El polémico avión y los problemas de los nayaritas
Carlos Delgado Camacho
18 de febrero de 2020
No hay duda respecto a que aún con su peculiar estilo y a pesar de los esfuerzos que sus detractores hacen para evitarlo, el actual Presidente mexicano continúa manteniendo alto nivel de aceptación entre sus gobernados. Esto evidentemente molesta a sus principales críticos, algunos de los cuales incluso, le reprochan que aún ya ocupando tan alto cargo “siga siendo el mismo”; es decir, que siga hablando, pensando y actuando como lo ha hecho toda su vida, sin ambages, sin poses, sin dobleces, auténtico pues. No los podemos culpar, pues quizá se quedaron acostumbrados y añoran la fina demagogia de CARLOS SALINAS o el estilo histriónico de ENRIQUE PEÑA NIETO; pierden de vista que ahora es otra historia la que se está escribiendo. Pero más allá de lo que digan sus aferrados adversarios políticos y considerando simplemente que ANDRÉS MANUEL es un ser humano con cualidades y defectos como cualquier otro, creo que no es ocioso hacer un análisis serio sobre un rasgo específico de su personalidad en particular y así entender lo que está pasando. En este orden de ideas, me parece que todo mundo reconoce que si hubo un factor que ayudó a este hombre a llegar a la primera magistratura del país fue sin duda SU FUERZA DE VOLUNTAD, SU PERSEVERANCIA, SU TENACIDAD. Esta actitud “tesonera y tozuda” tan fuera de lo común que si bien le fue fundamental para alcanzar la primera magistratura del país, igualmente es evidente que lo está llevando a meterse en conflictos y esto, claro que es preocupante para nosotros sus gobernados. Caso palpable lo constituye el asunto del avión presidencial, mismo del que ahora es evidente, sus asesores no lo informaron debidamente y lo llevaron a tomar y expresar posiciones indebidas. Hoy este tema que es de amplio debate nacional ha tomado proporciones inesperadas que pudieron haberse evitado en su momento con un simple: “ME EQUIVOQUÉ”. Ojalá en el entorno del actual mandatario y para bien de quienes aún creemos que la Cuarta Transformación es factible, haya quien o quienes tengan el ascendiente suficiente para hacerlo entender que si bien “LA OBSTINACIÓN” es necesaria para alcanzar ciertas metas; igual se convierte en obstáculo cuando se requiere de flexibilidad y humildad para reconocer errores. Mis estimados lectores estarán de acuerdo con un servidor respecto a que nuestro país y su progreso, requieren de un “líder” que sea consciente de que no es infalible y que por tanto, necesita rodearse de expertos en todos los temas, escucharlos y tomar buenas decisiones sobre todo en los asuntos complejos que son fundamentales.
Por cierto, el tema del AVIÓN PRESIDENCIAL ha venido ocupando también la atención de los nayaritas durante los últimos días; esto es observable tanto en internet como en las pláticas de cafés, espacios en donde profusamente se comenta al respecto y en los que desafortunadamente se dejan de lado asuntos torales sobre los que debiéramos estar discutiendo a profundidad. Así las cosas, triste resulta observar que incluso en charlas de gente que bien pudiera calificarse como “inteligente y preparada”, se desperdicia valioso tiempo que por cierto, bien podría utilizarse para analizar, discutir y buscar solución a problemas álgidos de nuestro entorno cercano. “El uso racional del agua”, “la grave contaminación que nos rodea”, “El alto impuesto (16%) de la UAN que se nos aplica a los nayaritas y el uso indebido que se hace de lo que se recauda por ello”, “El pobre desempeño de la actual administración estatal y la endeble economía de nuestra entidad” entre otros, debieran ser temas cotidianos del debate social, tanto en el sentido de presionar a las autoridades para que los integren a sus agendas, como también para encontrar las formas como podríamos los ciudadanos coadyuvar a resolverlos. De seguir así las cosas, quizá habría que otorgarles algo de razón a quienes afirman que “lo del avión”, pudiera estarse utilizando como distractor para desviar nuestra atención de asuntos en verdad importantes; esto por supuesto, obliga a que nos hagamos la siguiente pregunta: De ser así… ¿Quiénes tendríamos la culpa?
COROLARIO.- Que ya viene “LA FERIA” de Tepic, mal llamada en su momento “de la mexicanidad”; misma a la que acuden cientos de comerciantes “fuereños” a llevarse la “poca feria” de los nayaritas y a dejar “temblando” el comercio local. ¡Hasta la próxima!
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