Mejorar servicio de transporte en Tepic, un sueño
Oscar González Bonilla
02 de mayo de 2020
Un sueño por él largamente acariciado es alcanzar mejor sistema de movilidad en la ciudad de Tepic, capital del Estado de Nayarit. El optimismo de Brígido Anaya Salas se desborda muy a pesar de saber que los sueños, sueños son. Imaginar sucesos que se perciben como reales mientras se duerme.
Lo anterior al tomar en cuenta la movilidad en lo que se refiere a la circulación de vehículos, principalmente motorizados, pero además al tránsito de personas por los espacios en la ciudad destinados para ello.
Con don Brígido se concertó la cita de la entrevista para las once horas en el amplísimo espacio que en el pasado fue un sistema de bodegas, supongo que heredado de sus padres, por la calle Colima y Doctor Martínez de la colonia San Antonio en Tepic. Avistado desde el gran portón de entrada, se hallaba él sentado frente a mesa debidamente avituallada de enseres propios para la ingesta de café, sobrecitos de azúcar y mascabado, panecillos, cafetera eléctrica y hasta vinos tinto y blanco.
Con la característica amabilidad de buen anfitrión, poseedor de amplia cultura (además del español, domina francés, sueco e inglés), Anaya Salas abre la charla para decir: “Por mi formación e influencia, normalmente me gusta pasar desapercibido (ríe). He llegado a pensar en ser invisible, por poco y lo logro. Sin embargo, mis participaciones (en foros) han provocado que algunos se fijen en mí, pero una prueba irrefutable más es tu presencia aquí en mi casa”.
A los once años de edad, inquieto hasta las cachas, sus padres decidieron ingresarlo al internado, “muy estricto, en la bella ciudad de Puebla”, donde realizó estudios básicos, mientras que la preparatoria y estudios profesionales como Contador Público los hizo en Monterrey. Se graduó como tal el 7 de enero de 1971 en el Instituto Tecnológico de Monterrey.
En familia, como en lo particular, la suficiencia económica le permitió a don Brígido viajar por distintos lugares de la república mexicana, pero también visitar países del extranjero. Además su declarado espíritu de trotamundos le permitió llegar a Inglaterra para permanecer dos años, luego mudó a Suecia “que considero mi segunda patria, porque me dio tantas facilidades de estudio, idiomas, cursos de postgrado en la Universidad de Estocolmo, posibilidades de trabajo: laboré en gran hotel de lujo en el centro de Estocolmo y en la empresa de alimentos, probablemente la más importante de Escandinavia, llamada Konsum. Durante su estancia en la capital de Suecia pudo certificar que el sistema de transporte tanto público como privado es “formidable, excelente”.
Años más tarde regresó al terruño natal, “pero mi mente y espíritu seguían allá (Estocolmo) con añoranza”. En el ínter por fortuna recibió llamaba de un buen amigo de apellido Moncada, quien trabajaba en el área de difusión y becas de la Universidad Autónoma de Nayarit, para informar la llegada de invitaciones de varias partes del mundo, entre ellas Suecia. Le indicó que él, Anaya Salas, reunía el perfil para participar allá en un curso corto sobre tránsito, vialidad y movilidad en general. Después de haber sido aceptado, Brígido voló a su segunda patria.
“Quiero decir que fue una experiencia excepcional”. Afirma que asistieron participantes de los cinco continentes del mundo. Fue un curso teórico-práctico con instructores, personas muy calificadas, del Banco Mundial, entre otras instituciones. Recibió capacitación sobre problemas que genera la movilidad referente a pérdida en tiempo y contaminación medioambiental, el papel preponderante del automóvil de uso privado, así como la eficiencia en todos sus órdenes del transporte público y buen sistema de vialidades, para concluir en que la aplicación de medidas innovadoras mucho podrán ayudar a reducir los atascos y a un uso más eficiente del espacio en las calles citadinas.
Pero lo que más llamó su atención es la educación vial que desde la niñez del kínder reciben los infantes de Suecia. Esa práctica la vivió, y considera que fue muy aleccionadora. Lo extraordinario es que los capacitadores, expertos en tránsito, vialidad o movilidad, en la actualidad todavía ofrecen asesoría a cualquier país del mundo que lo solicite, sin costo alguno.
“Fue increíble lo que aprendí, que junto con la experiencia previa del uso de transporte público en muchas partes del mundo, pude valorar y ver la gran diferencia entre lo que ofrecía Estocolmo y otras preciosas ciudades como Londres, Paris, Moscú y Nueva York”, recalca.
En este apartado de la entrevista, Brígido Anaya Salas pide preguntas al reportero de la gente.
-Estocolmo es ejemplo mundial, según su apreciación. En comparación, Tepic vive situación deprimente. ¿En su opinión, qué se debe hacer para mejorar transporte y movilidad urbana de la capital nuestra?
