Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

El mejor remedio de salud, es el contacto con la Naturaleza

Sergio Mejía Cano

15 de junio de 2020

Pues resulta que con esta epidemia o pandemia que se nos echó encima a gran parte de la humanidad, todo lo que se nos había dicho o habíamos leído o se nos había recomendado, para la mayoría de las personas de la tercera edad y otras de no tanta edad, todo lo aprendido a lo largo de la vida, ahora se cae todo como castillo de naipes.

Si bien ha habido médicos que recomiendan respirar aire puro, estar más en contacto con el Sol y el Mar, ejercitarse, beber agua natural en abundancia, el aseo corporal adecuado pero no excesivo y desde luego una alimentación sana y lo más pura y natural posible, así como de ser posible caminar al menos 20 minutos con los pies descalzos sobre el pasto, ahora muchas cosas de estas se han ido por el caño debido a las recomendaciones de los actuales próceres de la medicina y, obviamente, secundadas por las autoridades.

Desde siempre se ha tenido entendido que el contacto con la Naturaleza es de los mejores remedios para la humanidad y desde luego para todas las demás especies que habitan este planeta; sin embargo, nos han confinado a un encierro que si bien se podría decir no fue del todo obligatorio, si con cierta velada amenaza de que a quien anduviera en la calle sin motivo o razón, sería conducido a su domicilio.

Claro que este encierro casi obligado en aras de la salud, posiblemente ha hecho que se enferme más gente; ¿y por qué? Pues precisamente por la falta de aire puro y no recibir el Sol debidamente, porque no todos los ciudadanos contamos con viviendas ya no digamos con jardín, sino tan siquiera con un patio más o menos razonable para poder estar dando vueltas y vueltas para un supuesto ejercicio. Cualquier médico honesto que se precie de serlo, que no haya egresado de una universidad patito con un título comprado, podría afirmar que el confinamiento de la población ha sido más perjudicial que benéfico; porque una prueba muy palpable es que si a pesar de que la mayoría de la población acatamos las disposiciones de las autoridades médicas y de los gobiernos estatales y municipales, aun así se ha documentado que el número de enfermos de coronavirus aumenta cada día más, por lo que podría ser probable que uno de los principales factores fundamentales podría ser el estrés generado por el encierro; pero más, por el miedo, el temor a contagiarse o contagiar. Y esto de contagiar nomás por andar en la calle, se podría tomar como una ofensa para la población a la que se le dice que podría ser portador asintomático, tal y como si cada quien no supiera de sus propios males que le aquejan.

Cierta vez, una maestra en la secundaria, debido a que uno de los alumnos presumía de bañarse hasta dos o tres veces al día en tiempos de calor o porque le ayudaba a su papá en la albañilería o carpintería, nos dijo a sus alumnos que no era recomendable bañarse más de una vez al día, porque la epidermis se cubría con una capa que la protegía, y esta capa se perdía al bañarse y tardaba mínimo dos horas en volver a regenerarse, así que si nos bañábamos más de una vez, al perder esa capa de melanocitos o algo así, la piel quedaría expuesta a varias afectaciones. Y esto ahora con la recomendación del lavado de manos frecuentemente, pues hace pensar que tal vez esa capa de la epidermis no se regenere y por la falta de la misma, por los poros de la piel pudiera entrar con más facilidad el covid-19, ¿o no es así?

Cierta vez oí a una persona decir que la vida provenía del Mar, que todo empezó ahí, y que poco a poco fueron saliendo especies del Mar y se adaptaron y evolucionaron para poder vivir fuera del agua marítima. Que por eso la mayoría de los seres que habitamos tierra firme debemos tener los ojos húmedos, pues eso es un reflejo de que la vida proviene del Mar.

Y esta persona puso énfasis en que se había comprobado y documentado que el agua de Mar sigue presente dentro de nuestros organismos, pues el agua de una placenta de una hembra embarazada, incluso la humana, es agua de Mar, que las lágrimas son agua de Mar; por eso, todos los embriones, fetos y demás, necesitan de esta agua para poder desarrollarse dentro del vientre materno.

Y para rematar, mostró unas imágenes de embriones de diferentes especies como aves, reptiles, peces y humanos, en donde se ve que en las primeras etapas de evolución, todos los embriones son muy similares en su apariencia, no hay diferencia a simple vista; pero con el tiempo, de acuerdo a los cromosomas se va formando de acuerdo a su especie. Pero iguales al inicio.

Sea pues. Vale.

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