Posiblemente se sigan componiendo entuertos
Sergio Mejía Cano
29 de agosto de 2020
La Secretaría de la Función Pública (SFP), inhabilitó y multó a la revista Nexos, por presentar información falsa, a raíz de una denuncia originada en el IMSS, derivada de una minuciosa investigación, al proporcionar, la empresa editora de dicha revista, información falsa para lograr la adjudicación de un contrato en forma directa, para una campaña institucional para el IMSS. Información que se publicó en el Diario Oficial de la Federación, y que está en el portal de internet de “El Gobierno de México”.
Esta medida adoptada por la SFP, de inmediato despertó acérrimos comentarios de un sector de la población, y desde luego, de una parte de comunicadores que tacharon esto como un vil ataque a la libertad de expresión; sintiéndose algunos de estos comunicadores ofendidos por sancionar a una revista supuestamente de gran circulación. Aunque también adujeron los ofendidos que la sanción y multa se debía a lo que publicaba dicha revista en cuanto a cuestionamientos a la actual administración federal, a la que no le parecía nada bueno el contenido de lo que publica la revista Nexos, según los detractores del actuar de la SFP, desde luego.
Sin embargo, hasta el día de hoy, ninguno de los que señalan esto como un ataque a la libertad de expresión, ha reconocido que la sanción y multa se debió a unas malas artes de la casa editora; y aquí no se pone “supuestas malas artes”, porque se entiende claramente que, al tomar esta decisión la SFP, es porque ya tiene todos los pelos de la burra en la mano y bien comprobada la falsa información que presentó la casa editora de Nexos, para adquirir en forma anómala una adjudicación directa que posiblemente le hubiera dejado grandes ganancias económicas.
Todo esto, podría indicar a lo que estaban acostumbrados anteriormente los dueños y directores de esta revista y obviamente de otras tantas; pensando quizás, que no se iba a investigar o tratar de comprobar lo presentado por esa editorial y todo iba a funcionar como antaño, pero no fue así, ya que el mismo IMSS investigó y comprobó que esa casa editora andaba mal en cuanto a las cuotas de sus trabajadores, así como las del INFONAVIT.
Y de esto, quienes ahora se rasgan las vestiduras poniendo el grito del cielo porque se está atacando la libertad de expresión, no dicen nada de nada. Tal y como si todo estuviera bien en cuanto a esas anomalías que detectó el IMSS, porque al fin y al cabo, una revista informa y forma opinión, y lo que haya atrás no importa tanto o tal vez así los acostumbraron y por eso, se les hacía de lo más normal nada más cumplir con ciertos requisitos, así fueran falsos o anómalos y tan, tan.
Pero como se dice coloquialmente: para todo hay gente; para bien y para mal. Aunque posiblemente quienes les da por el mal es por sus propios intereses, como por ejemplo la devastación tan cruel que han sufrido terrenos aledaños al Mar, en que con tal de sacar ganancias poco les importa afectar flora y fauna; depredar entornos naturales. Y precisamente aunque se destruya y modifique un área, hay personas que aplauden todo esto, dizque porque es para fomentar empleos y que hay que apapachar a los inversionistas que son los que le dan trabajo a mucha gente. Entuertos
Obviamente que está bien que se generen empleos; pero no a base de malos salarios y malos tratos como ocurre comúnmente en algunas o la mayoría de las empresas de origen extranjero que han invertido en nuestro país. Y que entre esos apapachos, se ha documentado que hasta les han cedido grandes extensiones de terrenos para que construyan sus fábricas o empacadoras, etcétera, sin costo alguno; y por si fuera poco, se dice que exentan de impuestos a estas grandes compañías extranjeras, porque vienen a invertir y crear empleos para muchos mexicanos y que si no se les chiquea, podrían irse a otros países.
Aquí en Tepic y Nayarit, se han escuchado voces respecto a una compañía de origen asiático, que ofrece magros salarios, pocas prestaciones y horarios y jornadas laborales extenuantes y, de lo que hasta el día de hoy, ninguna autoridad laboral ha hecho nada al respecto. Aunque eso sí, tal vez porque los trabajadores no se quejan legalmente y nada más cuentan sus cuitas entre amistades y círculos familiares.
Y he ahí a las compañías mineras de origen extranjero que operan en nuestro país impunemente, de las que se dicen y se ha documentado que están saqueando a nuestro país prácticamente con la mano en la cintura, sin importarles la seguridad e higiene de sus trabajadores.
Sea pues. Vale.
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