Nayaritas del centenario

“Soy el menor de tres hermanos, desde chico me llamó mucho la atención la cocina, yo decía que iba a ser chef. Cuando hacíamos carnes asadas en familia, me le empecé a pegar a mi jefe y ahí agarré el gusto por la cocina. A los dieciocho años me hice papá, saliendo de la prepa. Mis planes eran irme a estudiar a Puebla gastronomía. La otra opción era irme a Guadalajara, tenía un gusto también por la construcción, eso me llamaba la atención pero más gastronomía. A raíz de la noticia se vinieron abajo mis planes, me comprometí a hacerme cargo de mi niño y con mis papás a sacar aquí una carrera. No ha sido fácil, cambiaron todos mis planes, mis responsabilidades, compromisos, salidas con amigos, todo me cambió. Cambió para bien, no me arrepiento de nada, me ha servido para madurar. Todo esto no lo hubiera hecho sin el respaldo que tengo de mi esposa y mi hijo. Lo que yo necesitaba era un ingreso y tener una carrera que me gustara, estudié aquí la licenciatura en ingeniero constructor. Desde que inicié yo empecé a trabajar en una constructora, duré dos años trabajando con ellos mientras estaba estudiando, para tener un ingreso y como tal mantener a mi familia. La receta original de los tacos de lomo viene por parte de mi abuela del lado de mi papá, de Santiago. A los dos años surgió la oportunidad; me habla mi abuela un día y me dice que si quiero hacer negocio me vaya con ella. Ella sabía que me gustaba la cocina, tenía la receta y quería enseñármela para traerla a Tepic. Renuncié en la constructora y me fui unos días para allá en lo que aprendía a cocinarla. El nombre es en honor a mis abuelos y sobre todo a mi abuela que gracias a ella empezó esto. Todavía no acababa la carrera, iba como a la mitad. Empecé con taquizas, Yeyos no nació de la noche a la mañana en un local. Llevaba taquizas en mis tiempos libres, dure dos años con puro evento y poco a poco me iba dando a conocer, mi familia y amigos me iban recomendando. Al notar que la gente reaccionaba positivamente pensé abrir ya la taquería en forma, en un principio no me animé, como todos le tenía miedo a fracasar. Entré a trabajar con mi familia, con un tío iniciamos un proyecto publicitario, duré un año en eso pero no fue el negocio que esperaba. Un día, casi terminando la escuela, vi un local que me gustó cerca de casa. Me lleve el número y pedí informes, en la tarde lo platiqué con mi esposa y decidimos arriesgarnos. Nos apoyaron nuestros papás para equiparnos y empezamos con los tacos de asada y lomo nada más. Empezó a responder bien y decidimos meter más variedad. El negocio tiene año y medio aproximadamente. Terminé mi carrera y fue cuando abrí el negocio. Hasta ahorita no quito el renglón de poner en práctica mi profesión, aparte del negocio, si agarro alguno que otro proyecto de detalles y de construcción. Cuando recién se vino la noticia de que la pandemia se venía a Tepic el negocio se me vino abajo, un domingo ventas buenas y para el miércoles ya estábamos solos. La señora que me
renta me apoyó con la renta y yo decidí cerrar un mes, agarré un proyecto de construcción en lo que se acomodaba esto. Abrimos y tuvimos una respuesta buena, el servicio a domicilio no lo tenía pero lo implementé. Una de las cosas que le veo positivo es que me he dado a conocer con otros clientes que yo no tenía. A partir de que salió el protocolo duramos unos tres días en lo que conseguíamos el equipo, tapetes, termómetro, liquido sanitazante y todo lo necesario para recibir al treinta por ciento de nuestra capacidad. La gente todavía no sale a cenar, sale el padre de familia, pide recoge y se lleva. Mi plan es seguir con el negocio y preparándome más también en la cocina, es algo que me gusta mucho. Quisiera enfocarme más en cortes, dejar el negocio en forma y llegar a tener ya un restaurante sin dejar al lado mi carrera. El negocio como tal yo lo veo llevándolo a la frontera, traigo esa idea loca. Meter este estilo de tacos en la frontera y después brincar a Estados Unidos.”

Rodrigo Lomeli, 23 años

Emprendedor

Él es #nayaritadelcentenario