Irresponsabilidades de Layín
Oscar González Bonilla
1 de abril de 2015
El festejo de cumpleaños del presidente municipal de San Blas, Hilario Ramírez Villanueva, motejado como Layín, ha desatado cadena de consecuencias adversas a su interés político: lograr la gubernatura de Nayarit.
Jamás midió Layín la gravedad de los conflictos de diversa índole que se desgranarían por la fastuosa fiesta. Y como el hilo se rompe por lo más delgado, tan sólo de entrada quien pagó el pato fue la titular de la Tesorería municipal, Argelia Ramírez Cruz, quien fuera acusada de desviación de fondos públicos.
Aunque no ha pisado la cárcel, el delito que se le achaca tuvo su origen durante el primer trienio municipal que en San Blas presidió Hilario Ramírez Villanueva, comprendido de 2008 a 2011. Y en la actualidad, siendo de nueva cuenta la responsable del tesoro público, recibió de golpe la inhabilitación para ocupar cargo público alguno por parte del Órgano de Fiscalización Superior.
Trascendió en medios locales y nacionales la información de que en el agasajo de cumpleaños se invirtieron 15 millones de pesos, calculados con base en gastos para el taquito, el traguito y el ruidito, entre otros muchos itos. Pero Layín a los medios electrónicos dijo que él desembolsó poquito dinero, la mayor parte fue aportación de sus amigos que lo quieren un montón.
De su dicho se han agarrado algunos mal pensados para demandar al presidente municipal de San Blas dé los nombres de sus amigos que lo estiman en demasía como para hacer erogación millonaria, con el único afán de que las autoridades correspondientes los investiguen para conocer el origen de ese dinero, es decir, eliminar por completo la sospecha de que es de procedencia ilícita.
Vino luego la petición de desafuero por parte de mujeres de presencia en la política nacional, entre ellas cuando menos dos ex candidatas a la presidencia de la república de partidos diferentes.
También del centro del país nos llegó la propuesta de juicio político para el presidente del Ayuntamiento de San Blas. Iba dirigida al Poder Legislativo de Nayarit.
Trascendió el embargo por parte de autoridad laboral de bienes del Ayuntamiento de San Blas por adeudo salarial a trabajadores sindicalizados. También el tal Layín no ha entregado un solo centavo a la Universidad Autónoma de Nayarit, por retención del impuesto del 12% para la máxima casa de estudios, durante los más de seis meses que tiene en el poder.
Ha sido exhibido el alcalde en la televisión nacional por su ineficacia como gobernante para cumplir elementales servicios públicos a la ciudadanía, como son recolección de basura, agua potable, drenaje, alumbrado público, alcantarillado y seguridad. No tenemos dinero, el ayuntamiento está pobre, ha dicho en entrevista a medios electrónicos de su preferencia.
Lo último ha sido la declaración pública de Antonio Echevarría Domínguez, ex gobernador de Nayarit, quien le endilgó el calificativo de payaso metido a la política, pues lo único que causa es risa. “Piensa que haciendo sus chistes todos le van a aplaudir, es una idiotez. Y si la gente lo sigue es porque en la entidad hay mucha pobreza e ignorancia. De las necesidades sociales se aprovecha para promoción personal”.
Layín danza sobre una nube de frivolidad, sus acciones de gobernante institucional muy alejadas están de caminar por el sendero de lograr mejores condiciones de vida para todos los habitantes del municipio de San Blas.
Ha dedicado más tiempo a promover su persona que al trabajo de administrar con eficiencia el municipio, y es así porque en la mira tiene el 2017, cuando será la elección para nuevo gobernador de Nayarit.
Haber sacado la cabeza antes de tiempo, es decir, hacer pública su aspiración de gobernar Nayarit, no se lo perdonará el sistema político. Será atacado más duro conforme se acerque la fecha del arranque del proceso electoral local, caerán sobre su persona campañas sucias para señalarle errores en su vida privada y cuando los argumentos se agoten dirán que es joto, hasta se intentará meterlo a la cárcel para inhabilitar su participación como candidato independiente.
Layín, como aspirantes de otros partidos, enfrentará al monstruo de mil cabezas en que se convierte el partido en el poder cuando de ganar elecciones se trata, más en los últimos años que ha utilizado métodos financieros inverosímiles para la entrega de dádivas al elector, cuya conformidad al regalo raya en la inocencia. Lo dicho: el PRI busca cada día nuevas maneras de condicionar el voto a su favor.
Incólume está el presidente municipal de San Blas, aunque poco o nada conozca el sistema jurídico, intuye que la impunidad reina en nuestra entidad promovida desde el Ejecutivo al no ejercer el interés de cimentar las bases de una cultura de la legalidad y de instituciones sólidas de procuración de justicia. Mientras tanto, Layín nadará de muertito.
Además, muy quitado de la pena Layín también baila zapateado, con buen estilo, al son de la banda de viento sobre la mesa de una cantina de Acaponeta, rodeado de amigos buenos para el chupe. Salud.
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