Alza salarial para crecer
Octavio Camelo Romero
28 de abril de 2015
La población mexicana se siente lastimada. Los pensionados y jubilados se quejan de que pronto los pagos de su pensión quedarán muy abajo del costo de sus alimentos. Los trabajadores se quejan de los minúsculos aumentos de los sueldos. Estas preocupaciones se reflejan en todo el país. Ni la mayor economía del mundo ha logrado infundir confianza en sus trabajadores menos la economía mexicana la cual la han hecho totalmente dependiente de la economía norteamericana. Los datos de principio del 2015 no son muy alentadores para los norteamericanos y mucho menos para los mexicanos.
Sin embargo vale la pena reflexionar sobre el Producto Interno Bruto o PIB, esto es, sobre el indicador del crecimiento de la economía nacional que fuera creado por Simón Kuznets en el siglo pasado. Hay quien lo calcula teniendo en cuenta las demandas finales de bienes y servicios en un período dado y en cierta región, es decir, gasto de consumo, gasto gubernamental, inversión y exportaciones netas o exportaciones menos importaciones. Otro procedimiento para cuantificar el PIB es sumar los ingresos de todos los factores que contribuyen al proceso productivo, como por ejemplo, sueldos y salarios, comisiones, alquileres, derechos de autor, honorarios, intereses, utilidades, etc. Teniendo en cuenta cualquiera de los dos procedimientos de cuantificación del Producto Interno Bruto fácilmente se pueden evaluar los efectos de la variación de los sumandos. Por ejemplo la apreciación del dólar del 13 por ciento en el año pasado nos afecta de manera directa en el incremento en el pago de los intereses de deuda, en el costo de las mercancías que importamos como país, en el monto de la deuda pública y privada tenida en dólares, etc., y consecuentemente en una reducción del PIB nacional. La baja del precio del petróleo y la venta de Pemex se traduce en un decremento en el ingreso de las finanzas públicas y consecuentemente en una disminución del gasto gubernamental que se traducirá en un decremento del PIB. La reducción de los ingresos de los asalariados como consecuencia de las políticas públicas de permitir el crecimiento de los salarios mínimos por debajo del índice inflacionario real, se traduce en una contracción del mercado interno el cual se ve forzado a incrementar los mecanismos de compras con pago a futuro mediante plásticos u otros artefactos para evitar una parálisis de la producción que finalmente se verá reflejada como una disminución del PIB.
Los economistas norteamericanos esperaban un fuerte crecimiento del consumo en 2015; no obstante la caída del precio del petróleo y el crecimiento del crédito al consumo durante 42 meses consecutivos, el crecimiento del consumo ha tenido tropiezos. Por más que el clima inusitadamente malo de principios de año pudiera servir para explicar lo que ocurre, argumentando que el frío invernal obligó a los estadunidenses a quedarse en casa en vez de ir de compras, en realidad el factor que más se opuso y se opone a un consumo más fuerte y sostenible es el pago, es el relativo a los ingresos. Los economistas se esfuerzan por explicar por qué los salarios no han despegado y esperan que los salarios suban. Por eso el Secretario de Hacienda y el Gobernador del Banco de México están aterrorizados. Sería bueno que nos dijeran como qué van a hacer para evitar que el país en el 2016 entre en una parálisis económica. Lo cierto es que hay que urge un alza salarial para crecer. En fin.
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