Los vericuetos en la Fiscalía

“Ya te vieron la cara de…me espetó persona muy cercana a mis afectos. Se me cayó la cara de vergüenza. Me echó en cara por la última fallida intentona de solucionar un problema en la Fiscalía General de Nayarit.

Sucede que el pasado viernes 12 de junio del presente año, al mediodía, en una de las calles de la colonia Lagos de Aztlán de la capital nayarita, tres tipos abordaron al conductor de un automóvil de mi propiedad. No sacaron armas, sólo uno de ellos levantó la camisa para al cinto enseñar una pavorosa pistola 45. Lo bajaron de la unidad y dijeron: “Somos de la maña, no la hagas de pedo”. Prometieron dejar abandonado el auto cerca de un puente. Para ellos era urgente huir de persecución del ejército y guardia nacional.

Ese mismo día, mi hijo y el escribano acudimos a la Fiscalía para hacer del conocimiento del Ministerio Público los acontecimientos que traen aparejado la comisión de delito. Una vez corrido el trámite que llevó buen tiempo, nos dispusimos a buscar el coche por los sitios que sabemos existe un puente, incluso Puente de San Cayetano. Nuestro esfuerzo fue inútil. Dije a mi retoño: sólo nos falta explorar en el puente Golden Gate de San Francisco.

Al día siguiente, sábado por la mañana, mi hijo me mostró en su celular el boletín de la Fiscalía, subido al Fb por el reportero Miguel Ángel Luna, en el que da cuenta de la recuperación de vehículos, entre ellos el nuestro, abandonado por el rumbo de la colonia Colomos. Ipso facto (dijera “El Guacho Zúñiga”, compañero fotógrafo ya fallecido) nos trasladamos a la Fiscalía. Nada pudimos resolver. Día inhábil para la burocracia.

El domingo 14 logré  entablar comunicación, vía teléfono celular, con titular de la vocería oficial de la dependencia, quien a fuerza de ser sincero me dijo que la unidad no la entregarían de inmediato, sino al paso de cuando menos diez días. Explicó que los peritos deberían hacer su trabajo de investigación de huellas dactilares en la unidad dejadas por los de la maña a través de la secreción de sudor. La dactiloscopia es método infalible para establecer fehaciente la identidad de un ser humano. Llevarán equipo especializado para hacer la detección y eso tarda. Pensé entre mí, seguramente los aparatos también percibirán si alguno de los tres asaltantes se tiró un pedo en el interior del vehículo.

Al día siguiente, lunes, hicimos acto de presencia ante Víctor Hugo Martínez, vocero oficial, quien al conocer a detalle el asunto comisionó a una mujer de su equipo de comunicación para que nos acompañara ante el MP de robo de vehículos, porque, argumentó, él iría a donde se encuentra el fiscal Petronilo Díaz Ponce Medrano.

Desde entonces, pese al encierro…espiritual, nuestro peregrinar por la Fiscalía ha sido la constante. He recurrido al apoyo o lo que esté a su alcance de reportero con influencia en la dependencia; de reportero-redactor de boletines oficiales de las actividades del gobernador Antonio Echevarría García, dependiente la dirección de Comunicación Social del Gobierno de Nayarit; de dirigente de alianza del autotransporte, del titular de la Secretaría de Vialidad estatal y de quien preside la Secretaría General de Gobierno. Poco o nada han contribuido en la solución del caso.

El protocolo ha tenido sin contratiempos su desarrollo, la autonomía del Ministerio Público continúa virgen, sin irrupción de funcionario o persona extraña que intente violarla.

En una de las tantas visitas recibimos la promesa de que nos darían el documento de liberación, al mismo tiempo se nos informó del corralón en que se encuentra el auto y lo que deberíamos pagar, pero que  en ese momento no se hallaba la persona que debe firmar la orden. Estará aquí como a las dos de la tarde, les pido llamen a esa hora. Así se hizo tres veces, pero jamás contestaron.

Cuando menos en siete ocasiones nos hemos presentado en la Fiscalía. El último citatorio por escrito llegado a mi domicilio para comparecer ante el MP adscrito a la unidad de investigación de robo de vehículos, licenciada María Soto Moreno, fue este sábado 27 a las diez horas. Acudimos sólo para escuchar que nuestro asunto está en proceso.

No son los diez días que al principio se nos dijo tardarían en entregar la unidad, sino a la fecha quince, más los que se acumulen. A pesar de ya haber entregado la documentación que se nos ha exigido, al parecer dudan que el escribano sea el propietario del vehículo. O a lo mejor la maraña burocrática ha provocado la tardanza. Vaya usted a saber.