Son tus perjumenes Tepic
Lorena Orozco
30 de junio de 2013
“Son tus perjúmenes Tepic, los que me guacareyan, son tus perjúmenes Tepic…” y es que ¡óigame no! Los malos olores que despiden las alcantarillas del primer cuadro de la ciudad están a todo lo que da; así es que miles de transeúntes a diario se dan su buen “llegue” de fetidez, y la mera verdad es que duras rato con el estomago revuelto y con más razón si le das “el golpe”, como me pasó a mi hace un tiempo, pues ahora ya me “aprevengo” (como dicen en el rancho), y aguanto la respiración cuando paso por ahí.
Me sentí aliviada cuando dijeron los del ayuntamiento que iban a atacar el problema de las alcantarillas: que las iban a reparar; pues son 600 las que están distribuidas a lo largo y ancho de la capital nayarita, y en mis sueños guajiros pensé que empezarían por el centro, pero nuncamente y jamasmente ha ocurrido tal, pues siguen los fétidos olores por la calle lerdo a un costado del ayuntamiento, unas que están sobre la plaza principal y por la Hidalgo y México, que son para mi gusto las más mortíferas.
A mi no me crean, pero dicen que el asunto es competencia de ambos dos gobiernos: del municipal y del estatal, pues obras públicas debe entrarle al quite a través de Jhony Vera en el ayuntamiento, y de Gianni Ramírez, del gobierno de la gente.
Eso, sin pasar por alto al SIAPA (Sistema de Agua Potable y Alcantarillado), pues ya ven que hasta nos cobran servicio de alcantarillado y toda la cosa, pero según eso, ellos no tienen la culpa de que algunos ciudadanos (de esos a los que todo se les hace fácil) se conectan al drenaje pluvial para aventar sus desechos, provocando que el primer cuadro esté convertido en esta infesta cámara de gases.
Dicen que esto pasa hasta en las mejores ciudades, yo no lo dudo; pero que naiden haga nada en Tepic para solucionar esta fella situación si nos provoca náuseas a la ciudadanía.
Ignoro si las otras quinientas y tantas alcantarillas que me faltan por oler, están así de apestosas, pero eso sí a diario me chuto las que están cerca de los palacios: el municipal y el estatal, y créanme, eso me tiene un tanto descompuesta, y no sólo a mí, sino a miles y miles de personas que les ha tocado pasar por ese tormento.
La gente que viene de los ranchos circunvecinos, del interior del estado o fuera de éste, me darán la razón; el primer cuadro de Tepic está harto, mucho y dijera el diputado aquel, “demasiadamente” hediondo, por lo que urge quitarle los perjúmenes y limpiar, desazolvar y de ser posible, hasta multar a quienes están ocasionando este feo problema que nos hace detener la respiración.
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