Tepic, Nayarit, jueves 28 de marzo de 2024

Con padre amoroso, mi vida plena de felicidad

Oscar González Bonilla

25 de febrero de 2020

Un piquete de soldados arribó a la vieja casona de la calle San Luis al sur de Tepic, un brinco adelante de la avenida Juárez. Algunos se introdujeron armas en mano, contra la pared colocaron a las jóvenes hermanas Rosaura e Isabel, su madre convalecía la cuarentena de un hijo varón. Los elementos del ejército catearon la casa.

Ese fue motivo más que suficiente para en la oscuridad de esa noche abandonar no sólo la ciudad sino Nayarit. “Dejamos todo, absolutamente todo atrás, nos llevamos únicamente lo que traíamos puesto, y salir corriendo”.

Es el testimonio real de Rosaura Gascón Villa, hija del legendario Alejandro Gascón Mercado, que narra como la familia del político de Aután, municipio de San Blas, fue perseguida una vez concluido el proceso electoral de 1975, donde su padre de ideología comunista jugó un papel protagónico como candidato del Partido Popular Socialista al gobierno de Nayarit.

El nutrido grupo de nayaritas militantes del PPS que siempre estuvo al lado de Alejandro Gascón Mercado se inconformó con el resultado de las elecciones que daba como triunfador al candidato del PRI, Coronel Rogelio Flores Curiel. De forma permanente sostuvieron que se cometió un grandioso fraude, por lo cual emprendieron movilización política tanto estatal como nacional con el aval del pueblo nayarita que mayoritariamente votó a favor de Alejandro (hoy, según se dice, 10 contra 1).

Las manifestaciones de inconformidad, el grupo de seguidores de Alejandro Gascón y éste las hicieron llegar hasta la residencia oficial de Los Pinos, en cara del presidente Luis Echeverría Álvarez protestaron por el infame fraude electoral promovido por el PRI-Gobierno. Jamás el presidente de la república tomó una decisión frontal conforme al caso, con argucias siempre se escabulló como pez.

Al inicio del movimiento de protesta, a los gasconistas el PRI-gobierno les ofreció la mitad de los ayuntamientos y diputaciones, así como cargos importantes en la administración estatal. Alejandro se mostró inflexible: Todo o nada. Incluso rechazó la propuesta de la turba enardecida de tomar Palacio de Gobierno, cuando por miles nayaritas venidos de los diferentes municipios de la entidad se concentraron en la calle Zapata oriente, muy cerca de la Plazuela Hidalgo, donde se ubicaba la sede estatal del PPS.

La esposa e hijos de Alejandro no tuvieron más alternativa que refugiarse en la ciudad de México, donde tiene oriundez la señora madre de Rosaura, esta última también nació en Azcapotzalco. Es primogénita. Prácticamente seis meses pasaban allá y los otros seis del año en Nayarit.

La motivación de la entrevista con Rosaura Gascón Villa, hija mayor de Alejandro Gascón Mercado, nace por el interés de saber cómo fue la vida de ella al lado de un padre que desde los quince años de edad se inició en la política estudiantil en el internado de segunda enseñanza para hijos de trabajadores en Tepic, y continuó en la actividad político-partidista por muchos años más hasta su muerte el 17 de febrero de 2005, a los 73 años de edad, a consecuencia de males que trae aparejados la diabetes.

En la edad de pavo, Alejandro ingresó al Partido Popular, durante más de 20 años fue miembro de la dirección nacional del comité central del Partido Popular Socialista. Además su actividad política se circunscribe a partidos como del Pueblo Mexicano, (PPM), Socialista Unificado de México (PSUM) y de la Revolución Socialista (PRS). Participó también en organizaciones agrarias y de trabajadores.

