Tepic, Nayarit, sábado 20 de abril de 2024

Ya cayó Cesar Duarte ¿Roberto Sandoval para cuando?

Ulises Rodríguez

10 de julio de 2020

¡QUÉ DETALLE, MISTER TRUMP!

La jornada del miércoles 8 de julio fue intensa desde el punto de vista noticioso. Comenzó con la reunión entre el presidente López Obrador y su homólogo estadounidense, Donald Trump y continuó más tarde con la detención del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez en Florida, dos eventos que por supuesto no estuvieron desvinculados uno del otro. La visita del presidente mexicano a Estados Unidos carecería de sentido alguno si Trump no la estuviera pasando tan mal de cara a las elecciones generales de noviembre de este año, donde se juega su reelección frente a Joe Biden, el tibio ex vicepresidente de Barack Obama que no obstante a su nulo proselitismo, ha sido el principal beneficiario por el desencanto del electorado con Trump, ya por su pésimo manejo de la pandemia, como por las protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd, que ha dejado en evidencia nuevamente el sentimiento racial que sigue vigente en Estados Unidos y del que Trump ha sido un fuerte promotor. Trump necesita votos de donde sea para quedarse 4 años más en la casa blanca y una visita elogiosa del presidente mexicano podía ayudarle bastante con el voto latino. Un intercambio de elogios, pues, no le venían mal a ninguno de los dos mandatarios y, básicamente ese fue el motivo de la visita oficial, que desde esa perspectiva fue exitosa. El presidente López Obrador, igual que el presidente Peña Nieto le han sido útiles a Trump, el mexiquense para llegar a la Casa Blanca y el tabasqueño pone su granito para que siga viviendo allí otros 4 años. Más allá de la cena en honor a Andrés Manuel y su comitiva, más allá de los elogios verbales y los empresarios a los que Trump acercó para generar la posibilidad de invertir en México -un mercado que actualmente no genera confianza en el mundo-, el verdadero obsequio del señor Trump llegó cuando se dio a conocer la detención en Florida de César Duarte Jáquez, ex gobernador priista de Chihuahua y de quien se sabía que radicaba en los Estados Unidos desde hacía meses y por una u otra razón, la solicitud de su extradición no había prosperado desde 2018, por presuntas irregularidades.

DUARTE Y AQUELLA FOTOGRAFÍA MALDITA

En 2013, el periodista Jenaro Villamil, hoy coordinador del Sistema Público de Radio y Televisión y por aquellos días director del reconocido portal Homozzaping.com, me dio la oportunidad de publicar en su portal un artículo a propósito de una declaración que hiciera Roberto Sandoval, entonces gobernador de Nayarit, donde defendía a lo que él llamaba una generación de gobernadores priistas a los que el partido no había sabido defender de la ola de ataques en redes sociales por la investigación contra Andrés Granier Melo, ex gobernador de Tabasco cuyos excesos se estaban dando a conocer para indignación no sólo de los tabasqueños, sino de todo el país. Sandoval salió a defender al PRI, diciendo que Granier era una excepción y no la regla, que “él no era el PRI, que el PRI eran políticos como Enrique Peña Nieto, como Roberto Borge y como Javier Duarte, Miguel Ángel Osorio Chong” … entre otras linduras tricolores. Era ya famosa una fotografía del primero de diciembre del 2012, donde todos los gobernadores flanqueaban al recién investido presidente Peña Nieto en Palacio Nacional. De esa fotografía, no pocos gobernadores están presos, muchos otros sometidos a investigación y la mayoría, repudiados en sus entidades por corruptos. Rodrigo Medina de Nuevo León; el ya mencionado Andrés Granier, de Tabasco; Fausto Vallejo en Michoacán; Graco Ramírez de Morelos; Egidio Torre en Tamaulipas; Javier Duarte de Veracruz; Roberto Borge de Quintana Roo; Guillermo Padrés de Sonora y Juan Sabines, de Chiapas -que hoy prácticamente  cogobierna Puebla con Miguel Barbosa, de quien es super asesor-; en dicha foto aparecen también, sonrientes, César Duarte Jáquez y Roberto Sandoval Castañeda, ex mandatarios de Chihuahua y Nayarit, respectivamente, amigos y socios entre sí, dos miembros de una generación de gobernadores que compartieron los excesos y que, podrían compartir también el destino de pagar por sus latrocinios en prisión. Sandoval y el Duarte de Chihuahua son protagonistas de sexenios en los que los excesos a costa del erario público, la corrupción y la narcopolítica fueron el pan de cada día.

