Cruceros públicos a nivel con las vías férreas casi siempre bloqueados
Sergio Mejía Cano
30 de enero de 2020
Sobre advertencia no hay engaño, se ha dicho siempre y por lo regular con gran verdad. Cada día crecen más y más las quejas respecto a la interrupción del tránsito vehicular que se generan en los cruceros públicos a nivel en las inmediaciones de la estación del ferrocarril, tanto los trenes o los movimientos de patio que se hacen en las instalaciones ex profeso.
Sin embargo, el descontento de mucha gente se genera al ver interrumpido su paso por estas unidades de ferrocarril obstruyendo los cruceros a nivel habituales ahora para muchas personas que por equis motivos tienen que cruzar las vías férreas sin tomar en cuenta de que, aunque se entienda muy prosaico, la vía fue primero que los asentamientos humanos y toda clase de negocios y comercios que se instalaron al otro lado de las vías férreas.
De acuerdo a comentarios de ancestros tanto familiares como conocidos y allegados, comentan que las vías del ferrocarril se instalaron en su lugar actual a principios de los años 20 del siglo pasado y, desde luego, se consideraban a las afueras de la ciudad de Tepic, lejos, muy lejos de la parte activa de la entonces creciente capital nayarita, quedando la estación al oriente de una población que no rebasaba la antigua calle Mazatlán, hoy P. Sánchez; y según estos ancestros, Tepic al norte tenía el límite del río Mololoa, hacia el sur la carretera federal número 15 denominada como la internacional; al poniente la ciudad no llegaba más allá de lo que ahora es el parque Juan Escutia, así que hacia el oriente que fue donde quedó la estación del ferrocarril más allá de la hoy calle P. Sánchez no había nada más que sembradíos y cañaverales, y para llegar a la estación se hacía por un camino de terracería en lo que es hoy la calle Zapata, porque la Allende no existía en aquel entonces. Lo que existía ya era el templo de “El Purísimo” por la que hoy es la calle Lerdo y una que otra construcción de adobe en sus inmediaciones.
Pero ¿qué pasó? Pues que la mancha urbana se fue extendiendo hacia todos los puntos cardinales, y en el caso del oriente llegaron a hasta la estación del ferrocarril, cuyas vías durante mucho tiempo funcionaron como una especie de dique que servía como contención de que la mancha urbana se extendiera más allá; sin embargo, obviamente que tenía que pasar lo que pasó, ya que debido al crecimiento de la población tuvo que crecer la ciudad al hacerse cada vez más fuerte la demanda de vivienda, por lo que ese antiguo dique emblemático fue rebasado al generarse nuevos asentamientos humanos que se fueron extendiendo cada vez más y más hasta crearse prácticamente otro Tepic más al oriente del otro lado de las vías del ferrocarril; creciendo no nada más la mancha urbana, sino también el parque vehicular cuyos conductores son muchos de ellos los que despotrican cada vez que se quedan varados por estar atravesado ya sea el tren o la máquina de patio haciendo movimientos que en sí, esa es su única función: hacer movimientos dentro de su patio de maniobras.
¿Por qué ahora se bloquean por más tiempo los cruceros públicos a nivel en las inmediaciones de la estación del ferrocarril? Pues porque ahora los trenes son más largos. Hasta febrero de 1998 rigió en la otrora ruta de la costa occidental, el Ferrocarril del Pacífico FCP, el reglamento estándar de transportes en vigor desde el 1° de diciembre de 1951, en donde una de sus reglas, la 829, especificaba claramente que en caso de interrumpir el tránsito vehicular en algún crucero público a nivel cercano a la estación, el tiempo no debería de exceder por más de diez minutos, regla que se tenía que cumplir al pie de la letra; sin embargo, al parecer la nueva generación de empleados ferroviarios no acata a pie juntillas esta disposición, porque de acuerdo a trabajadores del ferrocarril en activo, dicha regla sobre los cruceros públicos sigue vigente, aunque con otro número y letra. Y además, porque el FCP tenía como límite manejar trenes de carga entre Tepic y estación Roseta, Nayarit con un máximo de 90 unidades con todo y cabús y tres máquinas, por lo que un tren de salida o llegada con estas dimensiones medía poco menos de dos kilómetros, cabiendo ampliamente entre el crucero de la Principal y la calle Guerrero; pero ahora la nueva empresa concesionaria del ferrocarril maneja trenes de hasta 120 unidades por lo que no caben entre los cruceros antes mencionados, ya que la longitud de estos trenes rebasa los dos kilómetros, lo que bloquea ambos cruceros.
Sea pues. Vale.
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