Un posible sacrificio

Lo hecho, hecho está y no hay marcha atrás, se ha dicho desde siempre. El licenciado Raúl Mejía González ha abandonado las filas del PRI, decisión que posiblemente no haya sido nada fácil en lo personal debido a tantos años de militancia en el otrora partido aplanadora; sin embargo, algo muy fuerte lo podría haber obligado a salir de las filas priistas para competir a la gubernatura del estado bajo las siglas del partido Movimiento Ciudadano (MC).

Desde luego que es muy probable que Mejía González debió sopesar de bien a bien todas las probabilidades, analizar a fondo si era conveniente o no y tal vez hasta pensar en algún premio de consolación para dejarle el campo libre a Manuel Humberto Cota Jiménez, aunque solamente el economista Mejía González sabe el porqué de esta determinante decisión de su parte.

Don Raúl no es un político improvisado, pues tiene una larga trayectoria en la política y obviamente de militancia en un partido que hasta 1989 (año en que cedió la gubernatura del estado de Baja California al PAN con el candidato Ernesto Rufo Appel), era impensable que algún otro partido le arrebatara al PRI un puesto de elección popular de peso, es decir, alguna gubernatura y menos la Presidencia de la República, por lo que Raúl Mejía sabe el teje y maneje de cómo se cuecen las habas en las profundidades políticas, así que algo vio o notó dentro de su partido nodriza que no le gustó por lo que se dejó llevar por el canto de las sirenas de MC, pero con la firme convicción de que no daba paso sin guarache, que daba un paso firme y decidido que bien sabe que ya es por el todo o nada, pues ya no tendrá nada que perder en caso de que no le salgan las cuentas, porque de haber seguido en las filas del PRI, probablemente con el tiempo volviera a una diputación federal o una senaduría, y probablemente, precisamente porque es un político de tiempo completo que mucho ha trabajado para el PRI que ahora le paga abriéndole las puertas debido a la falta de ciencia política de sus dirigentes tanto estatal como a nivel nacional, y más por la grosera frase que le lanzó a Raúl Mejía el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, de que no aceptaba chantajes y que las puertas del partido estaban abiertas para quien quisiera entrar o salir. Desde luego que Ochoa Reza no lo nombró a don Raúl directamente, pero a gran parte dela la opinión pública le quedó claro que dicha frase se la estaba dedicando al economista nayarita.

Sin embargo, tal vez el presidente del PRI a nivel nacional ya traía la consigna de quién sería el ungido, de ahí que poco le importó el alcance de su dicho, a sabiendas de que ya estaba todo cuajado para que ni ilusiones se hiciera Mejía González. Pero lo dicho por Ochoa Reza no nada más la pudo haber tomado para sí Raúl Mejía, sino otros militantes priistas más posiblemente también se pusieron el saco de inmediato, sobre todo los más inteligentes al ver que si a un priista de toda la vida lo hacían a un lado, a cualquiera de ellos les podría llegar la misma pedrada en el corto tiempo.

Todo esto no le ha hecho ningún bien al PRI, al contrario, pues se han prendido los focos rojos en las filas del mismo PRI, focos que algunos no quieren ver ni entender esa alarma latente, aunque es fácil deducirlo: Raúl Mejía tiene muchos seguidores, probablemente a la par que Cota Jiménez más o menos; pero esto marca una clara división en las filas priistas, por lo que los priistas y simpatizantes serios de este partido político, ya están viendo que el PRI no las tiene todas consigo y menos en este tiempo en que el tema del gasolinazo está caliente y posiblemente se siga calentando más, porque la mayoría de la población no encuentra a otro culpable de lo que pasa con los combustibles y la luz, más que al PRI, por lo que ya prevén que a la mejor Cota Jiménez será el cordero sacrificado.

Y en este sentido, hay voces de analistas que señalan que este movimiento de Raúl Mejía es precisamente una estrategia más del PRI debido a su impopularidad –del partido, desde luego- entre gran parte de la población, por lo que tal vez se decidió en las alturas del PRI que compitiendo Mejía González ya fuera independiente o bajo las siglas de otro partido, dividiría los votos para que el PRI se alzara con la victoria, en el  entendido de que mientras menos gente vote o se divida el voto entre varios candidatos, esto siempre ha sido favorable al PRI gracias al voto duro que lo ha caracterizado en Nayarit. Pero en fin. Sea pues. Vale.