El buen fin podría ser más perjudicial que benéfico
Sergio Mejía Cano
05 de noviembre de 2020
Se dice común y coloquialmente que para todo hay gente, y que hay quienes agarran fiado hasta el ferrocarril. Muchas personas tenían y daban por hecho que este año, debido a la contingencia sanitaria que nos ha mermado tanto humana como económicamente, se cancelaría el evento denominado “El buen fin”; pero no, al contrario, se le darán 12 días para que la gente se suma nuevamente en la sociedad de consumo.
En la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, de ayer miércoles 04, se inició con el anuncio del próximo buen fin, todo en aras de reactivar la economía; sin embargo, queda en el aire la cuestión de cuál o de quién se reactivará esa economía, siendo que para la mayoría de los mexicanos, su economía está bastante deteriorada precisamente debido a la pandemia que obligó al cierre de comercios y negocios, teniendo que recurrir muchas personas a los ahorros para poder paliar sus gastos más elementales, pues ya no hubo entradas de dinero habituales. De ahí que se haya pensado por gran parte de la población de que este año no habría “El buen fin”.
Podría decirse que el que se haya anunciado en la mañanera el inicio de “El buen fin”, es una estrategia para dar a entender que la economía en nuestro país no está acabada que está superando la contingencia sanitaria; pero la triste realidad es muy diferente, pues hay gente que no sabe qué va a comer al rato o al día siguiente.
El futuro económico del país es cada día más incierto, pues la epidemia se ha alargado y extendido más allá de las expectativas esperadas; y aun así, se está invitando a la gente a que se endrogue, económicamente hablando. Y si bien hay personas que sopesan la realidad de su situación económica haciéndolos entrar en razón de que no tiene caso echarse encima más deudas, de todos modos, hay otras personas que les vale y se avientan al ruedo, yendo a adquirir enseres domésticos, aparatos electrónicos, así deban aún los que compraron el año anterior e incluso, se oye por ahí que hay gente que todavía debe lo que sacaron fiado hace dos o tres años.
Se dice también, que cada quien habla de la feria según como le va en ella, y se pudiera creer que se habla por experiencia personal; pero no es así, ya que preguntando aquí, allá y acullá a familiares, vecinos y conocidos en general, la respuesta común es que ya no pueden más con las deudas, por lo que ahora de momento ni pensar ir a endrogarse a una tienda departamental o de lo que sea, porque el horno no está para bollos en cuestión económica.
Obviamente que hay personas que pueden seguir comprando y posiblemente hasta al contado; pero el problema es que la mayoría de los mexicanos hoy en día no tienen un trabajo seguro en que esté asegurada su quincena.
Está por ejemplo la infinidad de tepiqueños, pues la capital nayarita se mueve más comercialmente, por lo bajo que es la cuestión industrial que casi no existe en Tepic y todo Nayarit, por lo que únicamente la burocracia tanto estatal como municipal, es la que podría seguir endeudándose en las tiendas de todo tipo; sin embargo, otros sectores de la sociedad tepiqueña, que trabajan al día, en el comercio informal o hasta comerciantes establecidos a quienes también pegó feo el cierre de sus pequeñas empresas o negocios, y que por esto, de acuerdo a los enterados en los asuntos económicos, muchos de los comerciantes y empresarios nayaritas, tardarán años en volver a la normalidad con que se desarrollaban hasta antes de que ocurriera todo esto del coronavirus. Pero no nada más empresarios y comerciantes establecidos, sino todos los empleados de los que se tuvieron que desprender al tener que cerrar o ya no poder sostener el poder darles trabajo; así que esas personas que todavía no encuentran acomodo laboral, y que no ven para cuando tendrán un trabajo, ni modo que toda esta gente acuda a las grandes tiendas y centros comerciales a sacar fiado algo. Porque se debe de tener en cuenta que en caso de que se avienten a endeudarse aún más, será pidiendo fiado; porque tal y como está la situación, es poco probable que alguien de la población de a pie vaya a comprar al contado.
El problema posterior al buen fin, será la persecución de las tiendas departamentales y centros comerciales a los deudores. Y si bien se dice que esto ya es una práctica nacional muy común el andar eludiendo a los cobradores, de todos modos esas tiendas a las que se les debe, pondrán el grito en el cielo y entonces vendrán los embargos también ya cotidianos.
Sea pues. Vale.
Comentarios