Respirar por la nariz, jamás jalar aire por la boca
Sergio Mejía Cano
03 de marzo de 2020
Es común oír decir por lo regular que para todo hay gente, sobre todo cuando se corren cierto tipo de rumores o hechos circunstanciales, como ahora el caso tan polémico del coronavirus. Y entre los diversos tipos de gente en cuanto a forma de pensar o conducirse, la hay que se deja llevar inmediatamente por situaciones que en alguna forma ve correr algún tipo de riesgo para su integridad física.
Últimamente ha aparecido información respecto a compras de pánico en algunas partes del país por parte de personas que se sienten al borde de un apocalipsis en cuanto a la salud se refiere, y se ha hecho ver en dichas informaciones que debido a esto ya se han visto alterado los precios de algunos productos, como los de los cubre-bocas que, según se ha informado, hasta ya se han escaseado a pesar de haber aumentado considerablemente su precio original.
Es obvio que hay personas muy manipulables, influenciables, que al ver en las noticias y hasta en películas referentes a algún tipo de epidemia fotos, ahora ya en las redes sociales, imágenes y hasta videos con gente con la boca tapada precisamente por cubre-bocas, por lo que tal vez la reacción inmediata de muchas personas sea también cubrirse la boca con esos artefactos que en sí tienen nada más un efecto sicológico pero sin efectividad alguna; pero que para las noticias y para dar más realce a escenas dramáticas, las imágenes con personas con la boca cubierta tienen más impacto que las que hacen ver a la gente sin nada que les cubra el rostro.
Desde siempre se ha dicho que para que las escenas lleguen más a la gente se tienen que simbolizar de alguna forma, como por ejemplo cuando alguien está hablando por teléfono en algún lugar con mucho ruido, y se ve en las películas que quien está hablando se tapa uno de sus oídos y grita al hablar, aunque posiblemente con quien esté hablando al otro lado de la línea esté en un lugar en donde no haya ningún tipo de ruido; igual que si una persona se disgusta con quien está al otro lado de la línea telefónica al momento de colgar golpea el aparato telefónico, cosa que en sí la persona del otro lado no oye un golpe fuerte más que un clic, y ya.
Sin embargo, es común ver, mirar y observar a gente que está hablando por teléfono en un lugar en donde hay mucho ruido siguiendo o copiando la misma actitud que vio en alguna película por lo que se está tapando un oído y está gritando al hablar; así como hay gente que azota el auricular al colgar dando muestras de que está enfadado. ¿Y quién no ha visto a alguien que golpea la puerta al encerrarse en su cuarto o salir de casa con un fuerte disgusto? Desde luego que todo esto no es otra cosa que gente que subliminalmente se ha dejado influenciar por las escenas que ha visto en tele o en el cine. Así que por lo mismo, ahora vemos a infinidad de personas con cubre-bocas porque así lo han estado viendo en las noticias y en películas, y posiblemente lo hacen porque no se informan más allá de lo que vieron, les dijeron o su propia intuición les dicta hacer.
Durante mucho tiempo de niño un servidor padeció de laringitis y faringitis, porque según el médico otorrinolaringólogo, por haberme extirpado las amígdalas a la temprana edad de cinco años, mi laringe y faringe al ya no tener ese muro de contención que significan las anginas y que son las que detienen infinidad de bacterias y virus nocivos, tanto la laringe como la faringe se vieron prácticamente indefensas, pero como el mismo cuerpo hace lo suyo, de ahí las infecciones que hacían inflamar mi garganta; y porque además también se me habían quitado los adenoides, pues peor tantito, así que la recomendación del otorrinolaringólogo fue que me abstuviera de jalar aire con la boca, que siempre procurara respirar únicamente con la nariz, que cada vez que respirara no estuviera abriendo la boca porque por ahí es por donde entra el mayor tipo de enfermedades respiratorias. Igual, me recomendó no limpiar mis oídos introduciendo objetos en el canal auditivo, sino únicamente alrededor de la entrada, porque la cerilla en los oídos es una protección para los mismos, así como los bellos de las fosas nasales.
Con el tiempo le comenté todo esto a una otorrinolaringóloga que me estaba tratando de oídos y garganta, y todo porque tuve que respirar por la boca por estar mormado y no poder respirar bien, a lo que me dijo la otorrino que por más tapada que tuviera la nariz, debería seguir respirando, ya que es una protección para las vías respiratorias.
Sea pues. Vale.
Comentarios