Una falsa sensación de seguridad: Hugo López Gatell
Sergio Mejía Cano
10 de abril de 2020
El hecho de mirar personas en la calle con cubre-bocas o mascarillas tapándoles nariz y boca da en pensar que están enfermas o quieren enfermarse, porque si están sanas lo único que están provocando al utilizar esos cubre-bocas es intoxicarse al estar respirando el dióxido de carbono que exhala el cuerpo humano, así como las bacterias que se generan en la saliva ya fuera de la boca. Pero también dan la impresión de que no ven y oyen noticias ni se documentan a fondo para estar bien enterados sobre el por qué y cuándo se deben de utilizar estas cosas.
Se entiende que lo que expulsa el cuerpo humano ya no debe volver a ser introducido al mismo, porque en cuanto toca el aire comienza su etapa de descomposición. Así que la saliva mientras permanezca en la boca no hay ningún problema, el lío empieza cuando sale, por lo que con el hecho de portar un cubre-bocas sin estar aparentemente enfermo, la saliva que sale cuando se habla se va acumulando en esa mascarilla pudiendo convertirse en foco de infección, así como volver a respirar el aire que se expele en el proceso de respiración que contiene un alto contenido de dióxido de carbono el que en cuanto sale de la nariz o la boca debe dejarse que se expanda en la atmósfera y no ser retenido en una mascarilla que si bien no lo retiene todo en sí, una parte queda en el cubre-bocas por lo que vuelve a ser aspirado. Claro que también se ha documentado que la saliva es curativa y cicatrizante, pero usándola de inmediato como cuando sufre alguien una pequeña cortada en un dedo, en la mano o parte del brazo y que desde luego se lleva uno la parte dañada a la boca de acuerdo a una reacción genética, y ahí sí hace lo suyo la saliva, pero encerrada y acumulada en una mascarilla, pues se hace dañina.
Ya se ha dicho hasta la saciedad por parte del doctor Hugo López Gatell, subsecretario de Salud del Gobierno Federal, que las personas que se consideren sanas no tiene por qué usar cubre-bocas, que en sí la mayoría de nada sirven, como lo son los denominados N95, que son los que más filtran el aire no dejando pasar bacterias o virus mayores a determinada medida de 97 nanómetros, y enfatiza que el coronavirus tiene una medida mayor a esta, por lo que protegen más. Y añade el doctor López Gatell, al igual que otros muchos estudiosos, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que los cubre-bocas únicamente los deben de portar el personal médico, así como quienes estén atendiendo a los enfermos. También ha enfatizado López Gatell, que lo que hacen los cubre-bocas es dar una falsa sensación de seguridad.
Y esto está bien, ya que el cerebro hace lo suyo mediante la sugestión, por lo que si una persona que lo porta se siente así seguro, pues que lo siga usando, pero con el riesgo de intoxicarse al estar en contacto constante con saliva echada a perder y dióxido de carbono. Aunque como quedó dicho, la sugestión podría ser para bien o para mal.
Algo muy curioso y que pone a pensar sobre el actuar de la OMS, es que cuando el presidente norteamericano Donald Trump sugiere que todos los ciudadanos deben de portar cubre-bocas, la OMS sale a decir que es recomendable que lo utilicen toda clase de personas, sanas y enfermas, y hasta hace público este llamado la OMS para que todo el mundo en países de riesgo de contagio se pongan sus mascarillas “protectoras”; aunque ahora la misma OMS ya reconsideró esta sugerencia rectificando a lo que ya había señalado desde un principio: que no era recomendable el uso de mascarillas para las personas sanas. Y entrecomillo “protectoras” porque el mismo López Gatell, así como otros médicos, naturistas y homeópatas, han dicho que los cubre-bocas no son para proteger en sí a quien lo porta, sino a los pacientes para que no se infecten más con la saliva de quienes se les acercan o personal médico en una sala de operaciones no avienten gotas de saliva a un cuerpo abierto con bisturí.
Ahora bien: ¿tendrá la gente en claro cómo y qué hacer para desechar los cubre-bocas utilizados y que por lo regular son de un solo uso? Aunque se dice que ya los hay lavables, los de un solo uso que, aparte de no proteger en lo absoluto, podrían contaminar los contenedores de basura y la basura misma y esta a su vez a los pepenadores y así seguir una probable cadena de infección, no nada más de coronavirus en caso de que exista, sino de otras probables enfermedades aún más contagiosas y peligrosas, porque de que las hay, las hay; que han regresado y están aquí.
Sea pues. Vale.
Comentarios