Al lado de su maestro Vicente Lombardo Toledano, como miembro del Consejo del Movimiento Mundial por la Paz y tres veces diputado federal, Alejandro Gascón recorrió los países socialistas del mundo, así como otros que no se regían por ese modo de producción, pero también viajó por todo nuestro país. En 1972 fue presidente municipal de Tepic, en 1994 candidato a presidente de la república, y aún tuvo tiempo en 1999 para ser candidato del Movimiento Electoral del Pueblo a gobernador de Nayarit.

Pudiera pensarse que en los momentos trascendentales de su vida, Alejandro no estuvo al lado de Rosaura. No fue así, espeta la entrevistada, quien argumenta que su padre amoroso se dio tiempo para esto y muchas cosas más de suma importancia para la vida familiar.

Recibe al reportero en su domicilio particular de la colonia Electricistas de la capital nayarita. Luce recién bañada, es elevado el calor, justifica. Ofrece asiento en un amplio sillón de la sala. En el transcurso de la entrevista por más de una hora, es inquietante el agradable olor a jabón combinado con shampoo. Ella bebe café negro, agua el reportero de la gente.

“Tuve una infancia bellísima. Fui una niña muy querida por mis padres, más por él. Creo que lo que soy y puedo reflejar hoy, él me lo dio desde pequeña. Aunque viajaba mucho estuvo siempre en permanente atención y cerca de mi hermana y mío, entre nosotros hay un año de diferencia en edad.

“Era un padre muy amoroso, extraordinariamente amoroso, muy besucón. Demostraba su cariño con mucha fuerza, dado su origen campesino. Expresaba sus emociones tal cual era, en ocasiones hasta burdas.

La movilización constante de un sitio a otro por parte de Alejandro Gascón provoca que su familia radique seis meses en el Distrito Federal y los otros seis del año en Nayarit. “Anduvimos como gitanos, la verdad”. Incluso Rosaura manifiesta que en Aután, municipio de San Blas, fue a la primaria, instrucción educativa que termina en la escuela “Amado Fletes” de Tepic.

Porque Alejandro fue por primera vez diputado federal, la familia alargó por tres años su estancia en la ciudad de México, razón por la cual Rosaura tuvo la oportunidad de allá cursar la secundaria, en la 91, “República del Perú”.

“Una escuela privilegiada porque asistían los hijos del presidente Luis Echevarría Álvarez y de funcionarios miembros de su gabinete. Obviamente tuvo la mejor asistencia académica, maestros muy capacitados, que en aquel momento la convirtieron en la mejor del país.

“Al terminar la secundaria nos venimos a Tepic porque mi papá fue electo (1972) presidente municipal. Es entonces cuando curso la preparatoria en la uno de la Universidad de Nayarit. Luego vino el 75 y prácticamente salimos huyendo hacia la ciudad de México.

A la pieza de entrada a la casa se le nota a leguas la mano de la mujer. Todo en completo orden, muebles y colores de las paredes en armonía, hasta un par de bules y arte cora forman parte de la decoración. Es un hogar donde solo se escucha el silencio.

Luego Rosaura Gascón Villa dirige el tema a hacia el perfil de su madre Hortensia Villa Mercado, de quien dice que crecieron cinco hermanos (Rosaura, Isabel, Esteban, Mariano y Valentín) “como si fuéramos los pollos de una gallina, crecíamos como dentro de una burbuja, bajo la tutela de mi madre”.

Puntualiza que entre su madre y ella existe una diferencia de 18 años. Pero asienta que la señora tenía plena conciencia del rol que le correspondía jugar ante las ausencias del paterfamilias. “Los valores inculcados en casa los adquirimos a través de mi mamá. Mi papá era como el de la política pública y mi mamá era la operativa”.

Su mamá estudió Enfermería, pero no sé tituló por seguir a Alejandro Gascón en las andanzas políticas. Refiere Rosaura que su madre además de hermosa es mujer inteligente y culta, pinta, habla dos idiomas… “era en aquel tiempo una persona fuera de lo común”, dice. Todo el tiempo la señora ha estado metida en la lectura, hasta en la actualidad. “Mi mamá ha sido siempre una señora comprometida con lo que dice y piensa”.

