Todo mundo tiene derecho a vacacionar a su modo
Sergio Mejía Cano
05 de Enero de 2021
No cabe duda de que cierto sector de la sociedad trae en salsa al subsecretario de prevención y promoción de la Salud, doctor Hugo López Gatell, pues no lo dejan ni a Sol ni a sombra, monitoreando todo lo que dice y hace; pero lo peor es que hay quienes le achacan la culpa de todos los males por los que está atravesando el país, debido a la contingencia sanitaria.
Hace tiempo que se exhibió en las redes sociales y en algunos medios informativos tanto a nivel nacional como local, una foto en donde está el doctor López Gatell practicando el rico picorete salivón con una dama, tal y como si nadie más lo hiciera; y además, en dicha imagen se mira que está compartiendo el pan y la sal con esa mujer.
En días recientes se dio a conocer una fotografía en donde supuestamente López Gatell viaja en un avión, en donde se ve que el aparente doctor con gorra, lentes y el cubrebocas como hamaca de papada, va hablando por teléfono y, desde luego se le criticó por esta acción. Pero por si fuera poco, ahora, salen en las dichosas redes sociales unas fotos en donde se dice que el doctor en cuestión está vacacionando en algún balneario del país. En las fotografías que se exhiben se ve que está en algún restaurante acompañado con una dama con lentes, y por ejemplo, en el portal de msn.com, la primera vez que muestra esta foto, se nota o se siente cierta insidia o tendencia respecto a la foto, porque el pie de foto dice que López Gatell está sin cubrebocas; sin embargo, la mujer que está a su lado en la mesa, tampoco lo trae y al fondo se ve a un señor con barba y lentes quien tampoco porta el famoso cubrebocas. Pero al rato ya no tiene esta foto el mismo pie de foto, pues nada más señala que está vacacionando sin hacer referencia ya a la falta del cubrebocas.
Y la tendencia o insidia podría ser porque hoy en día se ha satanizado a quienes no usan el cubrebocas al aire libre; y lo curioso de estas fotos es que si el doctor y su acompañante están en un restaurante, pues ni modo que vayan a degustar lo que van a ingerir con el cubrebocas puesto: de ahí lo tendencioso del pie de foto en primera instancia.
Está como aquella ridícula disposición aquí en Tepic casi al inicio de la pandemia en que se sancionaría a la persona que al ir en un vehículo automotriz llevara a un pasajero en el lugar del copiloto, aun así fueran esposos; y lo ridículo fue porque ni modo que en la alcoba conyugal también tuvieran que dormir separados como en el carro o durmiendo uno en la cama y otro en el suelo, siendo matrimonio o pareja sentimental.
Esto del uso del mentado cubrebocas como que ya se pasó de tueste, pues muchas personas ya casi lo consideran como un delito y señalan a quienes no lo portan hasta estando al aire libre, siendo que ya se ha informado hasta la saciedad que es recomendable su uso en espacios cerrados y, estando o andando al aire libre, si hay cierta y sana distancia no es tan necesario, sobre todo en las colonias de la periferia, porque si una persona camina por una calle desierta sin nadie a su lado o que nadie venga en contra, pues ¿para qué portar cubrebocas? Ya se ha informado que el virus no pulula en el aire como el polvo en que se convierten las heces de los canes y hasta de gente que defeca al aire libre, la saliva, etcétera; así que estando o andando al aire libre, cualquier persona no corre tanto peligro como en un lugar público encerrado.
Hay mucha incongruencia con el dichoso cubrebocas, pues por ejemplo en la central camionera, en la sala de espera están separados los asientos en uno sí y otro no mediante cintas amarillas; sin embargo, ya una vez a bordo de los camiones foráneos los pasajeros van viajando hombro con hombro; entonces, ¿ahí qué? Lo mismo en el transporte urbano.
Pero volviendo al doctor Hugo López Gatell, como ya lo traen entre ojos, a mucha gente ahora le cae mal por alguna razón tal vez insana, porque nadie está obligado a hacer lo imposible, y eso de echarle la culpa de tantas muertes debido a la pandemia, pues como que está fuera de orden, y que los ataques hacia su persona no tienen razón de ser. De ahí que él mismo dé sus razones del porqué se fue a vacacionar y se metió a comer a una palapa sin cubrebocas y además, acompañado de una dama, a ver su con su explicación le aclara la mente a esas personas de mente obtusa que no comprenden que toda persona tiene derecho al libre esparcimiento y más, quienes trabajan más de ocho horas al día todos los días de la semana y sin descanso.
Sea pues. Vale.
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