El Quinto Sol…
Rocío Alegría Treviño (Cielo)
15 de Enero de 2025
Hace muchos años en la sierra del Nayar, los huicholes se reunieron preocupados porque no había salido el Quinto Sol, existía una luna hermosa, que brillaba en su intensidad máxima llenando de luz plateada el horizonte, más los huicholes deseaban ver la luz del día, sentir su calor, su energía, disfrutar de los armoniosos colores de las plumas de quetzal, de los colibríes y de las hermosas flores, que decaían tristemente pues sin luz y calor, las plantas no florecían.
Se dispusieron a ofrecer sacrificios a la luna, quien tenía cinco hijos, le pidieron con fervor, les regalara uno y pensaban convertirlo en Sol. La luna no de muy buena gana, les mandó uno de sus hijos, el más feo, que tristemente era tuerto y cojeaba de un pie. Los huicholes lo recibieron con algarabía y cantando alegremente, se dispusieron a engalanarlo.
Lo vistieron con una túnica preciosa azul celeste, bordada en sus orillas con oro y plata, en su cabeza pusieron una corona formada de plumas, piedras preciosas, turquesas, jades y rubíes. ¡Era esplendorosa! Le dieron una talega llena de tabaco e incienso, unas sandalias de piel de venado adornadas con chaquira y lentejuelas lucían hermosas. Ya vestido el joven no sabía ni remotamente lo que pasaría después.
Lo pusieron en una cama de acero, el temblaba de miedo, les dijo. . . . ¿A dónde me llevan? El sacerdote le contesta. . . Te meteremos al horno, te coceremos para que de esta forma nazca el nuevo sol. El joven temeroso, trató de soltarse y escapar, pero le fue imposible las ataduras eran muy fuertes, dando aullidos de dolor, fue metido a un horno, donde se coció totalmente, pero logró resucitar, escapando furiosamente y corrió por unos túneles que encontró al salir del horno. Y milagrosamente llamando a su madre Luna, ésta lo convirtió en un hermoso Sol, que resplandeció, las plantas abrieron sus hojas, las flores asomaron sus corolas, los pájaros cantaron alegremente, las hormigas salieron a recolectar hojas, las abejas libaban el néctar de las flores que tímidamente saludaban al hermoso ¡Quinto Sol!
Los animales como los coyotes, lobos, jaguares, panteras, zorros, hienas y serpientes estaban muy enojados por el nacimiento del Quinto Sol, Tanto que se armaron con arcos y flechas tirándole al centro para destruirlo, pero las ardillas y pavorreales los corretearon pues ellos eran felices y celebraban la llegada del Quinto Sol. Ayudados por la Diosa Luna hicieron huir a los animales que, horrorizados ante tal esplendor, corrieron a buscar cuevas y rocas para esconderse, desde entonces se amparan bajo las sombras.
Los huicholes cada cincuenta y cinco años celebraban la venida de un nuevo sol, era como un renacer, se hacían fiestas donde todos tomaban un vino especial hecho con maíz molido y fermentado, las fiestas duraban hasta que salía el sol, le hacían reverencias y sacrificios para que les diera abundancia en sus cosechas, fertilidad a sus mujeres, y que sus sacerdotes y emperadores gobernaran con dignidad, justicia, y equidad ya que proliferaba entre ellos la armonía y la prosperidad.
Pero Los Dioses les preparaban una sorpresa, estando celebrando la llegada del Quinto Sol, la tierra comenzó a temblar, se sacudía fuertemente y los pajarillos volaban sin ton ni son, los animales aullaban con terror, los hombres corrieron a abrazar y proteger a sus familias tratando de encontrar un refugio, pero. . ¿A dónde ir, si el piso que pisas se mueve? Estaban muy asustados corrían por doquier, los cerros comenzaron a desmoronarse cayendo montones de rocas aplastando a muchos de ellos. Veían con horror lo que estaba sucediendo y pensaban que algún castigo estaba recibiendo.
De pronto. . . Se detiene, todo queda mudo y silencioso, la tierra deja de sacudirse y ellos mareados y con los ojos desorbitados, gritaban fuera de sí. . . . . ¿Por qué? ¿Nos pasa esto? ¿En qué hemos fallado? . . . . Más nadie contestaba. Los árboles que habían perdido algunas ramas, comenzaron a hablar, diciendo lo siguiente: Es por el Quinto Sol que nos pasa esto. . . . La luna está enojada porque quemamos a su hijo. . . ¿Pero cómo? Si ella lo convirtió en Sol. Si dijeron los árboles, pero quería que su hijo viviera entre nosotros no quería que fuese un Sol. . . ¡Pero si ella lo ayudó, decían los hombres! ¡No entendemos! . . . Un árbol dijo: Debemos hablar con la Luna, esto no debe pasar. Haciendo coro los hombres y mujeres que asustados abrazaban a sus hijos, otros lamentando sus pérdidas se aferraban a sus seres queridos que habían perecido en ese terrible temblor, temiendo que de un momento a otro volviera a suceder otra tragedia.