Hay una interrupción cuando tocan en la enrejada puerta de entrada, la que se ubica pegada a la banqueta, porque hay otra metros adentro. Desde el sillón en que se encuentra sentada, Rosaura mira a la persona desde el ventanal que permite ver a la calle por entre el espacio que deja la cortina. ¿Quién?, pregunta con fuerte voz. Es un vendedor que le ofrece un producto. “No, muchas gracias”, responde. Como esta fueron hasta tres las interferencias.

Da a saber que Alejandro y su mamá se conocieron en las actividades partidistas, concretamente en las juventudes del Partido Popular, de cuyo sector Gascón Mercado era el dirigente. Un primo hermano de ella era muy amigo de Alejandro, éste los presenta, se hacen novios y terminan casándose. Rosaura asegura que su mamá es hija de un señor nacido en México, pero con descendencia española, mientras que su abuela materna es de origen azteca nacida en la ciudad de México. Su abuelo paterno es nacido en Acámbaro, Michoacán, pero de estirpe francesa; mientras que su abuela es cora, nacida en El Trapichillo, Nayarit.

En la década de los 80’s, cuando se avizoraba que la familia permanecería más tiempo en el Distrito Federal, Rosaura Gascón ingresó a la Escuela Nacional de Danza cuando apenas tendría 17 años de edad. Fue su vocación temprana. Aunque señala que retoma el ejercicio de la danza luego de permanecer un año paralizada del cuello a los pies a causa de un accidente. “Realmente fue la danza lo que me salvó. Vuelvo para someterme a la famosa terapia de recuperación”.

Buen tiempo se dedicó a la danza contemporánea, pero además integró grupos y colectivos independientes que en diversas comunidades del país ofrecieron su arte, específica que de los 25 años que se consagró al arte dancístico los últimos de esa etapa permaneció en el Ballet-Teatro del Espacio. “Es esa una etapa muy afortunada y de mucha densidad en mi vida, porque bailar me permitió expresarme. Si hubiera podido, me hubiera dedicado única y exclusivamente a bailar”.

MI PADRE SOLO ME HEREDÓ CONOCIMIENTOS, PERO NO SOY MANTENIDA DE NADIE

Perseguido Alejandro durante la época poselectoral del 75, Rosaura y su madre Hortensia Villa Mercado tuvieron la necesidad de trabajar en guardería del Seguro Social, donde la señora fue directora. Es cuando en la ciudad de México ingresa a la Escuela Libre de Derecho, institución de carácter privado, con alto el pago de colegiaturas, elitista, “de la época la mejor escuela del país, pero sólo cursé tres años”.

Se le presenta la oportunidad de obtener beca para estudiar en el extranjero. Tiene dos opciones: Unión Soviética o Alemania, opta por la primera. Varios años de estancia, donde aprendió en la realidad las diferencias sociales, y conoció personas de todo el mundo. “Confluimos una generación bastante grande de gente de América Latina, era la época de las dictaduras militares y países con problema socio-políticos como Chile, Argentina, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Honduras….Allá estudió Historia. “El aprendizaje en la Unión Soviética me permitió conocer, entender y aplicar”.

De la planta alta por las escaleras que dan directamente a la sala baja un hombre, Rosaura dice que es su actual marido. Pasa sin chistar hacia otro sitio de la casa al ver que se ha iniciado la grabación, sólo dirige una mirada punzante al reportero de la gente.

Prosigo para preguntar ¿cuál es el mejor recuerdo que guarda de su padre?

-“Su amor”.

Al instante no puede pronunciar más palabras. Vienen las lágrimas y los sollozos. Es prolongado el silencio. Se para y va a la cocina por un pañuelo desechable.

Recuperada de la emoción, del sentimiento de recordar a Alejandro Gascón Mercado, vuelvo a la carga.

