Tepic, Nayarit, lunes 18 de marzo de 2024

Educación a distancia, ¿gobierno renovado?

Marco Vinicio Jaime

31 de septiembre de 2020

30 millones de alumnos de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), en el país, junto con sus respectivos padres y maestros, se convirtieron desde el pasado lunes 24 de agosto, en los pioneros en poner en marcha de lleno las medidas adoptadas por las autoridades federales para hacer frente a la “nueva normalidad”, vía el inicio del ciclo escolar 2020-2021, con su inédito desafío: a distancia, después del abrupto cambio impuesto por la devastadora pandemia de Covid-19.

“Aprende en casa II”, inició con un peculiar programa de reforzamiento cognitivo -con duración programada de tres semanas- que retoma aspectos sustanciales del emergente antecesor en su primera versión, aplicado durante el “Gran confinamiento”, y será sin duda el preámbulo experimental para introducir al mayor número posible de familias en el nuevo modelo que determinará a su vez el aprendizaje de la presente y las venideras generaciones.

A través de la transmisión de las clases por televisión, radio, Internet y la entrega de cuadernillos a educandos de comunidades que por sus circunstancias geográficas agrestes sean de difícil acceso a la tecnología, se busca garantizar cobertura.

De cierto, lo dicho por el Secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán: la educación en México atraviesa por un cambio sin precedentes, e igual reto para todos, deja ver la urgente necesidad de marchar entonces al unísono de los constantes cambios que supondrá de ahora y en adelante la “nueva normalidad”, que para alcanzar el objetivo en el campo en comento, las estrategias de poderes y órdenes de gobierno deben surgir al fragor de la unidad nacional, la coordinación transversal, la honestidad, la justicia y la verdad, dando prioridad sincronizada en tiempo, forma y lugar, a los temas más importantes que son la preservación de la vida, la salud, la subsistencia, al margen de intereses subterfugios y sus luchas estériles, y en este caso, cobertura y equidad para la calidad educativa con herramientas totalmente nuevas, de garante acceso para todos: equipo (cómputo, televisiones, Internet) y materiales a docentes y familias que más lo requieran.

Es un hecho, que la “nueva normalidad” se finca en la imprescindible actualización constante de planes y líneas de acción basados en el comportamiento de causas y efectos, donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), más allá de instrumentos para el flujo de datos frente a la imposibilidad de la interacción presencial, comporta la oportunidad de innovar, consumar todo un sistema de intercambio inteligente de ideas, propuestas y soluciones en una reconstrucción que es de todos y para todos.

En consecuencia surge la interrogante: “¿Educación a distancia es equivalente a un gobierno renovado; no como el fin, sino el medio?”. De ser así, la distancia no será impedimento para captar el sentimiento colectivo y traducirlo en hechos de probada eficacia, lejos de la frialdad ciberespacial y de la autómata correlación de responsabilidades para salir exclusivamente al paso de la demanda. Es el momento propicio para concentrar esfuerzos conjuntos y comprender lo que subyace tras el telón de una trama incierta que seguirá poniendo a prueba la capacidad de la gobernanza y del desenvolvimiento en general de la dinámica social.

Ahora bien, Nayarit inició su particular tránsito con más de 250 mil alumnos y 17 mil maestros, según se dio a conocer en el evento ex profeso que presidió el Secretario General de Gobierno, Antonio Serrano Guzmán, y de Educación, José Andrés Rodríguez Domínguez. De conformidad, ¿qué diagnóstico poseen y qué plan tendrán para fortalecer la labor docente, tanto en equipo como en demás acciones de apertura, y para los estudiantes en estado de alta vulnerabilidad, que no les sean suficientes los cuadernillos?

Así, la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), que coordina la analista política y periodista Lily Cayeros, coincide en la importancia de evaluar periódicamente la evolución de un proceso histórico en la educación mexicana, que exige de inicio no escatimar esfuerzo alguno y mantenerse a la vanguardia con diagnósticos fidedignos de avances y oportunidades de mejora en cada rincón del territorio nacional, que indiscutiblemente abrirá puerta, para bien de una sociedad que ya no está dispuesta a esperar más, a tal sistema político-gubernamental que no tenga más fin que generar desarrollo equitativo sin exclusiones para la generalidad.

En la sesión virtual de este viernes 28 de agosto, el columnista Sergio Mejía Cano, hizo hincapié en la imprescindible sincronía que debe existir entre órdenes de gobierno para tener de primera mano conocimiento de las verdaderas carencias de la población en este trance sin precedente en materia educativa. “Porque hay todavía -dijo- quien no cree que existen familias en comunidades apartadas que no cuentan con televisión ni radio, ya no se diga con computadoras, tabletas o dispositivos tecnológicos. Esto es una realidad; y la entrega de cuadernillos no será suficiente para consumar que en plena era tecnológica estas personas no se queden atrás”.

El analista político y Director de Escena, Luis Alberto Bravo Mora, secundó a Mejía Cano, y urgió mayor coordinación del Estado con la Federación, a fin de asegurar orden en tiempo, horarios y acompañamiento para la ejecución de los planes y programas de estudios, en todos los niveles educativos, que por ahora, aún no ha sido posible -desde el “Gran confinamiento”- y en lo que va de estos primeros días de clase, establecer un ritmo que favorezca la adaptabilidad y el aprendizaje de los estudiantes.

En tanto, para la periodista Marisol Parra González, es preciso tomar en cuenta el grave problema que representa para no pocas familias con más de un hijo en edad escolar, el carecer de tecnología que cubra la necesidad de todos, y de los recursos económicos para adquirirla, y todavía más, cuando no entran tampoco en la categoría de los que recibirán cuadernillos. Así, puntualizó, las autoridades deben contar con claros mecanismos de comunicación tanto con docentes como con padres de familia, y estar generando soluciones de manera mancomunada.

La analista política Lily Cayeros, precisó que “aprender en casa”, será indudablemente mucho más que Televisión, radio, Internet, tabletas, computadoras o cuadernillos, puesto que sin esa motivación que deviene del interés genuino del gobierno y de común acuerdo con magisterio y entidades federativas, para atender el sentir de la sociedad, difícilmente se logrará la participación de los padres de familia para que sus hijos: niños y jóvenes, se beneficien al máximo de la programación educativa exprofesa. El gran desafío por tanto, radica en saber captar, interpretar y comprender los sentimientos del pueblo mexicano en esta difícil etapa por la superación educativa de la “nueva normalidad”.

Gobierno y sociedad, fueron puestos a prueba con gran firmeza, toda vez del paso inclemente de una enfermedad que destruyó y trastocó por completo el curso de los acontecimientos. La renovación pues, no llegó primero a las estructuras de poder, fuerzas partidarias, de representación popular, productivas, educativas y sociales, sino impactó de pronto e intempestivamente en la vida y la salud de cada persona, y por ende tomó por sorpresa y rebasó el tradicional patrón comportamental del sistema, y es esto pues, lo que la educación de la “nueva normalidad”, deberá de recoger y decodificar con las mejores herramientas para coadyuvar a la supervivencia de la sociedad de nuestros días, y la preparación del ciudadano del futuro. ¿Se vencerá el desafío? Preparémonos.



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