Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

El tal Cigi

Oscar González Bonilla

04 de junio de 2020

Un espontáneo se aventó al ruedo sin alertar del grave riesgo de ser severamente reprimido por falsedad en declaraciones.

Desconozco que fuerzas exteriores motivaron a Cigifredo Olague Rodríguez lanzarse en contra de este humilde escribano para intentar ponerlo en ridículo ante la opinión pública al señalarlo como cómplice de las atrocidades cometidas por Edgar Veytia al frente de la Fiscalía General de Nayarit.

Tengo la plena seguridad que este señor no me conoce, poco sabe de mí por versiones de algunos compañeros dedicados a la comunicación social, pero sin sonrojo alguno, sin sentimiento de vergüenza pues, Cigifredo Olague Rodríguez se puso a manifestar, mediante mensajes de texto en Facebook, algunas incoherencias sobre mi persona.

Las falacias cometidas intencionalmente para persuadir a los lectores surgieron de don Cigifredo Olague Rodríguez después de hacer explícitos en La Güipa, columna periodística que hace años escribo con ese título, comentarios sobre el proceder de Edgar Veytia como titular de la Fiscalía General del Estado, incluso al margen del cargo en dicha dependencia. Este escrito lo titulé Tigre de papel y lo subí a mi página de Fb el 31 de mayo del presente año, aunque la publicación original es del 12 de mayo de 2013.

Transcribiré textual los mensajes en Facebook, con todo y los horrores de ortografía que son manera muy común de escribir de don Cigi: “Y lo vien que Oscar González Bonilla estaba en la nómina cobraba sus quincenas con vestía”. Otra perla: “Si recivias y te lo demuestro Oscar y te digo quien era el intermediario para entregarte chayoton”. Y remata el tal Cigi: “Si puedo demostrar a Don Oscar González Bonilla que si recivia dinero de la fiscalía”. Los comentarios fueron a intervalos, como se acostumbra en dicha red social.

Mi respuesta fue: Reto al declarante a que públicamente exhiba documento de nómina con mi nombre y firma, asimismo fotografía o video del instante en que del intermediario recibí el chayotón. Tuve la idea de agregar que hiciera una exhaustiva investigación periodística –el tal Cigi se hace pasar como reportero, en la actualidad desconozco para qué medio de comunicación escrito, radial, televisivo o de red social preste sus servicios profesionales- hasta alcanzar con pruebas la corrupción en que cayó el reportero de la gente, lo cual haría merecedor al tal Cigi, si no del premio estatal de periodismo, cuando menos a ganar credibilidad, razón fundamental en el quehacer periodístico de cualesquier reportero.

Me han sugerido que lo demande por difamación, pero el personaje no tiene el peso, tampoco la estatura moral, es pequeño. Tengo en mi haber la solidaridad de amigos abogados como Jorge Vargas (condiscípulo en la primaria Gabriel Leyva), Benjamín Sandoval Cedano, Ricardo Lyle Fritch y Rogelio Zúñiga. Incluso en mi poder existe el artículo 333 del Código Penal para Nayarit que específica años de prisión y multa por la imputación a una persona de un hecho falso que cause deshonra, descrédito o perjuicio.

Es escasa mi adicción a contestar reclamos a expresiones que se manifiestan a través de la red social. He comprobado que en ésta existe una legión de idiotas que por lo regular critican sin bases. Además por siempre he sostenido que el Facebook es prueba de tolerancia. Sólo participo cuando sin razón ni fundamento hacen alusión a mi persona, como dijera López Obrador: “Eso ya calienta”.

Hasta este momento no encuentro el motivo básico, la razón principal, por las que el tal Cigi con la espada desenvainada se lanzó contra mí, a rajatabla y sin miramiento. ¿Será por envidia?, como alguien dijo por ahí. Para él no represento competencia, tampoco obstáculo para sus fines pecuniarios. Sé que su radio de acción tiene como base el municipio de San Blas, donde como periodista supongo está entregado de tiempo completo y cuerpo entero a la presidenta municipal del lugar Candy Yescas, a la cual en un posteo de Facebook el Cigi se refirió como la mejor alcaldesa de los 20 municipios de Nayarit y que en 14 de ellos se organizan para aserla su gobernador (sic). Qué tal de cabrón.

Hace algún tiempo de una persona leí comentario en Fb que hacía referencia a Cigifredo Olague Rodríguez, a quien señalaba que como ejidatario le brincó al periodismo, por consecuencia es actividad que no se le acomoda, no se le da. Varios de mis amigos también en la red social me piden que no me enganche, el tipo no vale la pena, el sujeto no tiene cerebro, es darle importancia a la mejor manifestación de la ignorancia. Y así por el estilo los comentarios. Lamento esta vez no complacerlos, cuando sus propuestas aparecieron, la construcción de este comentario ya estaba en proceso. Suspendí sólo para buscar algunas sugerencias sobre el tema. Definitivamente, el periodismo no es para gente pequeña ni para mentalidades obtusas.
   

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