¿Su ideología política es diferente a la de su padre?

-“Fíjate que en lo básico no. Yo sí le apuesto a que la gente tiene derecho a vivir mejor, bien, a más oportunidades. Mi papá fue un hombre excepcional, entregó su vida a luchar por lo que él consideraba era justo. Pero creo que también es importante ser gente.

“Las cosas, como las vivió mi papá, obvio que no se viven igual en este momento, sin embargo la raíz es la misma: la discriminación, la desigualdad, la falta de oportunidad, la pobreza, la ignorancia, el no acceso a la salud….

“A mí me toca esta parte de la reconstrucción del tejido social que a todas luces está en lo absoluto desvencijado, pero que se tiene que recuperar. Esta sería la diferencia de la parte que le tocó vivir a mi papá y a mí.

“Estoy convencida que vivimos en el anacrónico sistema de la partidocracia. En estos momentos los partidos no tienen credibilidad ni autoridad moral para decir absolutamente nada. Creo que será la sociedad organizada quien debe definir rumbos. Este país se tiene que mirar con los ojos de la historia, no de la conveniencia.

Los lentes resbalan sobre la nariz, mira al reportero por encima del armazón con expresivos ojos café. Me parece raro en la entrevistada el uso de lentes de aumento, y más cuando en el trajinar de la vida cotidiana jamás la he visto calzar lentes de ningún modelo.

Suelto la pregunta a bocajarro:

-¿Tiene usted militancia partidista?

-No, no tengo militancia.

-¿A qué se ha dedicado en Nayarit?

-Me he dedicado a trabajar.

“Hace 22 años yo regreso a Nayarit porque en ese momento quedo viuda, con Jimena y Florencia Colunga Gascón, mis hijas de cinco y siete años. Iniciaba el gobierno de Rigoberto Ochoa Zaragoza. Por casualidad de la vida, es a través de Emilio M. González, que entre paréntesis siempre fue conmigo un señor muy correcto, muy afable y cariñoso, que encuentro trabajo en el gobierno estatal. Como se estilaba entonces pensaron que yo iba por el cheque, pero al gobernador le dije que iba por trabajo, y si usted no puede darme trabajo, tampoco puedo recibir el cheque.

“¿Dígame dónde puede usted funcionar?, preguntó. En ese momento no había Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, y le dije: puedo hacer esto. Yo venía de toda una gran experiencia en el área cultural, porque trabajé allá en el Festival de la Ciudad de México, en el Festival Cervantino, desde entonces hacia gestoría cultural, entonces pensé: hay que darle a Nayarit esto.

“El gobernador Ochoa Zaragoza me da la oportunidad y absoluta confianza, por consecuencia a mí corresponde dar personalidad jurídica, crear y proponer nombre al Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Luego viene otro gobernador y acaba con todo esto y alega que esta dependencia nunca existió ¡Te digo que no hay memoria histórica!

Desde que Rosaura Gascón Villa se decidió radicar en nuestra entidad, al parecer de manera definitiva, para ella ha sido trabajar, trabajar y trabajar. Se desempeñó en Fortalecimiento Municipal, cuyo titular era Ney González, como directora de Gestión Municipal y Participación Ciudadana. Por decisión propia cursa especialidad en Participación Ciudadana.

También ocupó durante el gobierno municipal de Tepic, con Raúl Mejía González como presidente (1993-1996), cargos en el área de Cultura, así como en  Desarrollo Urbano y Ecología. Antes pasó por el IFE estatal cuando Ricardo Lyle lo presidía.

Una vez establecido el gobierno echevarrista (Antonio Echevarría Domínguez), el diputado José Isabel Campos Ochoa (PRD) le propone ocupar la cartera de Relaciones Públicas del Congreso del Estado, pero por desgracia al poco tiempo recae de quebrantos que le dejó el accidente, por tanto permanece en cama seis meses.

