Nuestros impuestos están trabajando en las casetas de peaje
Sergio Mejía Cano
17 de marzo de 2020
Este domingo 15 del presente mes de marzo al ir transitando como pasajero rumbo a la cabecera principal del municipio de Santiago Ixcuintla, Nayarit, a eso de alrededor de las 15:30 horas al aproximarnos a la caseta de cobro de peaje de la autopista, conocida como la de “El Trapichillo” se mira a un individuo agitando un palo con un trapo en la punta tal vez queriendo simbolizar una bandera agitándola de un lado a otro. Le pregunto a quien va conduciendo que eso qué significa, a lo que me responde el conductor del vehículo que está tomada la caseta por supuestos ejidatarios.
Nadie está en el interior de la cabina de cobro de dicha caseta, sino que a un lado está una persona con una caja de zapatos abierta la que extiende hacia el chofer del vehículo en que viajo, y veo que este chofer le deposita $20.00 pesos, y en cuanto acelera dice como para sí mismo que mejor le hubiera dado nada más diez pesos porque no merecen más; y comenta a sus pasajeros que la gente que pasa constantemente por esta caseta no conoce a estas personas que están en poder de la misma, que antes sí eran campesinos del entorno, pero que a esos los quitaron y ahora están estos que nadie conoce ni saben de dónde habrán salido y venido, pero que ahí están posesionados de la caseta de cobro haciendo su agosto en pleno marzo. Por cierto, a espaldas de una de las cabinas de cobro hay un buen banquete consistente en tostadas tal vez de ceviche o marlín a las que le están haciendo rueda por lo menos unas cinco personas.
Y comenta que cuando dejaron de cobrar en esta caseta oficialmente, los primeros supuestos ejidatarios que se adueñaron de la caseta comenzaron a dar un papel que decía $50.00 pesos de cooperación; ¿cincuenta pesos y cooperación para qué o de qué? Cuenta el chofer que nada más una vez pagó esos cincuenta pesos pero que para la siguiente vez le dijo a quien se los estaba cobrando que para qué era la cooperación, cosa que no le supo responder el recolector de dinero diciéndole que a él nada más lo habían puesto a cobrar, pero que a la mejor la cooperación era para darles de comer a los que se pasaban todo el día ahí en la caseta. Así que el conductor que comentaba esto nos dijo a sus pasajeros que ya nomás dio veinte pesos y que días después ya no estaban dando ese papelito, sino que al pasar por la caseta les decían a los conductores de vehículos que cooperaran con lo que fuera su voluntad y tan, tan.
En la noche, ya al regreso, veo que la caseta tiene luz como si estuviera funcionando de lo más normal, pues los semáforos que indican el paso por dicha caseta están funcionando bien, pero nadie cobra en las cabinas de cobro, sino que por fuera de ellas siguen individuos extendiendo sus cajas de cartón en donde los choferes depositan el dinero para pasar. Y ahora, a espaldas de una de las cabinas en vez de estar degustando tostadas, están dos señoras sentadas en algo y enfrente de ellas tienen un bote de pintura de 19 litros boca abajo en donde se observan varios fajos de billetes y ambas señoras están contando con sus manos otros bonches de papel moneda en donde al pasón alcanzo a ver hasta billetes de $200.00 pesos; pero buen montón de dinero que se ve ahí.
Siempre se ha cuestionado el cobro por transitar por las autopistas debido al supuesto de que si están construidas con dinero de las contribuciones, de los impuesto implementados a la ciudadanía, entonces por qué cobrar peaje y a la vez interrumpiendo el libre tránsito por todo el país consagrado en la Carta Magna. Claro que se aduce por parte de las autoridades que dicho cobro sirve para dar mantenimiento a la cinta asfáltica, y cubrir la seguridad de la gente que transita por ellas a bordo de sus vehículos. Sin embargo, también se ha cuestionado a dónde va a parar todo el dineral que se recolecta en las casetas de cobro de todas las autopistas del país habidas y por haber, mucha gente se ha preguntado que en manos de quién o quiénes queda todo ese titipuchal de billetes que no son poca cosa, y surge más la pregunta cuando se encuentran baches o deterioros significantes en esas autopistas, porque una de las primeras exclamaciones que se escuchan cuando un vehículo se daña en una autopista o carretera libre es: nuestros impuestos están trabajando.
Así que en este tenor en donde ningún comprobante de cobro se da en la caseta de El Trapichillo y otras más, ¿cuál es el destino de todo el dinero que se recauda diariamente? ¿Qué destino se le está dando y a quién beneficia?
Sea pues. Vale.
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