Tepic, Nayarit, sábado 20 de abril de 2024

Las comunes agresiones policíacas

Sergio Mejía Cano

30 de Abril de 2021

Pues vaya que se hizo viral la muerte de una mujer de origen salvadoreño en Tulum, Quintana Roo, a manos de al menos cuatro policías municipales que con lujo de violencia la sometieron y uno de los policías le encimó su rodilla en la espalda, por lo que ahora se considera como asesinato; y tan así se corrió la noticia a nivel nacional y posiblemente hasta internacional ya en estos momentos, que hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador, se refirió a este hecho en su conferencia matutina.

La pregunta que posiblemente se haga mucha gente, podría ser cómo es y cómo se da la capacitación a los elementos policíacos que actúan de esta manera, porque recientemente, no hace mucho tiempo, en Cancún, en el mismo estado de Quintana Roo, se dio una represión policíaca en contra de manifestantes que, precisamente, protestaban por los feminicidios ocurridos en esa misma entidad. Sin embargo, agresiones policíacas no nada más son privativas de Quintana Roo, sino que en la mayoría de los estados de la República, si no es que en todos, seguido se dan noticias de represiones y agresiones de cuerpos policíacos de diversas corporaciones, ya sea municipales, estatales y hasta federales.

¿Cómo es que se permite que elementos de los diversos cuerpos policíacos agredan a quien tienen la obligación de proteger?

Porque se han dado circunstancias en que algunas de las veces en que se han dado este tipo de agresiones y represiones, los mandos policíacos tergiversan la información dando la razón a sus elementos o justificándolos por su comportamiento agresivo. Y he ahí las consecuencias, porque mientras más se solapen este tipo de agresiones en contra de la ciudadanía, más crecen las impunidades para esos elementos agresivos que, por ese comportamiento en contra de la población a la que deberían de proteger y no agredir, no deberían de pertenecer a ningún cuerpo policíaco.

Y el meollo del asunto estaría en cuanto alguien quiere ingresar a un cuerpo policíaco, del que sea, y al parecer mientras más agresivos se comporten con la población, son los que son aceptados. Y todo porque no es difícil determinar lo que esconde en su subconsciente una persona, pues se dice que hay exámenes profundos que incursionan la mente de los individuos de tal forma, que de inmediato salta a la vista su potencialidad como posible agresor y violador de las leyes a las que debería estar sujeto, cumplir y hacer cumplir, pero se da el caso de que a la mejor no es así, porque si se les hicieran exámenes de la mente de bien a bien, los policías que agredieron a esta mujer en Tulum, no hubieran sido aceptados nunca como elementos de esa corporación.

Ahora se informa que esos elementos que asesinaron a esta mujer que, al parecer deja dos hijas huérfanas, han sido separados de sus cargos y están sujetos a investigación para ser juzgados y en su caso sentenciados; pero ¿por qué tener que esperar a que algunos policías hagan algo indebido para comenzar a investigarlos? Desde luego que esto se podría evitar si se examinara bien su intelecto desde que solicitan pertenecer a algún cuerpo policíaco y no ya después de muerto el niño tapar el pozo.

Claro que ha habido situaciones en que los policías se tienen que defender y algunas de las veces es inevitable que la defensa sea con su arma de cargo y tenga que disparar a quien o quienes los están agrediendo; pero el problema es que en esta ocasión, la señora ya está dada y rendida, de espaldas y esposada, entonces, ¿por qué la violencia ejercida en contra de ella, en donde a las claras se ve que no hay ninguna necesidad de que uno de los policías se le encime en su espalda?

Un claro ejemplo del mal comportamiento y del odio que sienten algunos elementos policíacos fue evidente en el video de Atenco, estado de México, en donde se observa claramente, cómo a un hombre caído lo golpean despiadadamente los policías con sus macanas y puntapiés, y policías que van llegando al caído lo golpean tal y como si fuera un ejercicio práctico; y en dicho video, se mira cómo hasta un pobre perro sufre las consecuencias de la inestabilidad mental de esos elementos policíacos, al recibir un macanazo sin motivo, nada más al pasar el policía le suelta un garrotazo. ¿Este es un comportamiento, no nada más policíaco, sino humano? Porque se supone que antes de ser policías, son seres humanos; sin embargo, con dicho comportamiento, deja mucho qué desear que en realidad pertenezcan a la especie humana en sí. Aunque de que los hay, los hay.

Sea pues. Vale.

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