José Luis Medina Aguiar, quien fuera Senador por Nayarit, le ofrece trabajo en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Acepta y se traslada a Yucatán, desde donde la envían a Oaxaca y luego regresa a Nayarit, pero sale de dicha dependencia por un mal entendido con diputados locales de esa época (2002-2005). Enseguida se incorpora al quehacer en la Universidad Autónoma de Nayarit.

Antes de lo antedicho, Gascón Villa estuvo en la Fundación Colosio al lado de Medina Aguiar, quien la invita a realizar un trabajo específico con organizaciones no gubernamentales. Llega como secretaria técnica y al tiempo alcanza la dirección de la fundación.

Asume Rosaura posición enérgica, con voz de mando al reportero de la gente dice:

-“¿Qué te quiero decir con todo esto?”

“Mi papel como hija de Alejandro Gascón Mercado siempre ha sido muy cuestionado: ¿Por qué trabajo en el gobierno? ¿Por qué trabajo con esta gente? Sencillamente porque tengo necesidad de trabajar.

“He recibido crítica terrible por parte de gente de la izquierda, entre paréntesis la izquierda no existe. Radicales, viscerales, me hacen este tipo de cuestionamientos: ¿Qué hace la hija de Alejandro Gascón trabajando en el gobierno? Yo, manteniendo a mi familia, yo, construyendo desde mi trinchera. Tengo muchas deudas, si me ayudarán a pagarlas, yo encantada de la vida.

“Mi papá no fue millonario. No me heredó más que conocimientos, el sentido del deber, la honorabilidad, la convicción de servir y tener en claro mi postura: trabajar. A mí nadie me ha regalado nada, yo no he sido mantenida del gobierno, ni de nadie.

“Pero vivimos en un pueblo que aplica cultura de la difamación, entonces con base en ello hay voces que dan por hecho ciertas cosas. He vivido con esa actitud mordaz de propios y extraños. Ellos no saben si tengo para comer o no.

“No soy persona con cuentas bancarias. Hace doce años no poseo automóvil porque no  lo puedo comprar. Desde hace diez años vivo en esta casa, que es rentada.

“Yo vivo de lo que sé, de lo que hago. La vida me ha permitido cultivarme, seguir estudiando, es lo que en realidad me interesa. Detesto los chismes de lavadero. De mí han dicho de todo, pero no me mortifica.

El viraje es repentino, casi a voz en grito Rosaura interroga:

“¿Por qué no tengo militancia política?

“Porque no creo en el sistema partidista de este país. Es lamentable que se haya perdido la batalla de las ideas en función de lo fundamental. Ahora cualquiera puede ser candidato de lo que sea, ya no sabes si moralmente son aptos o no, lo único que quieren es dinero. En todos lados: PRI, PAN, PRD, Verde, Movimiento, Morena…el que sea, todos van por el dinero.

En esta parte de la entrevista Rosaura Gascón Villa narra el accidente, que según cuenta, la dejó paralizada del cuello a los pies.

Era un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en Aután. Los padres de Rosaura habían sido invitados para que su madre Doña Hortensia Villa Mercado dijera discurso alusivo al día en la fábrica de prendas de vestir y uniformes donde trabajaban muchas mujeres.

Como buen tiempo radicaron en ese poblado del municipio de San Blas hicieron cantidad de amistades. Un joven muy querido de ellas, de su edad, platicaba con Isabel, hermana de Rosaura. Las invitó a dar un paseo en un tractor nuevecito que en crédito le habían entregado al padre de él.

Aceptaron, y al tractor treparon Rosaura, Isabel, un hermano de ellas de diez años edad, una amiga y el joven al volante. Se dirigieron por camino de terracería en dirección a La Virocha. Iban felices, la chacota era de lo lindo, por ello se distrajo el conductor y el tractor se fue al fondo de un vado, pese a los inútiles esfuerzos por evitarlo.

