Fajarse los pantalones
Sergio Mejía Cano
27 de Enero de 2017
Hasta antes del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, nuestro país no tenía tratado de libre comercio con los USA, ¿y? A principios de 1994 Salinas de Gortari celebraba con bombo y platillo la firma del tratado de libre comercio con los gringos, celebración que se vio opacada por el supuesto levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), supuesto porque al parecer fue más ruido mediático que un levantamiento armado en realidad.
Salinas de Gortari nos salió con el cuento de que México entraría al primer mundo, ¿y? Pues ha sido al contrario, porque beneficios en realidad para el grueso de la población no se han visto en estos largos 23 años de que se firmó el dichoso tratado; antes al contrario, nuestro país no ha permanecido en el tercer mundo, sino que ha caído vertiginosamente más allá del quinto o sexto mundo, pues ahora la pobreza en la mayor parte de la población se ha acentuado cada vez más. El campo está por los suelos, los cinturones de miseria que rodean las grandes ciudades son cada vez más, por lo que es más que evidente que ese tratado en que nos embaucó Salinas de Gortari ha sido más perjudicial para el grueso de la población que benéfico. Porque, ¿quiénes han sido en realidad los ganones de dicho tratado? Pues nada más unos cuantos privilegiados allegados al poder político.
La Reforma Agraria se desvirtuó por completo, es decir, la desdibujó el mismo gobierno alegando que ya no daba para más, ¿pero para qué? Pues para doblegar a los campesinos obligándolos a tener que desaparecer casi por completo los ejidos y así fortalecer de nuevo a los grandes latifundistas con el cuento de que era necesario para poder competir con los vecinos del norte; ¿competir, cómo? ¿Siendo acaso un país de maquiladoras y adquiriendo toda clase de productos para consumo interno fabricados en otros países?
Así que para qué preocuparnos, nosotros los ciudadanos de a pie, si se anula o modifica el dichoso tratado de libre comercio, si al fin y al cabo para la mayor parte de la población mexicana seguirá siendo todo igual o peor; aunque tal vez más peor no podría ser, porque es evidente que en cuestión de pobreza, educación y salud ya hemos tocado fondo, y si no, ya nos falta muy poco, si acaso un milímetro de ese oscuro fondo en el que nos han metido nuestros presidentes de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto.
De acuerdo a los analistas que en su momento criticaron ese tratado de libre comercio que tanto presumía Carlos Salinas de Gortari, decían que el más beneficiado con dicho tratado serían los propios USA y de ahí Canadá, pero que nuestro país sería el gran perdedor, como siempre; y dichos analistas lo confirmaban en cuanto se dieron claras evidencias de que los USA no estaban cumpliendo cabalmente con las cláusulas del tratado al no permitir que los camiones mexicanos cruzaran la frontera cargados de mercancías por no cumplir los estándares de seguridad en las carreteras gringas. Obvio que como mexicanos que somos, en parte tenían razón los gringos al no dejar pasar camiones de carga de nuestro país así fueran unidades nuevas y por ende en buenas condiciones, sino que se llegó a documentar en su momento, que porque excedían el tonelaje límite sobre el rodado de las unidades, por lo que podrían dañar las carreteras de allende la frontera norte. Eso tal vez haya sido un pretexto nada más, porque podría haber sido nada más para hacerle ver a nuestro país quién mandaba en dicho tratado de libre comercio, libre pero para los gringos y canadienses, y para nada a nuestro país.
Ahora sale el presidente gringo Donald Trump a decir que ese tratado está mal a pesar de que los USA se han beneficiado más que México, pero por algo será que pone eso de pretexto, porque tal vez quiera más y más avasallando completamente a nuestro país, aprovechando la debilidad y sumisión de nuestro actual gobierno federal, al que por lo mismo a eso se atiene y afirma fehacientemente que México pagará el muro que probablemente construirá a lo lardo de nuestra frontera norte. Y ya se sabe que al decir México, se refiere precisamente al pueblo mexicano que está pagando el mentado “Fobaproa”, y con su mano de obra barata, fortaleciendo a los inversionistas.
Y a propósito de inversionistas, ¿sería mucho pedir que pagaran impuestos y que no tuvieran tantas prebendas como violar las leyes laborales mexicanas? ¿Acaso no podría fajarse los pantalones nuestro gobierno en un rasgo de dignidad ante su amo yanqui? Pero en fin. Sea pues. Vale.
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