Antroponotas de Nayarit
Raúl A. Méndez-Lugo
02 de mayo de 2020
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN NAYARIT TIENEN UN REZAGO HISTÓRICO PARA CUMPLIR CON SU MISIÓN FUNDAMENTAL: HONESTIDAD, IMPARCIALIDAD, VERACIDAD, PLURALIDAD Y CREDIBILIDAD.
Leer, escuchar y ver las noticias en los medios de comunicación en nuestro estado siempre nos motiva a conocer más de lo que realmente pasa en los diferentes ámbitos del acontecer cotidiano. En lo personal, leo algunos periódicos locales, escucho varios noticieros en la radio y en menor medida veo lo que se dice en la televisión. Estoy convencido que detrás de cada medio, de cada locutor, de cada reportero, de cada corresponsal, existe un interés especial del qué y cómo abordar las noticias, donde se hace evidente la existencia de un tipo de poder, ya sea económico o político, pero por lo general, todos sabemos que son ambos en estrecha combinación.
Algunos opinarán que este problema es ancestral, desde el origen del oficio de informar, del quehacer periodístico, sin embargo, debemos entender que los medios de comunicación son empresas privadas, los hay también del sector público y, paralela e históricamente han existido otros medios impulsados por organizaciones políticas y de la sociedad civil, pero así como hay empresas corruptas y dañinas para la sociedad, también existen empresas honestas y que cumplen con su misión en el mercado, por lo tanto, creo que todos debemos aspirar y contribuir para que los medios de comunicación sean empresas que cumplan con su misión y respeten la inteligencia de sus usuarios.
En tiempos electorales los medios de comunicación se renuevan, firman convenios y contratos, amplían su personal, adquieren nuevas tecnologías, elaboran consignas y cumplen órdenes, por eso no es nada raro que algunos candidatos tengan mayor o menor presencia en los medios, sin embargo, en el contenido y el sentido de las noticias rápidamente se detecta quienes y quienes no están pagando a los medios, hasta ahí podría verse normal, entendiendo la lógica de los medios como empresas que están condicionados por la oferta y la demanda en su particular mercado, es decir, lo que se informa y lo que investiga y, por supuesto, también lo que no se informa y lo que no se investiga, será parte del convenio o contrato del mejor postor, del que paga o del que no paga.
El problema y meollo del asunto de esta reflexión consiste, sin titubeo alguno, reconocer que las noticias y la información que nos llega por los diferentes medios está generada y condicionada por la naturaleza mercantil, legal e ilegal, de dichas empresas, cuyos resultados muchas veces afectan considerablemente, no sólo la ética y credibilidad de los medios y sus trabajadores, sino también el respeto a la integridad personal o grupal de los actores sociales, políticos y ciudadanos, pues cuando los medios mienten, manipulan o censuran la información se está cometiendo un delito que puede y debe ser sancionado por la Ley, sin embargo, este precepto casi nunca se cumple, apareciendo un nuevo caso de impunidad que hoy padecemos en la sociedad, pero cuando un medio informa oportunamente con la verdad, sustentada en una investigación seria y precisa, que sugiere poner en el banquillo de los acusados a los responsables de un delito, puede ser objeto de una felicitación y reconocimiento por un amplio sector de la sociedad, pero también sucede que dicho medio puede ser clausurado, amenazado, despedido o encarcelado su director, golpeados o asesinados sus reporteros y diversos actos que se consideran atentados contra la libertad de expresión, desafortunadamente, la realidad es que todos estos resultados y experiencias vividas en México y en Nayarit, por supuesto, son producto de "negocios" que impone, en la mayoría de los casos, el interés del poder económico y político existente en nuestra sociedad.
Ante esto, es urgente que trabajemos en torno a la legislación federal y estatal que tiene que ver con la creación y funcionamiento de los medios de comunicación, también en el tema de la libertad de expresión y, sobre todo, en los derechos y obligaciones que tenemos los ciudadanos y las instituciones en torno a los medios y la información, urge que la Universidad, la instituciones culturales, educativas y, las organizaciones de la sociedad civil, puedan convertirse en promotores, propietarios o administradores de estaciones de radio, canales de televisión y periódicos que vengan a enriquecer la información y noticias que demanda la población.
Esta es mi opinión, pero ¿Usted que opina?
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