Las televisoras y la Radio, al quite de la enseñanza y aprendizaje

No es nada alentador el que se hayan suspendido las clases en todos los niveles, debido a la mentada pandemia que, más que los estragos de contagios y muertes, cada día son más los daños económicos y, desde luego, a la enseñanza, en el entendido que para los niños de los niveles básicos, un día que se pierda en la escuela, es todo un universo de aprendizaje el que se esfuma.

Ahora, para paliar este daño a la educación, enseñanza y aprendizaje, el Gobierno Federal ha echado mano de las televisoras y la radio para trasmitir clases a distancia, ante la imposibilidad por el momento de poder impartirlas presencialmente. Sin embargo, desde el primer momento en que se anunció la entrada al quite de las televisores públicas privadas, comenzaron los cuestionamientos al respecto, sin tomar en cuenta qué otra cosa podría hacer la actual administración federal, si vio que con esto se podría ayudar al menos a una parte de la población, sobre todo la urbana. Porque de los principales señalamientos, ha sido de cómo se le irá a hacer para las zonas más apartadas del país en donde ni siquiera la señal de la televisión abierta llega. Así que para eso, se contemplo la radio que, la mayoría de las emisoras sí llegan a la mayor parte del país.

Pero también se ha dicho que en las zonas urbanas podría haber insuficiencia de esta medida, sobre todo para aquellas familias de escasos recursos que no cuentan con ningún tipo de aparato electrónico, y si acaso contaran con un radiotransmisor o un televisor, el problema estaría en que si son varios los alumnos dispuestos a escuchar sus clases por este medio, debido al grado de estudios en que estén, ahí es donde sería difícil que hubiese clases para todos los alumnos componentes de esas familias.

En el pasado clico escolar ya se llevó a cabo este experimento y no dio los resultados esperados, porque así estuvieran presentes los profesores por medio de una computadora, tableta o teléfono móvil, para muchos padres de familia les fue casi imposible hacer que sus hijos pusieran la atención debida a lo que decía la maestra o maestro a través del aparatejo electrónico.

El Gobierno Federal anunció en una de las conferencias mañaneras del Presidente de la República, a través del secretario de Educación, Estaban Moctezuma Barragán, la nueva modalidad para la impartición de clases que darán inicio el próximo 24 de agosto, presentando a los representantes de las televisoras públicas y privadas, quienes demostraron su mejor disposición de abrir sus canales para la trasmisión de las clases a impartir. Y obviamente que no faltó entre la opinión pública que cómo no iban a estar felices los dueños de estas televisoras, si no lo harían gratis y que lo que más les importaba, no eran tanto las clases de enseñanza a transmitir, sino el dinero que cobrarían por este servicio. Pero ni modo que no cobraran, si es su negocio, además tendrán que pagar empleados que se encarguen de la trasmisión de la señal.

Así que como la trasmisión de las clases por medio de televisión y radio no podrán llegar a muchos alumnos de escasos recursos y desde luego a los de las zonas rurales más apartadas del país, entonces ¿por qué no impartirles clases a cielo abierto? Se podrían adaptar lugares en parques, jardines y en campo abierto, para que se impartan las clases en forma normal, porque tal y como se están presentado las situaciones de varias familias, les será muy difícil que sus hijos pudieran aprender algo.

Ahora bien: en las zonas urbanas existe la situación de que si los padres tienen que salir a trabajar, por ende, sus hijos en edad escolar se tendrán que quedar solos, así que ¿quién coadyuvará con esos alumnos para que comprendan lo que se está trasmitiendo en tele o radio? Respecto a esto, hay quienes comentan que sí podría dar resultado, pues hoy en día, muchos padres y madres de familia han quedado sin trabajo, por lo que podrían aprovechar el no tener trabajo para ayudar a sus hijos en las clases vía televisión. Pues sí, pero ni modo que se estén alimentando de puro aire tanto los padres y madres como sus retoños, por lo que así se encuentren sin trabajo, se entiende que por fuerza tendrán que salir a buscar el sustento.

Pero también está el  hecho de que así algunos abuelos o abuelas se quieran hacer cargo, mientras los padres de familia salen a buscar la papa, está la incapacidad didáctica de muchas personas para tratar de hacer que los alumnos entiendan, aprendan y disciernen lo que se les está diciendo.

Sea pues. Vale.