Sergio Mejía Cano
23 de Abril de 2021
Ahora que las campañas políticas para la gubernatura de Nayarit van in crescendo, no se ha escuchado que alguno de los candidatos (ambos géneros), se haya pronunciado sobre el tema de las vías férreas que literalmente parten a la capital nayarita en dos; tema tan recurrente antaño. Sin embargo, falta esperar cuando arrecien las de los candidatos a la presidencia municipal de Tepic, para ver si alguno de ellos retoma este tema.
Tal vez falte que haya algún accidente fuerte en alguno de los tantos cruceros públicos a nivel con las vías del ferrocarril que, ojalá y mejor no suceda, para que vuelva a estar presente en la mente de los tepiqueños lo estorboso que resulta para muchos de sus habitantes el que esté algún tren o material rodante bloqueando uno o varios de estos cruceros, para que se forme el caldo de cultivo para alguno de los candidatos y se abra el tema y que salgan como aquel eslogan de que “las vías se van”.
Y si bien sería un tema que prendería en esa parte del electorado que desde siempre ha pugnado por que las vías férreas desaparezcan de su lugar actual, prácticamente sería, si no difícil, poco viable de cumplirse, en caso de que alguno de los candidatos comenzara este tipo de campaña, pues con el tiempo ha quedado de manifiesto que la empresa concesionaria Ferromex no pretende en algún modo que esto suceda por lo costoso que le saldría el cambio de instalaciones tanto de patios de maniobras como demás instalaciones inherentes para su operatividad. Porque como buenos inversionistas, adquirieron la concesión para ganar invirtiendo lo mínimo; además, se entiende que les fue concesionado lo ya instalado sin tomar en cuenta la sala de espera y el restaurante de la estación, así como las bodegas del exprés y carga de menos de carro entero, cuyas ruinas cada vez se hacen más evidentes.
Se tiene entendido que en la década de los años 60 del siglo pasado, se contempló cambiar la estación y patios de maniobras hacia San José de Costilla y Pantanal; sin embargo, de acuerdo a estudios del lugar, este resultó muy pantanoso y neblinoso, por lo que mejor se buscó otro acomodo. Y en caso de que hubieran cambiado todo a ese lugar, la vía férrea saldría de Pantanal llegando a espaldas del Rancho “El Quevedeño”; y de hecho, sí hubo un tendido para esa vía quedando a espaldas de donde ahora están las instalaciones de Pemex; pero en 1967 y 1968 los trabajos fueron abandonados sin más explicaciones.
Y comentan antiguos ferroviarios, que en el sexenio del gobernador Roberto Gómez Reyes (1970-1975), se le ofreció al entonces Ferrocarril del Pacífico, S. A. de C. V., un terreno en las inmediaciones de la entonces incipiente “Ciudad Industrial”, y que incluso llegó una comitiva del ferrocarril que, junto con funcionarios del gobierno del estado de Nayarit, fueron a ver e inspeccionar los terrenos que se ofrecían, pero que por alguna razón inexplicable, los directivos del ferrocarril no lo tomaron. Después, se supo extraoficialmente que en un principio se contempló la posibilidad del cambio de las instalaciones férreas hacia Ciudad Industrial, porque existía el potencial de que se instalaran industrias que requirieran de espuelas para entrada y salida de unidades de arrastre y así mover carga por ferrocarril. Pero el problema surgió en que la falta de industria fuerte en Tepic y la imposibilidad de que en un mediano plazo se fueran a instalar industrias que requirieran de movimiento de unidades del ferrocarril, mejor se desechó la idea, y ahí quedó todo.
Al comienzo del sexenio del gobernador Antonio Echevarría Domínguez, cuando presentó su plan estatal de desarrollo, tanto en el Palacio de Gobierno como en el Municipal, pusieron unos mapas de la ciudad en donde claramente se veía cómo desaparecía el emblema de la vía férrea que no llegaba a su lugar actual, sino que la línea con rayitas cruzadas con la que se simboliza una vía férrea en un plano o mapa, se desprendía precisamente de Pantanal hacia El Quevedeño, pues como quedó dicho, así se tenía contemplado desde la década de los años 60.
Y ahora sería más inviable el poder sacar las vías de su lugar actual, porque tal vez saldría más caro el caldo que las albóndigas, ya que ahora está el aeropuerto, la autopista y, se tendrían que hacer puentes y pasos a desnivel para salvar todos los obstáculos que antes no existían. Así que si de pasos superiores y pasos a desnivel se trata, pues mejor construir uno en el boulevard Colosio y otro en la avenida Gobernadores.
Sea pues. Vale.