Todavía no va en caballo, pero está en la hacienda
Lorena Orozco
17 de Agosto de 2016
El candidato (perdón, el senador y líder campesino) Manuel Humberto Cota Jiménez y yo, llegamos ambos dos a la par que conjuntamente, al hotel donde había concertado la cita con los chicos de la prensa, a los que por cierto nos pidió reiteradamente que hablemos bien de Nayarit, que es “un estado extraordinario, un estado extraordinario…” y que cacareemos el congreso nacional cenecista que se llevará a cabo del 25 al 27 de este mes, ya que estarán por estos lares unas 12 mil personas, incluido nuestro presidente Enrique Peña Nieto, quien procederá a la inauguración de este evento.
La ocupación hotelera estará al 100 por ciento, los prestadores de servicios se darán gallo atendiendo a tanto congresista, presumió el senador, quien dijo que hay que impulsar la marca Nayarit, a lo que Armando Fránquez reviró ¿y la marca Cota? “pues esa irá fluyendo; ahora lo que importa es la marca Nayarit”, dijo el entrevistado.
Tico, el inefable Tico, era el único “cenecista” uniformado, llevaba una camisa blanca de manga larga con el escudo de la liga de comunidades agrarias al frente, y por detrás otra inscripción muy reveladora: “Revolución Productiva”, la barba y el cabello color plata; y miren que ni Brígido, decano del periodismo, se veía tan canoso.
Dos cosas llamaron mi atención: La primera, que el senador le echó porras al gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, calificándolo de extraordinario gestor, pues se decía que no tenían buena relación; y que dijera que Emilio M. González era un ejemplo de político, de esos que sabían vivir en la honrada medianía, que gobernó para todos, y hasta mencionó algunas de sus frases; de éste último me causó extrañeza, porque no pensé que lo tuviera como ejemplo, pero ya vi que sí.
Que si iba en caballo de hacienda hacia la gubernatura le preguntó Ezequiel Parra, que qué pensaba de la narcopolítica, le preguntó otro, hasta de las manifestaciones del SUTSEM, pues le anticiparon que ya tenían planeado boicotear el Congreso Campesino y llegar hasta Peña Nieto para denunciar problemas que tienen con el gobierno estatal; a lo primero dijo que no iba en caballo todavía, pero estaba en la hacienda, y con eso se conforma por lo pronto; lo del SUTSEM y lo de la narco política que se deslindaba, que esos no eran asuntos con los que él tuviera que ver.
Mencionó que a sus 55 años ya da consejos, pero también los pide, que no ha cambiado, sí es un poco más corajudón, pero sigue siendo el mismo; “no me afrento de la política, me siento orgulloso de ser político”.
Treinta años en la política le han dado experiencia, rumbo, firmeza y convicción, “ya después de los 50s ni cambiar de sexo queda”, precisó; a mí me dio risa, y esperé que no estuviera por ahí un representante de eso que llaman ahora “equidad de género” pues pondría el grito en el cielo, y la otra, porque Felipe Gil que se convirtió en Felicia y el padrasto de las Kardashian esperaron hasta rebasar la tercera edad para soltarse el chongo.
En cuanto a la Confederación Nacional Campesina, de filiación priísta, aseguró que el reto es la or-ga-ni-za-ción, que los campesinos se unan para lograr sus objetivos, y que sólo entonces se acerquen al gobierno para solicitar los apoyos que se requieren.
Reconoció que es cierto que productos básicos para la alimentación de los mexicanos, como el arroz, el frijol y el maíz provienen del exterior, que son caros y de baja calidad, que eso se tiene que revertir, y que este mes al cumplir la CNC su 78 aniversario, es un buen tiempo para concretar este anhelo.
Elogió nuestra labor periodística, “y la unidad” que siempre que se le ofrece a un compañero caído en desgracia, ahí estamos para apoyarlo, y que quisiera que eso se diera entre la clase política, pero pues no, no se da; y con sus felicitaciones, congratulaciones y demás nos despedimos al caer la tarde, este sábado 13 de agosto, que por cierto amenazaba con llover, pero no nos alcanzó el remojón.
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