Un posible asunto meramente personal y nada más

Ya no resulta extraño que, cuando pasa o sucede algún asesinato como el ocurrido la madrugada de esta pasado 18 de diciembre, en que se dice, fue abatido a balazos el exgobernador del estado de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, en un bar en Puerto Vallarta, Jalisco, y que para pronto la cargada se hace en contra del Gobierno Federal, encabezado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Y desde luego, si el asesinado es un político o personaje público afín a determinado partido político o a cierto sector empresarial, y más si un gobierno en los tres niveles, tanto federal, estatal como municipal es adversario, de inmediato se le carga la culpa de los hechos. Tal y como ha estado ocurriendo con las declaraciones del exgobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, quien en cierta forma está culpando al gobierno de AMLO de lo sucedido en Puerto Vallarta, Jalisco, tachándolo como el responsable por tanta inseguridad que hay en el país, tal y como si la inseguridad que ha conllevado robos, asesinatos, extorciones, secuestros, etcétera, fuera de nuevo cuño y que se haya dado única y exclusivamente en esta actual administración federal.

Ramírez Acuña, en un noticiero de Nosotistema.com, hace un llamado a AMLO para que deje de lado eso de sus abrazos y no balazos, pues ya es intolerable el que haya varios atentados, haciendo referencia al que sucedió al Secretario de Seguridad de la Ciudad de México, así como las agresiones que han sufrido policías, empresarios, soldados del ejército mexicano, porque de seguir así México se va a desangrar aún más.

Y en la misma o parecida forma, se pronunció a través de las redes sociales, el político sonorense Jesús Zambrano Grijalva, en donde señala que “El lamentable asesinato de Aristóteles Sandoval reafirma el fracaso de la estúpida estrategia de ‘abrazos no balazos’ contra la inseguridad. Levantar memoriales como en Bavispe, Sonora, es mera demagogia presidencial”.

Que el también exsecretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, se pronuncie en contra de AMLO, pues tiene su razón de ser, por ser panista y no estar de acuerdo con el sistema adoptado por el actual presidente de México; pero que Jesús Zambrano lo haya hecho en igual o parecida forma, pues sí que es de llamar la atención, debido que supuestamente Zambrano Grijalva se dijo ser un luchador de izquierda de toda la vida e incluso haber participado abiertamente en contra de la llamada “guerra sucia” emprendida por el Gobierno Federal allá a finales de los años 60 y principios y mediados de los años 70 del siglo pasado. Y esto porque si fue, como él mismo lo ha dicho, un luchador social, pues debería estar consciente de que la inseguridad siempre ha estado presente en nuestro país y que no es cosa reciente; que en los años en que aparentemente él luchó contra el supremo gobierno, también hubo secuestros y asesinatos de empresarios, de políticos, asaltos, robos al por mayor, tal y como siempre ha sucedido. Así que eso de echarle la culpa a AMLO por su estrategia de “abrazos y no balazos”, es la consecuencia de los actuales sucesos delictivos, pues como que nada más es echarle leña al fuego y estarse orinando fuera de la olla. O precisamente, desde el sexenio anterior, si no es que desde antes, lo sentaron a orinar.

Estas declaraciones tanto de  Ramírez Acuña y Zambrano Grijalva, hacen recordar cuando fue asesinado a balazos el conductor de televisión Francisco Paco Stanley, el 7 de junio de 1999, cuando algunos comentaristas de televisión se le fueron con todo en contra del entonces Jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, sobre todo uno de Televisión Azteca de nombre Jorge Garralda, que abiertamente acusó a Cárdenas Solórzano como el culpable de la inseguridad del entonces Distrito Federal y por ende, del asesinato de Paco Stanley.

Sin embargo, y como el tiempo se encarga de desvelar muchas o todas las cosas, aplicando aquello de que la verdad siempre sale a flote como una gota de aceite en el agua, después se aclaro que el asesinato del conductor de televisión fue por asuntos personales y, se entiende que cuando algo así ocurre, no hay quien para a quien está decidido a terminar con la vida de otra persona.

Así que ahora con el asesinato del exgobernador jalisciense, podría ser única y exclusivamente un asunto personal y donde ningún gobierno de los tres niveles tenga algo qué ver. Y mientras no se aclare de bien a bien, desde luego que las especulaciones seguirán sin fin.

Sea pues. Vale.