Se reunieron en lo más alto de uno de sus Templos, había escalinatas para llegar a lo alto donde existía una enorme piedra que se encontraba bañada en sangre, pues ahí sacrificaban a la gente para sus Dioses. Los sacerdotes y brujos pidieron a todos llevaran teas ardiendo para alumbrarse en el camino, pues la luna estaba escondida tras gruesos nubarrones, como queriendo esconderse de ellos.
Rodeando la piedra y poniendo sobre ella una lámpara de aceite para iluminarlo todo se sentaron en el suelo, alzaron sus manos al cielo, pidiéndole en una sincera plegaria a su Diosa Luna que los escuchara. . . La luna se asomó débilmente a través de las nubes y los escuchó atentamente. Ellos decían. ¿Por qué nos pasó esto? ¡Es un castigo? . . . La luna respondió: Quiero que destruyan esa piedra, no quiero ver más sangre, no deben matar a sus semejantes o reuniré a todos los Dioses y los destruiremos, llamaré al Dios de los Vientos, Eolo, Al Dios del Fuego Fílsis, al Dios de las Aguas Nánive, al Dios de los Rayos y Tempestades, Raytichi, y así enumeró a todos los Dioses que ellos adoraban.
Nosotros queremos que vivan felices, que no haya más sacrificios, que no se derrame sangre, estaremos felices si sonríen, si bailan, juegan saltan, crean producen y sobre todo… Aman. Eso nos haría felices y con este Quinto Sol mi Hijo más amado, les dará fortaleza, fertilidad, belleza, la tierra fructificará, los ríos se llenarán de peces, los árboles de frutas, y los animales salvajes se alejarán de ustedes, jamás deben acercarse a ellos, pues son crueles y asesinos. Los hombres callaron y aceptaron dejar de hacer sacrificios. Entendiendo el mensaje de su Diosa Luna... Pero un rico Emperador, enojado porque su bella hija Namatechi, se había enamorado de un plebeyo llamado Tindú, lo mandó sacrificar, su Sacerdote no quería hacerlo. . . Pero este Rey déspota e intolerante, lo amenazó con sacrificarlo a él también si no lo hacía, además sacrificaría a su esposa y a sus dos pequeñitos.
Tuvo que ceder a sus caprichos y apresando al joven Tindú lo llevó hasta lo más alto de una colina, lo ató fuertemente a una roca y con todo el dolor del mundo con un cuchillo hecho de pedernal, le sacó el corazón que aún palpitante lo entregó a este Emperador Tirano, quien comenzó a comerlo, pero era tanto su odio que se atragantó y acabó ahogándose con un trozo de ese órgano sangrante. El cuerpo de Tindú aún se sacudía por el dolor, llego Namatechi y aterrorizada ante lo que vio cayó al piso desmayándose al instante.
La Diosa Luna al ver lo sucedido, llamó a su hijo El Quinto Sol y le exigió alejarse de la tierra, lo mandó a alumbrar otros mundos, dejando la tierra en tinieblas. Todos asustados corrieron a la colina, al ver lo sucedido, se hincaron temerosos, más el Quinto Sol se había ido, la Diosa Luna se alejaba y ellos sumidos en las tinieblas lloraban sin saber qué hacer. La bella Namatechi se levantó, su dolor era tan grande que conmovieron a los Dioses, y éstos bajaron en una estela luminosa. . . Tomaron el corazón palpitante, lo colocaron en el pecho de Tindú, con su magia pasaron sus manos por su cuerpo y la herida sanó milagrosamente. Tindú se incorporó sin recordar nada, tomó a Namatechi de la mano y bajaron la Colina felices ya nada se interpondría en su casamiento. Pero notaron que todo estaba oscuro. Hincados imploraron a los Dioses les devolvieran a su Quinto Sol. Prometiendo ser mejores cada día.
La Diosa Luna llamó a su hijo más amado y le pidió regresar a alumbrar la tierra, y le dijo: Yo regresaré también, estos hombres no tienen por qué pagar por lo que hizo uno de ellos. Además, el Amor de estos jóvenes nos ha demostrado que en los hombres existe la buena voluntad, la fe y la esperanza.
Y en instantes el Quinto Sol apareció ¡Deslumbrante, Radiante, tibio y Maravillosamente hermoso! Los jóvenes se arrodillaron, los demás también y el ¡Quinto Sol! Con una hermosa sonrisa, los saludaba desde el cielo.
Y Colorín colorado, este cuento se ha terminado.
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