-Agregaré que los expertos en movilidad han viajado por todo el mundo, entonces ellos saben que las condiciones como la situación política, económica, idiosincrasia, de Suecia son diferentes a algún país latinoamericano, concretamente México o Nayarit.
Un largo silencio de meditación.
-Hace dos, tres años, tal vez cuatro, aquí en Nayarit hubo una convocatoria para mejorar el sistema de transporte público de la ciudad de Tepic. Esta es mi oportunidad, pensé. Después de reunir todo los requisitos, sujetarme a las normas, fue aceptada mi participación en el auditorio del Parque Metropolitano. Con mucho gusto advertí la presencia de altas autoridades, permisionarios del transporte público y usuarios, ante ellos presenté mi propuesta escrita con anterioridad. En resumen, sugerí lo siguiente:
Antes quiero decir que en base a mi formación de Contador Público hago siempre un presupuesto ideal. Esta vez presenté mi propuesta ideal del sistema de transporte público en la ciudad de Tepic. Después se vería lo que es posible de acuerdo a la circunstancias: interés, participación, recursos…
Sin seguir en estricto orden mi ponencia, dije lo siguiente: que se requería interés y participación de autoridades municipales, estatales, usuarios, permisionarios. Aquí no va a ver perdedores, se trata de ganar-ganar, porque si se considera que esto será muy bueno, pero en detrimento de un sector, entonces demerita y pierde interés. Todos vamos a ganar, les dije.
Tanto autoridades municipales como estatales deben tener las vialidades y señalamientos en perfectas condiciones para el mejor transitar del transporte público y privado. En segundo lugar, hay que ubicar un taller de verificación vehicular para que únicamente circulen vehículos en buen estado; tratar de poner allí gente competente, honesta, para evitar mochada en la revisión. Entrega de licencia de manejo sólo a conductores que prueben capacidad.
También propuse la creación de escuelas de tránsito y vialidad para en la materia dar enseñanza a los niños, incluso añadir los temas en su educación formal. Evitar acaparamiento de permisos del transporte público y entrega de rutas de mayor rentabilidad económica. Esto último se puede lograr con el cambio del sistema de pago por pasaje, vender bonos mensuales que tienen la ventaja de que el dinero vaya a un solo fondo, para enseguida repartirse. Rediseñar rutas, es decir, hacerlas cortas. No de extremo a extremo de la ciudad como en tiempos actuales. Se reducirá la demanda de transporte para poder satisfacer la necesidad de desplazarse con trayectos más cortos y al mismo tiempo evitar doble y hasta triple pago al transbordar. Además, dar un mejor tratamiento al espacio público para que el peatón sea el protagonista.
-En los diversos foros que usted ha participado en los últimos tres gobiernos estatales, ¿sus propuestas ha sido tomadas en cuenta, le han hecho caso a sus sugerencias?
-Bueno, con mucha modestia quiero decir que casi me sacan en hombros, gustó, me felicitaron, hasta el mismo José Trinidad Espinoza Vargas, entonces secretario general de Gobierno. En general se veían contentos usuarios y permisionarios, por lo menos en apariencia, porque creo yo que no había perdedor. La verdad, es que todo quedó en el tintero. No hubo acción por parte de ninguna autoridad y las cosas siguen igual.
-Pareciera que no les importa el tema, sobre todo por el cúmulo de intereses existente entre las partes.
-Definitivamente. No hay disposición de la autoridad para obligar al permisionario a la revisión constante de sus vehículos en lo material y mecánico, incluso a renovar unidades. Deben tener choferes certificados. Por su parte, la autoridad municipal obligarse a mantener en buenas condiciones las vialidades y señalamientos. Es posible un transporte público ideal en Tepic, pero se requiere la participación de todos: autoridades, permisionarios y usuarios.
-Tanto unos como otros pretextan falta de dinero, financiamiento, para mejorar unidades y el servicio, por ello se piensa que en Tepic la situación seguirá igual por los siglos de los siglos.
-No, no. Tengo confianza, soy optimista, que si hacemos un esfuerzo las cosas cambiarán. Hace a los sumo dos meses, en la Universidad Autónoma de Nayarit participé en una reunión nacional sobre movilidad, donde el gobernador Antonio Echevarría García reiteró total apoyo. Dentro de lo revolucionado que está esto, creo que todos tenemos derecho a la ciudad. El derecho a la ciudad en el sentido de tranquilidad, que podamos disfrutar del parque, escuchar un concierto, sentarnos a platicar. Creo que sí es posible, tengo confianza.
Brígido Anaya Salas abre su esperanza de que sea el gobierno federal que encabeza Manuel Andrés López Obrador el que atienda con veracidad el reclamo de la ciudadanía tepiqueña a través de sus representantes populares en el Congreso de la Unión para poseer un servicio de transporte público ideal. Aunque no deja de reconocer que es un sueño, el esfuerzo por lograrlo es loable. (Septiembre de 2019)
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