CORTADOS POR LA MISMA TIJERA

César Duarte y Roberto Sandoval guardan entre sí, enormes similitudes. Eran gobernadores jóvenes que ganaron de manera rotunda las gubernaturas de sus estados, que eran punta de lanza del proyecto presidencial de otro joven gobernador que avaló sus carreras, Enrique Peña Nieto. Duarte adquirió en 2010 un rancho al que llamó “El Saucito”, era una propiedad de 60 hectáreas por el que pagó -aparentemente- poco más de setecientos mil pesos. En el terreno, el ex mandatario detenido ayer en Florida, construyó un lago artificial y una represa que garantizaría agua para sus plantíos, caballerizas de lujo y una pista aérea de 850 metros. La propiedad ya fue incautada y se estima su valor real en más de 30 millones de pesos ¿suena esta historia parecida a la del Rancho “el ensueño”, en el ejido de Aután, en San Blas?
Ambos también gustaban de sentirse parte del jet set. Mientras a Cesar Duarte le cantaba las mañanitas Juan Gabriel en palacio de gobierno en una fiesta privada a la que también fueron invitados a amenizar las cantantes Yuridia y Alicia Villareal, así como Pablo Montero, en Nayarit, Roberto Sandoval presumía su amistad y la sociedad en negocios con cantantes como Joan Sebastian, -de quien incluso llegó a ser compadre-, con Ezequiel “El Cheque” Peña, -a cuyo hermano permitió llegar al congreso del estado como diputado en 2015 y con quien mantenía negocios relacionados a la venta de caballos-, con Julión Álvarez y no se perdía en las Vegas ninguna pelea de su amigo, Saúl “el canelo” Álvarez.

Los dos desviaron importantes sumas de dinero para apropiarse de más de 10 mil cabezas de ganado neozelandés comprados con dinero federal y aportaciones de los erarios estatales en los que, el gobierno de Nayarit adquiría ganado a nombre de César Duarte y otros prestanombres del gobernador de Chihuahua, mientras que allá en el norte, replicaban la operación a favor de Roberto Sandoval, utilizando prestanombres de la familia del ex mandatario, entre los que figuraba su sobrino, Hugo Sánchez Sandoval, asesinado la noche del mismo 19 de septiembre del 2017, el mismo día que Sandoval dejó la gubernatura.

YA CAYÓ UNO, ¿CUÁNDO CAERÁ EL OTRO?

Ayer detuvieron a César Duarte, a quien perseguía la fiscalía de Chihuahua y de quien el gobierno de México había solicitado su extradición ¿cuánto falta para que sea detenido también Roberto Sandoval? Hasta ahora han sido detenidos varios personajes cercanos a él, pero otros reconocidos corruptos del sexenio gozan de cabal salud y hasta piensan regresar al poder en 2021. Nombres como Héctor Santana, Any Marilú Porras, Sergio Ramírez se mueven dentro de MORENA y el Verde Ecologista, para buscar nuevamente espacios en el poder. Fueron, todos ellos, consentidos del sexenio anterior y del fiscal Veytia, detenido hoy en Estados Unidos por sus vínculos con el crimen organizado.

Hace algunos meses, Roberto Sandoval afirmó haber apoyado a Morena y a su candidato presidencial en 2018. Muchos amigos suyos siguen incrustados en diferentes posiciones de Poder local en Nayarit. Esperemos que esto no sea el preludio de la impunidad que se avecina y que, antes de que finalice la actual administración estatal, se le ponga tras las rejas. Si no es ahora, no será el próximo sexenio, que seguramente será de alternancia y en el que el ex mandatario tendrá carta abierta para hacer y deshacer, si los pronósticos electorales se mantienen como hasta ahora. Toño tiene una gran oportunidad que, esperemos, no deje escapar. Confío en que así será.


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