No es un regalo, sino justicia laboral hacia la clase trabajadora
Sergio Mejía Cano
14 de Febrero de 2022
Ahora resulta que, un acto de justicia laboral a los extrabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC), los detractores del actual Gobierno Federal le dicen “regalazo”, pues en la primera plana del periódico Reforma del pasado 11 de febrero, aparece un reportaje firmado por Antonio Baranda y Claudia Guerrero, con el encabezado “Dan ‘regalazo’ ahora al SME”.
Y esto, porque se cubrirán las jubilaciones a extrabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que quedaron en la calle al momento de la desaparición de esta compañía en el año de 2009 por decisión del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Se nota cierta insidia porque resalta más el monto estimado de lo que se tendrá que erogar por parte del erario que lo que significa en cuestión de hacer justicia a las demandas de los ahora extrabajadores que, sin miramiento alguno quedaron desprotegidos por una decisión falaz que, ahora se confirma el porqué de la liquidación de la LFC, pues se ha hecho más que evidente que todo esto fue para favorecer a las compañías españolas que se apoderaron prácticamente de la energía eléctrica.
Y se nota cierta jiribilla al decir en este reportaje que, el actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, en 2020 regresó al Sindicato Único de Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), privilegios en el esquema de pensiones, añadiendo que les bajó 10 años para retiro por años de servicio y que ahora pueden jubilarse a los 55 años de edad en vez de 65. Y la jiribilla estriba en que, no es que les haya regresado estas prebendas y conquistas laborales a los electricistas, sino que, por consenso junto con el Poder Legislativo, lo que se llevó a cabo fue derogar lo que establecía el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) que, precisamente se había elaborado en el año de 2008, que era a todas luces muy inferior al anterior que fue al que se regresó a la clase trabajadora, pues en el anterior CCT se establecían estas garantías laborales; y también porque el nuevo CCT señalaba que los trabajadores electricistas que hubiesen entrado a laborar a la CFE, ya no tendían las mismas prestaciones laborales a las que ya tenían los trabajadores de más antigüedad, algo que, por donde quiera que se le vea estaba fuera de orden; porque ¿qué no acaso se dice constantemente que a trabajo igual, prestaciones iguales? Entonces, no tendría por qué haber esta clase de discriminación de que a los de nuevo ingreso se les quitaran las prestaciones y conquistas laborales con las que cuentan los más antiguos.
Señalan estos reporteros del periódico Reforma que, el promedio de las jubilaciones será de al menos 12,500 pesos mensuales, y que algunos alcanzarán la cantidad de 67 mil; sin embargo, en una de las conferencias matutinas que ofrece el presidente Andrés Manuel López Obrador, se aclaró que quienes recibirán esta alta cantidad de 67 mil pesos serán únicamente cinco personas.
Cuando comenzó la trama para desaparecer a la compañía de LFC, precisamente se decía en los medios informativos que ya era insostenible pagar los altos salarios que recibían todos los trabajadores de LFC; pero también en esos días, muchos trabajadores de campo de LFC demostraron a través de las redes sociales que esto no era cierto, que si bien había trabajadores que ganaban bien, la mayoría de ellos percibían 1,550 peos a la quincena y que, con las deducciones correspondientes, les venían quedando cuando mucho 1,200 pesos de pago líquido. Y ahora se vuelve al mismo cuento de que ganaban mucho y de que con esta decisión gubernamental se tendrán que erogar grandes cantidades del erario y que, además, no están contemplados en el presupuesto de egresos de la federación.
Y se entiende que esto no es ningún “regalazo”, sino simple y sencillamente justicia laboral para los ahora extrabajadores de LFC que quedaron en la calle por la decisión de Felipe Calderón de allanarles el campo propicio a las compañías extranjeras, sobre todo españolas, tal y como se ha demostrado ya.
Esta decisión de la actual administración federal ha despertado buenas esperanzas al gremio ferroviario, pues se sienta el precedente de que si ya hubo justicia para los electricistas, también la haya para los ferroviarios que, con motivo de la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México, el gobierno federal voltee la cara hacia los ferrocarrileros que ya tienen más de 23 años con sus demandas laborales esperando que se haga justicia.
Sea pues. Vale.
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