Tepic, Nayarit, jueves 28 de marzo de 2024

Nayarit en la era pandémica: economía VS salud…

Marco Vinicio Jaime

12 de octubre de 2020

Con la reapertura ejercida el pasado viernes 09 de septiembre, “con todos los protocolos  sanitarios (color naranja como antesala del amarillo) y a un 30 por ciento de su capacidad, gimnasios, casinos, cines, teatros, museos y playas, con el fin de reactivar la economía de las familias dedicadas a estos giros”, en Nayarit,  en el marco de la mortal pandemia de Covid-19, se consuma el inicio de una singular etapa donde la lucha por la supervivencia será la constante.

Desde la entrada en vigor del nuevo esquema de medición del comportamiento de la pandemia en los estados de la República a través de las actualizaciones quincenales del ‘Semáforo de riesgo pandémico’ de la Secretaría de Salud Federal, se dio paso drásticamente a una transición de colores: del rojo en todo el país, de pronto pasó al naranja en 31 estados, para posteriormente -con la última actualización del 12 al 25 de octubre- bajar a 17 en naranja, amarillo en 14, y verde ya en uno, a saber Campeche.

Tras lo anterior, se dio prioridad entonces a la urgente reactivación económica pese a que en lo que corresponde a la estadística de contagios y muertes, diariamente se registran numerosos nuevos casos; es decir, en la ausencia de la vacuna en el corto plazo, y una inalcanzable inmunidad de “rebaño (registro de la enfermedad en el sistema inmunológico)”, restablecer el flujo monetario tendrá un costo muy alto.

¿Los nayaritas están preparados?

Hacer frente al Covid durante todo este tiempo, durante y después del “Gran confinamiento (los 70 días de estricta reclusión domiciliaria tenida de marzo a mayo)”, no fue una tarea sencilla para nadie, puesto que a una gran mayoría de personas no le fue posible siquiera guardar la ‘cuarentena’, ya sea por motivos laborales o, de plano, por su incredulidad, necedad y escasa responsabilidad, para entender que no se trataba solamente de proteger su propia integridad física, sino la de sus familiares, allegados y del resto de la sociedad.

En este marco, numerosos fueron los llamados de las autoridades estatales, haciendo eco de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud Federal -con todo y sus claroscuros- sobre la importancia de llevar a la práctica las medidas sanitarias respectivas: sana distancia, uso cubrebocas y gel antibacterial, etc., a fin de coadyuvar a mitigar los contagios y las muertes; no obstante, justo es decirlo, el poder destructivo de la pandemia y lo inédito de sus efectos, tomó por sorpresa a todo el sistema, y no se tuvo capacidad para estructurar de manera oportuna una respuesta sincrónica, transversal y de vital congruencia que conminara a su vez con una alta dosis de comunicación a la ciudadanía, a tomar acción al pie de la letra y luchar en un solo frente contra el mal.


Devastación sin tregua

Hoy, la devastación económica no da tregua, y el semáforo de riesgo pandémico en definitiva tuvo que ceñirse a ésta, dejando de lado la salud de las personas, la cual sin duda, tal como en su momento lo describimos en el artículo: “La economía recibe color naranja y amarillo, la salud, en suspenso…( https://lanota-deldia.blogspot.com/p/cuestionla-economia-recibe-color.html)”, publicado el pasado Domingo 06 de septiembre de 2020 en el portal de análisis y opinión de “La nota del día Nayarit”, “es de resaltar pues el drástico cambio que pone sobre la mesa la disyuntiva de cuáles decisiones tomar en función de la prioridad de garantizar por un lado, la supervivencia del mayor número de personas posible, y por el otro, la urgencia de salvaguardar el imprescindible flujo monetario, que ya ha sido objeto de una terrible caída traducida en millones de desempleados y de pobres. Por ello, queda claro que el color de la economía no refleja en lo absoluto, por ahora, el color de la salud popular”.

Así, al día 133 de la “nueva normalidad”, cuarto mes de la era pandémica, domingo 11 de octubre de 2020, un cruento desafío se cierne en la escena: establecer equilibrio entre el “rojo” de la salud del pueblo, con el ya pronto “verde”, apertura total, de la economía. ¿Qué se habrá de hacer, para encontrar ese punto de convergencia?

Vital la compatibilidad de la vida y la salud con la economía: UCAN

Mientras tanto, la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), en su sesión virtual de análisis y opinión semanal, coincidió este viernes 09 de septiembre, que es preciso reconocer en primer término que una gran mayoría de nayaritas no están preparados para desenvolverse con seguridad sanitaria en las citadas condiciones de apertura monetaria, y es vital el que se pudiera hacer hincapié con una renovada política comunicacional en la importancia de actuar hoy más que nunca con responsabilidad tanto al interior de su familia como al exterior, para respetar al máximo los protocolos de seguridad que se implementarán, puesto que de ello dependerá indiscutiblemente vivir o morir.

