacitados en la materia o por falta de incentivos económicos. Lo anterior lo podemos corroborar en las escuelas rurales en donde lucen en el abandono centro de cómputos, laboratorios y talleres.
Qué decir de la calidad de la enseñanza-aprendizaje. Los profesores que por alguna razón resultaron no aptos en sus exámenes de evaluación en vez de capacitarlos tal y como se comprometió el Gobierno Federal los dejó al garete, ¿Entonces para qué sirvió la evaluación?
De acuerdo a información de la SEP a partir del próximo ciclo escolar 2018-2019 serán entregados los nuevos textos de enseñanza gratuitos en el sistema básico de enseñanza en los cuales estarán plasmados los nuevos contenidos del proceso educativo nacional coincidiendo con el término del actual régimen gubernamental priísta.
Uno se pregunta ¿qué destino les deparará a esos millones de textos gratuitos ante la posibilidad de que el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador de MORENA llegara al poder presidencial en julio próximo?
En días pasados el candidato presidencial de la alianza “Juntos Haremos Historia” dijo que de ganar la presidencia de la república enviará al Congreso de la Unión como iniciativa preferente la abrogación de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y serán los profesores de todo el país y especialistas los que designarán el nuevo sistema educativo nacional.
Por supuesto esta iniciativa será viable siempre y cuando López Obrador disponga de una mayoría calificada en ambas cámaras y en 17 Congresos estatales.
Una vez más la educación de nuestros niños y jóvenes quedará en manos de los vaivenes de nuestra clase política. Lamentablemente carecemos de una política educativa de estado…
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