Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

Cuba, 57 años de revolución y socialismo

Miguel González Ibarra

31 de Enero de 2016

Lo más relevante del año que termina
Grandes verdades innegables

Así es. Es cierto. Medio siglo, un lustro más dos años, no es poco tiempo. Es la más grande victoria y hazaña del 2015 y lo más relevante de este año que termina.

El último de 1958 el dictador abandonó la isla. El primero de enero de 1959 amaneció con el alumbramiento que 57 años después sigue alumbrando.

La Revolución Cubana había triunfado. Fue el inicio de la verdadera historia en el hemisferio occidental.

Aquel momento era el triunfo del Ejército Rebelde, el movimiento obrero y el pueblo; todo el pueblo. Impecable estrategia, la de Fidel y sus compañeros, que siguió a lo largo de todos estos años.

57 años después, de REVOLUCIÓN Y SOCIALISMO, es victoria de la humanidad. Cuba es faro de luz para los más de siete mil millones de seres humanos que vivimos en los cinco continentes del planeta. Sin la decidida e impresionante solidaridad mundial no hubiera sobrevivido el singular fenómeno.

A pesar del poderío y soberbia del imperio más fuerte de la historia de la tierra, CUBA SOCIALISTA, allí está, firme, como los postes de concreto, diciendo a la humanidad que el único régimen capaz de garantizar los derechos básicos de hombres y mujeres, sean negros o blancos, indígenas o mestizos, es el que reparte con democracia e igualdad la riqueza que es producida por todos.

El género humano no podrá seguir viviendo en los antagonismos. No podrá vivir en la letal contradicción entre los que viven de su fuerza de trabajo, agregando a los que nada tienen, siendo los más, y aquellos que han amasado colosales, ofensivas y criminales fortunas, éstos, sumando unos cuantos, muy poquitos, dicho coloquialmente, se pueden contar con los dedos de las manos.

Este es un desequilibrio no solamente social y económico, sino ecológico y ambiental. Tal absurda disparidad y polarización, impacta hasta  la naturaleza, como ya lo estamos viendo, viviendo y padeciendo.

Es la trascendencia y significado de estos 57 años. A pocas millas de la potencia imperial hay socialismo, hay revolución. A partir de aquel primero de enero de 1959 se acabaron las consignas disparadas desde la Casa Blanca y el Pentágono.

Un país pequeño determinaba su propio destino, sin admitir ya la injerencia norteamericana y, diseñó, desde entonces, un modelo que tuviera como columna un reparto más equitativo del ingreso nacional, cuya meta la ha cumplido al pie de la letra, a lo largo de estas cinco décadas y media, más 24 meses.

Sin la concentración del dinero en pocas manos, Cuba produce una conciencia social fuera de serie, patriótica, educada, llena de moral, culta, respetable, respetuosa y con capacidad e iniciativa creadora. Esta es el arma más poderosa del país que hoy dirige Raúl Castro.

En esta isla del Caribe se demuestra que con pocos bienes materiales también se edifica la sociedad que forja  al hombre nuevo, aquel que moldeó con su talento y acción tal cual los grandes artistas, el Comandante Guevara.

El camino no ha sido fácil en el trayecto de estos 55 años. No será fácil en lo adelante. Una cuestión es absolutamente cierta: está demostrado y más que comprobado, que el socialismo es muy superior al capitalismo. Cuba es la muestra. Se demuestra, con lo siguiente:

UNICEF: “Cuba, el único país latinoamericano sin desnutrición infantil”

ONU: “Único país de Latinoamérica sin problemas de drogas”.

ONEC: “Esperanza de vida más alta de América Latina”.

UNESCO: “Escolarización primaria 100 %, secundaria 99%”.

THE GUARDIAN: “Posee dos veces más médicos que Inglaterra, para una población menor”.

AMNISTÍA INTERNACIONAL: “Cuba es el país latinoamericano que menos viola los derechos humanos”

WWF: “Cuba es el único país del mundo que cumple la sostenibilidad ecológica”

¿Más mezcla maístro? ¿Quieren más?

Estas grandes verdades, reconocidas y difundidas por organismos internacionales, dicen que el socialismo y la revolución es el camino de los pueblos del planeta, incluyendo el de los propios Estados Unidos de Norteamérica.

Uno y otro, socialismo y revolución, siendo inseparables, son conceptos que no deben asustarnos ni contagiarnos de miedo, tampoco son fenómenos a los cuales se les debe poner las cruces.

Su significado es simple. Socialismo es el reparto justo de la riqueza. Revolución es el arribo del pueblo trabajador en la conducción de los asuntos estatales, desplazando, obviamente, a la oligarquía burocrática y parasitaria que mayúsculos e increíbles daños ha causado tanto a los intereses nacionales como a los sociales y humanos, sin menoscabo de los naturales-ambientales.

En el presente y futuro, la revolución y el socialismo cubanos, cuentan ya y contarán, con la gran fortaleza de que diversos países de la América Latina transitan por la ruta del progreso, la democracia y la independencia nacional, dejando atrás el esquema de ser el patio trasero de los Estados Unidos, sentando las bases de ese modo, para ir edificando como lo hace Cuba desde hace 57 años, el Poder Popular y la patria de los trabajadores, que no es otra cosa, más que, tal y como lo hemos venido repitiendo en este espacio de opinión, el modelo que distribuye con equidad la riqueza generada por los pueblos. Esta estructura socio-económica-política emergente de nuestro subcontinente, arrancó, justamente, en Cuba el primero de enero de 1959, al triunfar la Revolución.

57 años de REVOLUCIÓN Y SOCIALISMO en Cuba, es, definitivamente, el mayor logro que la humanidad alcanza en el 2015 y es el más grande estímulo para seguir trabajando y luchando en este año que comienza, el 2016, a lo largo y ancho de los cinco continentes, donde también nos encontramos 117 millones de mexicanos.

 

 


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