El periodista y columnista, Oscar Zúñiga Estrada, afirmó que “por experiencia propia, adquirida ante el impacto tenido en directo con integrantes de su familia”, la enfermedad posee niveles de agresividad tanto o más que desde su aparición, de ahí que aún percibe lejos el momento en el que se pueda decir que está controlada, y en consecuencia lamentó como efecto y testimonio fehaciente, la insuficiencia hospitalaria para hacerle frente, pues dijo que el colapso es una realidad. Asimismo, precisó que la apertura económica tendrá efectos sumamente desfavorables, de ahí la necesidad ineludible de dar prioridad a la concientización de la gente, pues solo la adopción de medidas responsables por parte de la colectividad -no de manera aislada o individual- permitirá salir adelante.

Para el también Columnista Sergio Mejía Cano, la situación es grave, y es real, pues reveló asimismo que su familia fue víctima mortal del virus, con la lamentable pérdida de algunos de sus integrantes, y dado el comportamiento que ha tenido la sociedad, no ve por el momento que la situación vaya a mejorar, y en consecuencia una mayor apertura económica con su respectivo levantamiento de restricciones para la movilidad en espacios recreativos como gimnasios, casinos, cines, teatros, museos y playas, conllevará para el caso de no pocos una conducta irresponsable y sin control, elevando el riesgo letal de la pandemia. De conformidad, consideró que es imprescindible dar impulso al establecimiento de un punto de equilibrio que por un lado fortalezca la actividad monetaria y por el otro se proteja a las personas más allá de la coacción.

La periodista Marisol Parra González, afirmó que de acuerdo con los resultados observados en otras latitudes con mayor flujo económico ya desde hace tiempo, Nayarit registrará lamentablemente obstáculos significativos para que, en el caso de muchas personas pongan en práctica responsablemente las medidas adoptadas en los lugares antedichos, y por ende la enfermedad seguirá cobrando enfermos y hasta muertes. Por tanto, no es menor el que se considere una estrategia para dar atención -a la par de la economía- a la salud de los ciudadanos.

El comentarista y periodista gráfico, Ramón Pérez Rentería, coincidió en la incertidumbre y preocupación que las medidas de apertura desprenden en función de la salud de las familias nayaritas. “Es un hecho -dijo- los ciudadanos no estamos preparados para enfrentar la reapertura: la enfermedad recrudece y sigue cobrando víctimas, y esto es muy delicado”.  En consecuencia, puntualizó que no hay más opción que el facilitar mayores herramientas de protección ciudadana.

El analista y Director de Escena, Luis Alberto Bravo Mora, cuestionó que incluso la estructura administrativa en poderes y órdenes de gobierno -como le tocó ser observador directo a través de una reciente gestión ante autoridades municipales en el marco de la reapertura -, no cuenta con la oportuna aplicación de los protocolos correspondientes ni de la información cabal, para establecer una sincronía entre el desempeño institucional y el de la sociedad, que sería en gran manera necesario en pro de seguridad para todos.

En tanto, la analista y Coordinadora General de UCAN, Lily Cayeros, mencionó que en efecto, gran parte de la estadística que se tiene hasta estos momentos en la Entidad, de cerca de “800 defunciones, y más de seis mil 200 casos confirmados, se debe a las profundas dificultades que tuvo la ciudadanía desde un principio para tomar conciencia y entender que la pandemia era un poderoso y terrible enemigo mortal”,  aunado a la sorpresa que comportó a las autoridades para sincronizarse eficazmente e instrumentar una línea de comunicación que terminara de convencer a la gente y actuara por sí misma en vías de su cuidado. Hoy, ya no hay tiempo, la economía enfrenta uno los de los peores momentos, y urge reactivarla, no obstante, la vida y la salud de la sociedad está en juego, y es justo ahí, agregó, que se debe trabajar para equilibrar la toma de decisiones.

Economía con bienestar o desgracia

Así pues, tanto el Gobierno Federal como el de cada Entidad federativa, encaran una realidad que les exigirá decisiones de inmediato y muy bien calibradas, puesto que sus repercusiones determinarán a su vez su propio peso y razón de ser ahora y en lo sucesivo, ya que en sus manos estará prácticamente el bienestar o la desgracia de millones de personas, con su respectivo costo político, económico, social, ético y en el marco de la justicia.
 
¿Habrá salud económica a costa de la enfermedad y la muerte del pueblo?

Son los severos desafíos pues de la “nueva normalidad”, que exigen respuestas contundentes y de alta precisión, justo en el momento oportuno. ¿Se lograrán sortear eficazmente? Observemos con atención.  

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