Oscar González Bonilla
17 de Abril de 2021
Tal si fuera narcotraficante como “El Chapo” (Guzmán) o el más sanguinario de los asesinos, así considera Dora Luz Aguilar Jiménez fue la arbitraria detención de Luis Manuel Hernández Escobedo, su esposo, por parte de al parecer elementos de la Policía Estatal que actuaron vestidos de civil.
Bien recuerda que fue el domingo 17 de enero anterior, como a las cuatro de la tarde, cuando a su domicilio particular de la calle Durango al sur de la ciudad de Tepic llegaron tres elementos de la policía estatal que reciben órdenes de la Fiscalía General de Nayarit, ésta al mando de Petronilo Díaz-Ponce Medrano, debidamente resguardados por cantidad de policías de la corporación.
Dora Luz, con el pesar que le causa la reclusión de su marido, recibió al reportero de la gente en el interior de su casa con el propósito de dar a conocer pormenores de acciones que considera a todas luces abuso de autoridad por parte de policías que hicieron uso de la fuerza sin haber necesidad de ello.
Describe la mujer que los policías, en sorpresiva acción, lograron la inmovilización de dos personas que cumplen la misión de vigilantes fuera del edificio sede de su casa particular, al sujetarlos con esposas. Enseguida procedieron a allanar e irrumpir con el fin de efectuar la aprehensión.
“Me encontraba en el lavadero, haciendo mi quehacer. Desde el interior observé que en la calle varias personas platicaban con los guardias. Pensé que serían sus amigos. Pero no, eran los policías. Cuando se dieron cuenta que la puerta del cancel de entrada estaba cerrada con llave, utilizaron una especie de barra para a la fuerza abrir (lo testimonia cámara de video) y de esa manera entrar hasta la sala de la casa”.
Fue en ese sitio donde se los topó la señora Dora Luz y en el acto les reprochó su proceder, pidió explicación de su extralimitación. Argumentaron poseer por escrito orden de cateo y aprehensión de Luis Manuel Hernández Escobedo. Aunque pidió revisar el documento ordenado por un juez, jamás se lo mostraron. Exigían les dijera ella dónde se encontraba el secretario general del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit (SETUAN). Desesperados los policías actuaban con nerviosismo.
Ante las circunstancias, a la señora Dora Luz no le quedó más que llamar a su marido que se hallaba en el cuarto del segundo piso, en pijama cómodamente viendo la televisión. Bajó: ¿qué sucede? “Aquí te buscan estos señores”. Aunque Luis Manuel pidió le mostraran el documento para saber de qué se trataba, los policías se negaron. Lo enseñaban de lejecitos.
Fue en ese preciso instante que lo apresaron sin miramiento alguno, él no opuso resistencia. Ante lo inevitable Dora Luz pidió a los agentes policíacos que vestían de civil permitieran traer ropa para que Luis Manuel se cambiara, se despojara de pijama y chanclas. “De momento aceptaron, pero luego una voz autoritaria al instante cambió de opinión: no, así nos lo vamos a llevar. Si usted quiere lleve la ropa a donde lo vamos a llevar ¿Y a dónde lo llevan? Averigüe. Luego me di cuenta que a los dos guardias esposados también se los llevaron”. Al paso de ocho horas los familiares de Luis Manuel supieron del lugar donde se encontraba. En la actualidad en el penal federal de El Rincón, Luis Manuel tiene autorización de recibir visita de familiares y llamada telefónica una vez por semana.
Sin el jefe de familia en casa, deben pasar por una situación difícil.
-Claro que sí. A nosotros nos sorprendió, por consecuencia no estábamos preparados para vivir una situación de esta naturaleza. Si él tuviera que ver en delitos que lo acusan (peculado, ejercicio indebido de funciones y daño en las cosas agravado) no hubiera estado tan confiado. Inclusive, un día antes salimos a una fiesta.
“Estoy completamente segura que él es inocente. Además mis hijos y toda la familia estamos indignados por la manera arbitraria en que fue detenido y por todas las cosas que hemos tenido que pasar para lograr contacto personal con Luis Manuel, nos han puesto un sinfín de obstáculos que lesionan su derechos humanos. No me parece justo.
“Manuel ha sido un buen dirigente del sindicato de trabajadores universitarios. Las reelecciones en la secretaria general han sido a través del voto mayoritario, no de la imposición. Siempre se ha preocupado porque los sindicalizados tengan sueldo digno y buenas prestaciones para beneficio de la futura jubilación. Por eso ha estado ahí, por eso sus compañeros lo quieren. De nosotros, su familia, ha tenido el apoyo desde siempre”.