Los independientes
Francisco Cruz Angulo
29 de marzo de 2016
En 69 días serán los comicios estatales en donde se disputarán los partidos políticos y los candidatos independientes las gubernaturas, Congresos locales y presidencias municipales en 12 entidades de la república.
La opinión pública nacional estará centrada particularmente en conocer cuántos de los candidatos independientes obtendrán la victoria.
En el curso de los próximos meses todos los candidatos a un puesto de elección popular enfrentarán a un electorado que desconfía de los partidos políticos y apáticos a participar en los comicios a consecuencia que durante años una gran cantidad de gobernantes se han vistos envueltos en actos de corrupción; sumemos a ello el descredito de las élites de los partidos políticos que han tomado a estos partidos como patrimonio familiar o de poderosos grupos políticos, todos ellos que no rinden cuentas claras a la opinión pública y son impunes a la aplicación de la ley.
De continuar esta desconfianza dará viabilidad a los candidatos independientes de ser una opción de gobierno.
Sin embargo de la totalidad de los aspirantes de los que se postulen como candidatos independientes a las gubernaturas en las doce entidades de la república solo un par de ellos tienen alguna probabilidad de ganar la elección. Ellos son, en Chihuahua el conocido empresario de buena reputación, José Luis Barraza y en Veracruz el conocido político ex panista, Juan Bueno Torio.
En el primero la competencia será de tres, es decir, entre los candidatos del PRI, el PAN y el independiente.
En la entidad costera del Golfo de México el desgaste del PRI y sus aliados es desmesurado a consecuencia que su actual gobernador Javier Duarte ha sido señalado como presunto responsable de enriquecimiento ilícito, desapariciones forzadas en alianza con el crimen organizado y represión sistemática al periodismo independiente; y por otro lado el candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares es un político ligado a la dinastía de la familia Yunes que han utilizado el poder público para incrementar sus fortunas familiares. Evidentemente la dinastía de los Yunes tiene un pie en el tricolor por medio de Héctor Yunes y otro en la oposición por el personaje arriba señalado. Por lo anterior en estos dos estados de la república estas circunstancias específicas podrían allanarles el camino a la victoria a estos dos candidatos independientes.
Empero el problema no es alcanzar la victoria electoral sino el de realizar un buen gobierno que ofrezca resultados a corto y a mediano plazo a su entidad.
Tomemos como ejemplo lo que ha hecho hasta hoy el gobernador independiente de Nuevo León, el empresario Jaime Rodríguez, “El Bronco”. A poco tiempo de haber arribado a la Jefatura del Poder Ejecutivo sus acciones de gobierno han sido intrascendentes y, por el contrario estalló en sus manos el motín de dos pandillas de reos del narcotráfico en el penal de Topochico cuyo resultado fue más de 35 muertos y decenas de heridos.
Conociendo de antemano la ingobernabilidad que prevalecía en ese reclusorio “el Bronco” no tomó las medidas preventivas para evitar ese enfrentamiento de esas dos pandillas que se disputaban el control de ese centro penitenciario.
Al ocurrir este evento sangriento “El Bronco” demostró no atender con prontitud los problemas cruciales que enfrenta aquella entidad. Por omisión es el responsable de esos sangrientos sucesos.
Semanas después estalló otro escándalo que pone en entredicho la honestidad de los miembros de su gabinete.
El primero de ellos fue el señalamiento público de que su Fiscal General del Estado tiene cuentas pendientes con la justicia norteamericana específicamente en los juzgados del Estado de Nevada en donde fue demandado de haber entregado cheques sin fondo a un grupo de empresarios propietarios de casinos de juego en Las Vegas.
Luego vino otro escándalo público más en el que siete de sus altos funcionarios de su gobierno eran aviadores en otras instituciones del Estado.
No obstante estos graves señalamientos “El Bronco” los sostuvo en sus cargos aduciendo que eran calumnias propagadas por sus adversarios políticos.
A lo anterior agreguemos que hasta el día de hoy no ha procesado a los ex funcionarios del anterior gobierno priísta a los que denunció como corruptos y prometió meterlos a la cárcel.
Ahora bien en vez de cumplir sus promesas de campaña, entre otras la de impulsar acciones políticas de gobierno que hagan crecer el desarrollo económico de Nuevo León y la de otorgar mejores niveles de vida a toda la población neolonés realiza giras de trabajo preelectoral al interior del país en su ambición de aspirar a la presidencia de la república en el 2018.
En los hechos utiliza la gubernatura del Estado para catapultarse a la silla presidencial.
¿Quién va a creerle al “Bronco” si ni siquiera sabe gobernar a su entidad? Es candil de la calle y oscuridad de su casa.
Lo anterior nos demuestra que los candidatos independientes no son necesariamente la alternancia de una buena gobernancia…
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