“El tractor quedó de cabeza, yo caigo parada, veo a todo mundo tirado. Mi amigo, que no recuerdo como se llama, por allá, mientras mi amiga como sentada, con amnesia porque decía quién soy, dónde estoy, qué pasó; mi hermana debajo del tractor gritando histérica y mi hermanito pequeño entre la salpicadera y la llanta del tractor.

“Yo nunca me percaté que yo misma estaba lesionada. Había que hacer algo. Unos campesinos machete en mano pasaron por el lugar y nos auxiliaron. Mi hermana ahora recuerda que cuando les vio el machete pensó que le cortarían un brazo para rescatarla, en ese momento gritaba de una manera increíble. Yo rescato a mi hermano que enseguida se desmaya bañado en sangre.

“Con mi hermano en brazos corrí hacia Aután pensando en la joda que nos pondría mi papá, por fortuna nos encuentra una camioneta y nos llevan al poblado.

“Al vernos en condición de lesionados entre la gente cunde la alarma, se impresiona, había personas de países de América Latina invitados al evento. Entonces se corrió la versión de que habíamos sido víctimas de un atentado.

Debido a la gravedad de sus lesiones, el hermanito de Rosaura tuvo que ser trasladado de emergencia a Tepic e internado en el sanatorio de La Loma, momento en que allí ella cae en desmayo ¡Plop! Tres días después en que vuelve a la realidad no puede ponerse en pie.

“¿Qué pasó? Al caer parada se me desvió la columna vertebral”. Durante un año fue sometida a terapia, permanecer tirante la mayor parte del tiempo en una plancha, utilizar silla de ruedas, muletas, bastón….al joven conductor no le pasó absolutamente nada, pero el padre por poco y se infarta al saber de pérdida total del vehículo agrícola. Todos los demás actualmente gozan de cabal salud.

Intento terminar la entrevista con una pregunta final.

-Pese a todas las vicisitudes, escasez de dinero en el seno familiar y las dilatadas ausencias de Alejandro Gascón ¿Usted no le guarda rencor a su padre?

-¿A mi papá rencor? Jamás en la vida.

“Y qué bueno que me haces esa pregunta. Digo, para que le quede claro a todo mundo: Amo a mi papá.

“Ha habido muchas interpretaciones. Mi papá nunca fue mi enemigo, ni yo de él, para que les quede claro a aquellos que han inventado versiones y desparramado chismes.

Otros fuertes toquidos a la puerta enrejada interrumpen la entrevista. Rosaura tiene que atender a la persona. Es precisamente, así lo considero, uno de los puntos de suma interesantes de la entrevista. Después de haber acudido al llamado, el tono y la fuerza en los decires ya no son los mismos. Matiza sus palabras.

-“Mira, mi papá fue hombre, te lo acabo de decir, excepcional. Fue un hombre amoroso, pasional, extraordinario. Sin jactancia te lo digo, que yo fui lo que más quiso en su vida, te lo digo con plena certeza.

“Yo nunca he hablado en contra de mi padre, jamás lo haré; lo he respetado mucho. Tampoco me he anunciado como la hijita de perengano. Él me dijo que una tenía que ganarse un lugar en la vida, y eso es lo que he tratado de hacer. Nunca él habló a favor mío en ningún lado, nunca levantó el teléfono para recomendar a su hijita. Él exigía mucho porque era persona muy exigente, extraordinariamente exigente, y muy severo, eso sí, pero muy severo.

“Que no agarre bandera para proclamar la revolución, eso es otro asunto. Pero tengo bien claro lo que hay que hacer, y hacerlo bien, contribuir, ser solidario, pensar en los demás. Eso es lo que hago.

“¿Rencor?, jamás. Mi padre fue un señor muy humano. Tenía muchos defectos y muchas cualidades, creo que más cualidades que defectos. Era una persona que comía, se lavaba los dientes, iba al baño, dormía, disfrutaba….tenía muchos amigos, era una gente muy carismática, querida, pero era mi papá.

