Un posible mensaje subliminal que influyó en El Vaticano
Sergio Mejía Cano
09 de Mayo de 2025
Ahora sí que como se dice coloquialmente: a toro pasado ya para qué o que el hubiera no existe, pues resulta que a principios de este mes de mayo me encontré en el centro a un compañero jubilado de la otrora orgullosa ruta de la costa occidental, el Ferrocarril del Pacífico quien, de entrada, me comentó si ya había visto la imagen del anaranjado presidente norteamericano, Donald Trump, vestido como papa.
Le respondí que sí, pero que era una imagen creada por inteligencia artificial; sin embargo me dijo que no se refería a eso, sino a que Trump había dicho en una entrevista o en uno de sus mensajes que claro que le gustaría ser papa, así que, al publicar su imagen con vestimenta eclesiástica aunado con su dicho, tal vez haya sido un mensaje subliminal o una sugerencia o, en determinado caso hasta una orden de que el próximo papa tendría que ser norteamericano, para así, aunque en los Estados Unidos no existe una inmensa mayoría de ciudadanos que profesen el catolicismo, de todos modos, de algo le serviría para sentirse con aún con más poder de dominación entre los católicos de su país, pero sobre todo, entre los latinos entre los que sí hay una gran mayoría de este culto.
Esta plática obviamente que me llamó la atención; sin embargo, como casi no toco temas religiosos no lo tomé en cuenta como para publicarlo o hacer un comentario al respecto, ya que la elección del nuevo papa le corresponde en lo absoluto a otro país, al Estado Vaticano, por lo que se decida en ese pequeño país compete única y exclusivamente los cardenales; aunque, claro está, tal vez con la influencia de intereses tanto económicos como de dominación de las mentes de sus feligreses y, quizás entre esa influencia podría entrar el mensaje subliminal del demente presidente de los gringos.
Sale electo como papa un cardenal que durante mucho tiempo trabajó en Perú en varios cargos, así como el de misionero y obispo, en el Perú y, si bien nació en los Estados Unidos, gran parte de su vida pastoral la ha pasado en este país de Sudamérica, lo que hace posible el hecho de que al estar en contacto con la realidad de lo que es esa parte de Latinoamérica lo haga ser más consciente de lo mucho que han sufrido no nada más los peruanos, sino todos los países al sur de la frontera de su país natal, países que en su mayoría han padecido dictaduras crueles, saqueos, pobreza extrema, persecuciones, matanzas, guerrillas y grupos paramilitares; severas deforestaciones, golpes de Estado y un largo etcétera de contingencias sobajando los Derechos Humanos, garantías individuales.
Así que, el hecho de que el nuevo papa de nombre, Robert Francis Prevost, quien ha adoptado el nombre de León XIV conozca en vivo la situación real de Latinoamérica y que esto le haga comprender que también otras partes del mundo estén en igual o peor situación, lo haga seguir la línea de papa Francisco quien desde el inicio de su papado se pronunció en bien de los pobres; esto porque ya han salido voces que señalan posibles diferencias insalvables entre el desaparecido papa Francisco y el ahora papa, León XIV.
Se ha documentado que, si hay un pueblo mal informado históricamente es el estadounidense, pues le han hecho creer que son lo mejor que le pudo pasar al planeta: que existan los Estados Unidos haciendo que una gran mayoría de estadounidenses esté viviendo siempre dentro de una burbuja creyendo que son la mejor democracia del mundo, la máxima potencia mundial, que son el país lleno de libertades, etcétera.
Pero también está el hecho de que, aparte de tener la ciudadanía peruana, también es estadounidense y que por lo mismo, Donald Trump se considere como su dueño o mandamás y, con el hecho de que la jerarquía católica de los Estados Unidos está considerada como de las más ultraconservadoras, ultraderechistas, tal vez León XIV sea presionado en su actuar precisamente por ese ultra conservadurismo de su país natal en caso de que, para esa oscura jerarquía católica estadounidense se considere que está actuando en contra de sus ideales de derecha; aunque algunos analistas en cuestiones religiosas, sobre todo del catolicismo, señalan que si bien no hay mucha presencia de católicos en los Estados Unidos, la jerarquía de este país sí es muy poderosa e influyente entre muchos de sus gobernantes en sus tres niveles y en sus dos partidos políticos, así como en otras organizaciones no gubernamentales, ya que, aparte de tener una gran fuerza de manipulación, también la tiene en la política.
Sea pues. Vale.
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