Revertir el gasolinazo busca el Partido del Trabajo
Octavio Camelo Romero
13 de Enero de 2017
Con la apertura de PEMEX al capital extranjero que los partidos PRI, PAN, PRD y el presidente Enrique Peña Nieto dieron a través de las Reformas Energética y Hacendaria, conseguidas gracias al tristemente célebre “Pacto por México, el Estado Mexicano pierde su capacidad de autofinanciamiento toda vez que el petróleo mexicano aportaba más de la tercera parte del presupuesto federal. Ante tal situación, los genios que gobiernan al país dejaron caer en la población mexicana ese faltante de dinero-petrolero mediante una persecución a las unidades económicas de la mal llamada “economía informal”, al incremento no solo de la base impositiva sino a la creación de nuevos impuestos y al incremento de los ya existentes. Y, por si fuera poco, inicia una escalada inflacionaria a través del incremento en los precios de los combustibles que impactan de manera directa en los costos de producción y consecuentemente en el alza de los precios de las mercancías y servicios. La serie de gasolinazos y, sobre todo, el último gasolinazo, fue la gota que derramó el vaso. Las protestas se dejaron sentir por todos lados. Pero lo que más llama la atención es la insensibilidad e insolencia del presidente Peña Nieto. En lugar de atemperar el descontento, provoca su aumento con sus pronunciamientos de “seguir adelante a como dé lugar”. Incluso a costa de la represión a la población inconforme.
Los estragos de la “avalancha de capital-extranjero” ya se están sintiendo. Entre otros, ha aumentado el número de familias mexicanas en situación de “pobreza alimentaria” a tal grado que se pone en riesgo la permanencia del actual Orden Social. Si a estas alturas la mitad de los mexicanos son pobres por tener ingresos inferiores al nivel mínimo de una canasta básica de alimentos, con la espiral inflacionaria, el despido de quienes actualmente trabajan, el cierre de las pequeñas unidades económicas y de las fuentes de ingresos de las familias de trabajadores, la agudización de las contradicciones y el incremento de los malestares sociales, naturalmente se pondrá en riesgo el actual sistema político mexicano.
Ante esta perspectiva se han conformado tres grandes bloques político-empresariales. Uno que está a favor de la “acumulación del capital transnacional” en el país. El otro está en contra de tal “reproducción ampliada del capital internacional” en las industrias energéticas nacionales. Y un tercer bloque está a favor de la internacionalización de la economía mexicana y a la vez, en contra del “empobrecimiento alimentario”, esto es, de la “depauperación absoluta”.
Frente a esta situación el Partido del Trabajo se propone revertir éste y los futuros gasolinazos, mediante una “Iniciativa de Ley” ante el Senado de la República para bajar el precio de los combustibles a 10 pesos y quitar del gravamen de dichos combustibles el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, IEPS, que, con la cuota fijada por la Secretaría de Hacienda en lugar del porcentaje, ha encarecido los costos de las gasolinas y ha impulsado una espiral inflacionaria. Aunque los Senadores pueden por si solos pueden proponer “Iniciativas de Ley”, el PT ha desplegado en toda la República una campaña de recolección de firmas de ciudadanos en apoyo a dicha iniciativa, con el propósito de que vaya apoyada por la mayoría de los mexicanos. En fin.
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