“Entonces, un hijo jamás le puede guardar rencor a sus padres. Si es al contrario, pues habrá que ver cómo anda de la cabeza ese hijo. Yo no tengo ningún rencor.

“Nuestra historia familiar es nuestra. Sabemos nosotros perfectamente lo que vivimos día con día. Ni los compañeros más cercanos y queridos de mi papá que ahora andan ahí enarbolando cosas, en realidad no saben cuál era nuestra vida, solo al seno familiar lo saben mis hermanos, mi mamá y yo.

“También tuvieron la oportunidad de saber el vigilante de nuestra casa que fue un señor muy querido por nosotros, pero hace tiempo murió. Personas que vinieron de Aután a vivir con nosotros para ayudar a mi mamá en los quehaceres de la casa que se convirtieron en parte de la familia, ellos si saben. Los demás ni idea tienen de cómo crecimos, que nos faltó, no conocen absolutamente nada de esto.

“Mi papá siempre cuidó esa parte, su intimidad familiar, porque fue un señor muy público, demasiado. Le alteraba que pudiera pasarle algo a su familia sin poder hacer nada. Por eso nos fuimos de aquí. Al respecto se han tejido muchas historias alejadas de la realidad. Han tratado de involucrar asuntos que, desde mi punto de vista, son estrictamente personales.

Luego que le vino la tos, Rosaura se sinceró conmigo. Confiesa que soy la primera persona a quien habla sobre el tema, más que todo porque lo pregunté.

“Mi padre vivió con otra persona sus últimos cinco años, con la que nosotros no tenemos nada que ver, absolutamente nada, porque no nos interesa. Nosotros sí sabemos nuestra historia familiar.

“Lo que haya pasado entre mis padres, es asunto de ellos, de nosotros no, así de simple. Una relación entre mis padres que ni la muerte ha podido romper. Mi mamá fue al funeral de mi papá, con eso te digo todo. Son cosas que van más allá del corrillo popular, del chismorreo y las fantasías.

“Infinito es el cariño por mi padre, es mi origen. Para saber quién eres, debes saber tu origen. En camino por la calle pienso que hay padres que por fuerza quieren introducir a sus hijos en la vida pública, pero yo conozco de estos últimos que dicen: hubiera querido dedicarme a tocar la guitarra, pero mi papá no quiso porque dijo que esas cosas son de hombres, o mujeres que quisieron ser cantantes, pero el padre les señaló que eso es para locas. Se forman personas frustradas, en lugar de alentar su verdadera vocación.

“Tienes que estudiar medicina, porque tu abuelo y tu papá son médicos ¿Y? Si el muchacho quiere ser cocinero, habrá que apoyarlo para que lo sea, pero además el mejor ¿Por qué no? Vivimos en Nayarit en una sociedad con bastantes prejuicios, eso no nos permite mirar hacia ninguna parte.

“Ha habido gente que llega y me pregunta: ¿es cierto que usted es hija de fulanito? Sí. ¡Ah! ¿Y usted qué número de hija es? La primera. Doble ah. El colmo es que en un pueblo una señora me dijo: Oiga, ¿su mamá se casó con su papá? Sí, señora. Quiere que le muestre el acta de matrimonio. Es que nosotros sabíamos que su papá con mengana… ¿Si me explico?

“Son cosas terribles, terribles…

El teléfono de la casa timbró intermitente sin que Rosaura lo contestara, estaba ensimismada en dar a conocer fantasmas contra quienes lucha, pero además en señalar que de la Unión Soviética se trajo con base en dedicación y estudio una Maestría en Historia, que en nuestro país no es validada por autoridades educativas, “mientras hay quienes compran títulos universitarios y se ostentan como lo que no son”.

Agoté mi cuestionario, de su parte tiene algo más que agregar.

“Lo que tú quieras, Oscar. Mira, yo no quiero meterme en detalles, porque tampoco se trata de…si yo te contara en detalle, ¡uf!

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