La superexplotación turística
Octavio Camelo Romero
06 de abril de 2015
El martes 31 de marzo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la Cuenta Satélite del Turismo. Por los datos duros nos enteramos que en 2013 hubo 2,300,000 puestos de trabajo que generaron un consumo interior de los turistas por valor de 2 billones 39 mil millones de pesos corrientes y que de allí habían pagado al año en promedio por empleado la cantidad de 100 mil 820 pesos en el mismo año de 2013.
A partir de estas cifras supimos de los 38,333,333 puestos de trabajo del país, los correspondientes a la actividad turística representaban un 6% y cada empleado en la industria sin chimenea había generado un consumo turístico anual promedio de 886,521.74 pesos de los cuales solo le habían remunerado en promedio 11.4% de esa cifra, esto es, de los 2,428.83 pesos que generó de consumo turístico por día solo le dieron 276 pesos diarios.
Además supimos que el consumo correspondiente al turismo de residentes en México representó 89.8% del consumo interior, mientras que el gasto que realizan los visitantes que proceden de otras naciones participó con 10.2%, esto es, el turismo nacional es el mayor consumidor en la actividad turística.
Esto que acontece en la actividad turística es natural del capitalismo en general y del capitalismo global en cuanto forma contemporánea del capitalismo. Recordemos que una de las principales contradicciones capitalistas es aquella en que el capitalista se apropia para sí mismo de todo cuanto producen socialmente sus trabajadores. Con la globalidad esta contradicción ha adquirido dimensiones planetarias y las categorías se han redimensionado. En primer término el capitalista ha dejado de ser un individuo para convertirse en un colectivo. Hoy domina la asociación de capitales sobre el capital individual con la característica de que el capital conformado ha perdido nacionalidad porque se ha constituido con capitales de todo el mundo. Sin embargo, es pertinente aclarar que en ese conjunto de capitales individuales existe cierto capital dominante que marca su hegemonía a través de las directrices o de la política empresarial que impone.
Al dejar de ser dominantes las empresas con capitales individuales y surgir las empresas con asociación de capitales de todo el mundo, ha surgido también una subclase de capitalistas en funciones formada por los ejecutivos de las empresas y organismos empresariales que se encuentra diseminada por todo el mundo y que no necesariamente aporta capital, aunque sí participa de la plusvalía o ganancia extraída a los verdaderos trabajadores asalariados. Esta subclase de capitalistas se hace aparecer como empleados empresariales y sus percepciones las clasifican como remuneraciones o como sueldos. Por eso las estadísticas de los promedios de percepciones de los empleados no refleja la realidad de los trabajadores. Sin embargo, el hecho que del ingreso total de la actividad turística se le otorgue un 11% a las remuneraciones del personal, ya nos está señalando una participación mínima con el consumo generado por el empleado-promedio. Esto quiere decir que aún maquillando las cifras, existe una sobreexplotación de los empleados en el sector turismo aún que está claro que el turismo internacional no es el principal consumidor. En fin.
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