Será melón, será sandía o quién sabe
Sergio Mejía Cano
06 de Enero de 2017
Pues según el programa trazado para los tiempos electorales de este año, el próximo 07 de este mes se sabrá quienes serán los ungidos para ser candidatos a los diversos puestos de elección popular, aunque probablemente no se llegue a conocer a todos en general, pero al menos sí uno que otro quienes disiparán las dudas entre sus seguidores, los que al verse rebasados en sus expectativas desde luego cambiarán de camiseta, tal y como acostumbran muchos de esos que nada más están a las caiditas esperando quién es el mero, mero, y así asegurar alguna dádiva.
Así que posiblemente la incertidumbre persista en varios sectores de la sociedad e inclusive en algunos suspirantes a los que tal vez las dirigencias partidistas se las hagan de emoción unos días más nomás para ver cómo masca la iguana tanto entre los mismos aspirantes como entre sus seguidores, pero sobre todo entre quienes apoyan a unos y otros acrecentándoseles más aquello de si con melón o con sandía.
Por lo pronto se podría decir que aún no hay nada para nadie, y si algún suspirante ya se siente seguro de ser el ungido, sería bueno que recordara eso de que del plato a la boca se cae la sopa, porque esto ya ha sucedido infinidad de veces, lo malo del caso hoy en día es que quien no quede en la lista del dedo mayor, en caso de emberrincharse ya tendrá poco tiempo para cambiar de piel; si bien no cosa imposible, sí muy apresurada para que alguna otra asociación política lo cobije y si bien ya existen las candidaturas independientes, lo que le podría afectar en determinado caso a quien defenestre a su partido político de siempre, es quedaría la duda entre el público elector de si en verdad es independiente o se trata de una estratagema de su propio partido para aplicar aquello de “divide y vencerás”.
Y a propósito de las candidaturas independientes, éstas no pueden dejarse de ponerles atención porque podrían dar más de una sorpresa, si bien no porque el candidato independiente sea un chapulín que saltó y salió de su olla original partidista porque no fue el preferido, sino que en verdad no haya pertenecido a grupo político alguno, pero que tras bambalinas sí esté algún partido promoviendo esa posible candidatura independiente.
Ya tiene tiempo que los partidos políticos y sus integrantes no las traen todas consigo entre la ciudadanía, están tan desprestigiados que nadie tiene confianza en ninguno de ellos, del color que sean, pues la frase más común hoy en día es de que no hay a cuál irle, que todos pintan igual; y todo debido a que ya no existe ideología que valga entre los políticos, sino que ahora se ha visto que todos y cada uno de ellos busca su propio beneficio y no el de la sociedad. Hoy se mezclan sin rubor aceite, agua, tierra, viento y fuego, pues ya entre la nueva generación de políticos no toman en cuenta las definiciones de derecha, centro o izquierda; y si bien los políticos de antaño respetaban en cierta forma sus ideologías aunque fuera de dientes para afuera, hoy desvergonzadamente un día son de derecha, otro de centro y otro de izquierda aunque su comportamiento nada tenga que ver con estas definiciones, pues aunque se digan de derecha actúan como de izquierda y viceversa o hasta de centro, según las circunstancias por las que estén pasando o como vean el panorama.
Lo que sí se oye con insistencia en las pláticas de banqueta, en las bancas de la Plaza Principal, alrededor de las mesas de café o en simples encuentros ocasionales, es que cómo le irá a hacer el PRI para remontar todo este desprestigio que carga sobre su lomo debido al ya tristemente célebre gasolinazo, sea quien sea su candidato; porque si bien ahora mucha gente le tira al mono y no a las siglas de algún partido, aun así el peso de las sigla le podría calar muy hondo a quien llegue a ser el candidato priista a cualquier puesto de elección popular en junio próximo, pero principalmente al puesto de gobernador del estado, porque la ciudadanía está muy disgustada y más lo estará si el actual gobierno estatal le da la puntilla al pueblo autorizando tarifas caras a los concesionarios del servicio del transporte urbano, porque es obvio que la gente mirará principalmente a qué partido pertenece el actual gobierno del estado, por lo que la corriente se podría llevar entre sus aguas las siglas del PRI. Pero como dijo el sabio: Ojalá y todo sea una pesadilla y nada más. Y lo bueno es que mañana será otro día. Pero en fin. Sea pues. Vale.
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