Todos y con todo por la seguridad humana
Oscar González Bonilla
23 de octubre de 2020
Llegué justo a la hora -diez de la mañana- cuando el gobernador Antonio Echevarría García saludaba de mano en la calle, antes de hacer su entrada triunfal al recinto (CECUPI) abarrotado por personas de toda laya que en Tepic se ubica en la esquina de avenida México y Zapata, donde se realizaría el acto oficial y protocolo de firmas del convenio de estrategia sobre seguridad pública en Nayarit.
Los acompañantes del joven mandatario estatal en ese momento ataviados de traje y corbata entraron en tropel, acción que aproveché para también inmiscuirse entre la bola para penetrar al edificio, a sabiendas de que la invitación con días de anticipación fue abierta al público. En mi calidad de representante social jamás tuve pizca de sospecha fuera ser rechazado.
Llamó mi atención la cantidad de guaruras primero al exterior y enseguida al interior del histórico edificio, los vigilantes vestidos de civil, pero fácilmente detectables, colocados de manera estratégica en los dos pisos. Tal parece que los actuales hechos de violencia en Nayarit ameritan estas medidas de prevención. También pude observar la inexistencia en el acto de las conocidas caras de priistas (salvo unos cuantos de nuevo cuño), me causó rareza el acontecimiento, aunque sabido es que el poder estatal se encuentra en otras manos.
Es primera mi asistencia al acto oficial del gobierno de coalición de partidos de 73 días, mientras que al anterior de seis años nunca estuve presente en acontecimiento de tal naturaleza, de allí pues me cause sorpresa los hechos antedichos, porque estoy desencanchado. Pero precisamente ese fue mi interés, mirar la parafernalia y manera cómo se desenvuelve el joven gobernante, en la ocasión presente elegantemente vestido, en una ceremonia pública que requiere la aplicación de sus cinco sentidos y más.
En su discurso ante la mayoría de la clase política de oposición, mandos estatales del Ejército y Marina, PGR y Policía Federal, así como representantes de los poderes Legislativo y Judicial, el joven Antonio Echevarría de entrada reiteró el apoyo financiero y de toda índole de su gobierno a la Universidad Autónoma de Nayarit, lo que le valió una prolongada salva de aplausos.
Luego de conminar a la participación de todos quienes habitamos el territorio nayarita, al joven Toño le pareció marco propicio para reiterar: “Ninguna fuerza es más grande y más fuerte que la del Estado. Que nadie lo dude, vamos a enfrentar integralmente y con absoluta honestidad esta lucha, todos y con todo. La seguridad es un tema global que debe enfrentarse con una visión amplia, que, por supuesto, incluye la fuerza de las armas, pero que requiere acciones que al problema ataquen de fondo, que prevengan la comisión del delito y hagan posible la reconstrucción social”.
El joven Toño presentó allí el documento nombrado Estrategia Nayarit Seguro, que entre otras cosas se trata de líneas de acción inmediata y permanente en materia de seguridad, pero exhortó a sus colaboradores a trabajar sin simulaciones y enérgico exigió la terminación de acciones que corrompen la impartición de justicia. Afirmó que la Fiscalía es hoy lo que siempre debió ser: organismo técnico encargado de procurar justicia. “El tiempo negro de esta instancia terminó, terminó y no volverá. Cualquier acción que se aparte del derecho, debe ser sancionada”.
Los corruptos, los que hipotecaron las finanzas públicas y atentaron contra la dignidad de los nayaritas deben enfrentar la justicia, sentenció el joven gobernante.
Está decidido a invertir y estimular el eficiente desempeño de todas las fuerzas policíacas estatales que participen en la estrategia de Nayarit Seguro, plan que conlleva el buen propósito de volcar toda la fuerza del Estado para combatir y prevenir en materia de seguridad humana.
En el papel las líneas de acción del convenio Nayarit Seguro pintan a toda madre, pero llevadas a la práctica serán en lo absoluto otra cosa. Sin embargo, por el bien de nuestra depauperada familia nayarita, abrigo la esperanza que la diseñada estrategia integral tenga éxito. Por Jesucristo, nuestro señor, así sea. (29 de noviembre de 2017)
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