Las ciencias se vuelcan contra la humanidad en el capitalismo

El covid-19 y el maíz transgénico, son simplemente una muestra del uso irracional de la ciencia y la tecnología que el capital hace en detrimento de la salud de la humanidad. Y es que el objetivo del sistema capitalista es la producción de la ganancia, y mientras más se produzca, para ellos es mejor. Pero, ¿Cómo se puede incrementar la producción de la ganancia o plusvalía? Por lo menos de dos formas complementarias: una, mediante la intensificación de la jornada de trabajo vía desarrollo de los métodos productivos y el decremento de los salarios; y la otra, por medio de aumentar el número de rotaciones del proceso productivo. Para ambos casos se requiere desarrollar la ciencia y la tecnología. Sin embargo, parece que moralmente no se cuenta con la misma valoración para cada caso particular. Transgénico es aquello que se obtiene a partir de la modificación genética, a partir del uso de la biotecnología. Y en el propósito de aumentar el rendimiento de leche y de carne, se ha alterado el curso natural de la reproducción animal, del ganado, de los cerdos, de las vacas, etc. Lo mismo sucede con los pollos de engorda y las gallinas ponedoras. En todos estos casos se han reducido los ciclos naturales mediante el uso de la biotecnología para que en el año haya más ciclos productivos. Y como la ganancia se produce por ciclo, entonces de esa manera obtienen mayor masa de ganancia. En este sentido, no veo la diferencia con Monsanto.

A finales de marzo se aprobó la Ley federal para el fomento y la protección del maíz nativo. Algunos supusieron mal, que esta Ley era para detener a las empresas transnacionales de transgénicos de semillas. Y resultó que transnacionales semilleras felicitaron a los legisladores por la aprobación de la Ley. Y es que con esta legislación se dará certidumbre a los productores de maíz y estas empresas seguirán ofertado la semilla mejorada producto del uso de la biotecnología.

El Consejo Nacional Agropecuario, CNA, es integrante del Consejo Coordinador Empresarial. Y las seis empresas transnacionales semilleras han estado por años en el consejo directivo de la AMSAC que es miembro directivo del CNA. Por eso han conseguido privilegios en las leyes relativas a semillas y patentes. Y es que en el capitalismo, y en el capitalismo global, son a las empresas transnacionales a las que se les brindan todo tipo de seguridades para que amasen las grandes ganancias, sin importar si se afecta a la población. Hoy se está viendo con las medidas de los gobiernos del G20, les están abriendo mercado a las grandes transnacionales haciendo quebrar a las empresas medianas y pequeñas. De igual modo sucedió con la Ley de fomento al maíz nativo. Se separa el maíz de sus pueblos y de toda la experiencia campesina con los bancos comunitarios de semilla proveniente del sistema financiero internacional y de las empresas transnacionales. La Ley delimitará áreas geográficas donde las autoridades reconocerán la existencia de sistemas de producción de maíz nativo, quedando el resto del país para plantar las otras semillas de las transnacionales semilleras. El capitalismo no garantiza bienestar. En Fin.