Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

La responsabilidad por la familia te hace más prudente y precavido

Sergio Mejía Cano

25 de mayo de 2020

El gran poeta libanés Gibrán Kalill entre sus relatos, cuentos, narraciones, reflexiones, etcétera, está uno titulado “El cinturón de oro”, en donde comenta el encuentro de dos hombres a la orilla de un río sin puente y que tienen que atravesar. Groso modo se trata de que uno de ellos le dice a su compañero que no sabe nadar, pero el otro lo anima diciéndole que no está muy ancho el río en esa parte. Total que se avientan a cruzar el río y el que no sabía nadar alcanza pronto la otra orilla y al buscar a su compañero ve que es arrastrado por la corriente, por lo que va tras él y lo rescata.

Ya una vez en la orilla, el que se andaba ahogando y que sí sabía nadar le pregunta al otro que cómo había estado eso si había dicho que no sabía nadar, entonces el salvador le señala un cinturón que lleva ceñido y le dice que está cargado de monedas de oro que había ganado para su familia, y que mientras cruzaba el río sintió sobre sus hombros a su esposa e hijos que lo empujaban a salir avante.

Lo anterior viene a colación debido a que este pasado sábado 23 un tren le pegó a un tráiler que se le atravesó a su paso en la prolongación periférico sur en su cruce con la calle “Las vías”, cerca de San Martín de las Flores, en el municipio de Tlaquepaque, aún dentro de la zona conurbada de Guadalajara, Jalisco; y en la nota informativa que trasmitió Radio Metrópoli de Notisistema.com, un rescatista de Protección Civil le dice al reportero que afortunadamente nadie había salido lesionado a pesar de lo aparatoso del accidente, porque el conductor del tráiler traía a bordo a dos pequeños aparentemente sus hijos de al parecer de ente cinco y seis años de edad; y que el chofer del vehículo de carga alegaba que no había escuchado que pitara el tren hasta que sintió el trancazo y ya no pudo hacer nada porque el tren los arrastró como 50 metros después del impacto.

Y esto podría relacionarse con el del cinturón de oro porque si el chofer del tráiler trae a sus hijos es cuando más precaución debería de haber adoptado, pero no fue así, ya que si alega que no oyó pitar al tren esto no lo exime de la responsabilidad que llevaba en sus hombros: sus propios hijos o al menos dos infantes por los que todo adulto debe de proteger.

El error del trailero fue no haberse detenido cinco metros antes del riel más cercano y no cruzar las vías férreas hasta haberse cerciorado que no circula ningún vehículo sobre los rieles; ojo, el reglamento de tránsito federal señala claramente que “ningún vehículo”, y no dice tren o trenes, sino vehículos, por lo que toda clase de vehículos que circulan sobre los rieles tienen preferencia de paso sobre todos los demás en cualquier crucero público a nivel con vías del ferrocarril.

Es por esto que por lo regular cuando sucede esta clase de accidentes el conductor del tren ponga en su informe sobre accidentes a trenes que la causa del mismo fue por la imprudencia del conductor del vehículo automotriz, porque no hay más, ya que si se atraviesa al paso del tren, fue precisamente por la imprudencia de quien manejaba el vehículo automotriz que se atravesó. Aunque se dan casos en que cuando quedan prácticamente ilesas las personas que viajan en un vehículo automotriz casi siempre quien lo va conduciendo alegue de inmediato que el tren no pitó y hasta le quieren echar la culpa al tren o vehículo que circula sobre rieles, siendo que todo accidente en un crucero público a nivel con las vías férreas será por la imprudencia del chofer del vehículo con neumáticos.

Claro que el hubiera se dice que no existe, pero si trailero que lleva dos niños viajando con él debió haber tomado todas las precauciones posibles al aproximarse a las vías del ferrocarril, para así, no arriesgarse y menos arriesgar a los pequeños junto a él.

Y lo más triste del caso es que es muy común que la mayoría de los conductores de vehículos no hagan alto total al llegar a las vías férreas, sino que se pasan hasta sin fijarse si viene el tren o no, y si bien habrá quien aminore su marcha es nada más un instante que en nada ayudaría en caso de que viniera un tren circulando y aproximándose al crucero.

Accidentes en los crucero públicos a nivel ha habido infinidad, y por desgracia se seguirán dando irremediablemente debido a la poca cultura sobre los reglamentos de tránsito en sus tres niveles: federal, estatal y municipal.

También es común oír decir que el tren no se sale de la vía para arrollar vehículos o personas y, ¿acaso el tren se sale de las vías?

Sea pues. Vale.

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