Será posible un capitalismo transnacional sin competencia
Octavio Camelo Romero
25 de Enero de 2017
Donald Trump es un capitalista integrante de la clase de capitalistas transnacionales. Y a decir por quienes lo conocen, es un empresario “exitoso”. Por lo tanto, no desconoce las reglas y leyes del mercado. Sin embargo, por sus tempranas decisiones como presidente de USA pareciera que va en dirección opuesta al desarrollo del capitalismo y a la transnacionalización de los capitales. En este punto, siguiendo las leyes económicas de Marx, el desarrollo de las fuerzas productivas del capital se topa con un obstáculo impuesto a las relaciones reales de producción, lo que genera un momento revolucionario para mediante la acción superar esa contradicción, es decir, bajar a Trump de la presidencia. Sin embargo, cabe la aclaración de que antes de él, Hilferding y Lenin habían considerado que en el imperialismo la competencia entre capitales desaparecía. Pero sea una cosa u otra, es pertinente volver al análisis de este tema que, el nuevo presidente de USA lo pone de moda con sus declaraciones y acciones de gobierno. Para abordar tal cuestionamiento, haremos llegar a este espacio lo que en el mismo dijimos hace tiempo atrás y que, no solo no ha perdido vigencia, sino que ha adquirido más fuerza argumentativa.
Al principio del siglo pasado se manejó la idea de que con el imperialismo surgieron los monopolios que moverían al mercado a su voluntad, 1) imponiendo barreras a la entrada en áreas de inversión, 2) fijando y manipulando precios de las mercancías y 3) adueñándose de ganancias extraordinarias. Estas ideas han servido para hacer aparecer a países como explotados por países explotadores identificando a estos últimos con los países imperialistas. Y esta concepción ha servido para encubrir la explotación capitalista dentro de los países “explotados” y convocar a una lucha política de “liberación nacional” de los países imperialistas más no del capitalismo. Estos movimientos y estas tesis han servido y sirven para que políticos vestidos de izquierdistas, se enrolen al servicio de las burguesías. Los movimientos democráticos de amplia participación popular en los cuales debieran estar presentes las pequeñas y medianas burguesías, pero guiados por los trabajadores asalariados son, bajo este esquema, movimientos democráticos burgueses dirigidos por burgueses, que se resuelven en cuanto los intereses de las burguesías participantes quedan resueltos.
Cabe decir que en el capitalismo contemporáneo existen monopolios u oligopolios globalizados, esto es, se encuentran diseminados, esparcidos por todo el planeta con sus matrices en USA, o en Inglaterra, o en Alemania, o en Francia, o en Japón, o China, etc. Por lo tanto, la interrogante es: ¿Estos monopolios u oligopolios mundializados manejan a su antojo el mercado?
Empero, ¿Qué significa manejar a voluntad el mercado? La respuesta equivale a decir que los monopolios han desaparecido a la competencia entre capitales. Y aceptar la desaparición de la competencia de capitales significa aceptar que el valor de las mercancías no está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción y reproducción, esto es, que el precio de mercado no está determinado por los costos de producción. Este planteamiento conduce a rechazar toda la teoría de Carlos Marx, la cual se fundó en la teoría del valor-trabajo rescatada de Ricardo. Algo paradójico porque quienes inicialmente expusieron estas tesis fueron dos eminentes marxistas: Hilferding y Lenin. Y quienes han desarrollado estas tesis son marxista. Y quienes han abanderado los movimientos de liberación nacional en buena parte son marxistas. La realidad contemporánea del capitalismo planetario nos muestra lo equívoco de esta tesis y restablece la autoridad teórica de Marx para con su método lógico-histórico-dialéctico y sus tesis centrales explicarnos el actual nivel de desarrollo del capitalismo. La ganancia es la condición de existencia del capital. Por eso se invierte donde existe la ganancia con riesgos moderados. Y el precio de mercado de las mercancías y servicios lo determinan los costos directos de producción más la ganancia media. Quien desarrolla las fuerzas productivas del trabajo o la tecnología de la empresa produce mercancías con menores costos. Esto permite a la empresa competir y apropiarse de más mercado. Y sale más barato producir en México que en USA. Pero quien sabe cuál será la estrategia de Trump para su capitalismo transnacional. En fin.
Comentarios