Abrevaderos clandestinos

Las declaraciones del presidente municipal de Tepic, Francisco Javier Castellón Fonseca respecto restringir la venta de bebidas alcohólicas hasta las 23:00 horas, despertó sentimientos encontrados en buena parte de la ciudadanía, tanto abstemios como afectos a las bebidas espirituosas; y si bien el señor Castellón Fonseca dijo que era una simple propuesta y que ahí la dejaba para ver si alguien más la tomaba en cuenta y le daba seguimiento, pues eso ya sería otra cosa. Como quien dice, lanzó un buscapiés a ver quién lo pisa.

Es bien sabido por la mayor parte de la ciudadanía adulta y no tanto, que lo prohibido llama siempre más la atención, por lo que de restringirse a las 11 de la noche la venta de embriagantes tanto en bares, restaurantes, así como en depósitos daría pie para que comenzaran a aparecer abrevaderos clandestinos por diversos puntos de la ciudad. Si ya de por sí con el horario oficial establecido se dice que hay venta de vinos y licores las 24 horas del día en la capital nayarita, en caso de que la restricción se hiciese realidad, proliferarían casas y depósitos que bajita la mano seguirían vendiendo tal y como se dice se estila hoy en día en que al parecer todo mundo sabe en dónde se vende en horario después del permitido venden cerveza y vinos de todo tipo, menos las autoridades correspondientes, y si lo saben, pues entonces se hacen de la vista gorda o disimulan el caso, porque ya se sabe que prácticamente todo se puede hacer en esta vida, el trabajo es encontrar el modo.

Sin embargo, entre la declaración que es una simple propuesta según el presidente municipal de Tepic, aduce que así se podrían evitar accidentes, agresiones y desde luego robos. Pero a la mejor Castellón Fonseca no esté consciente de que para que haya accidentes, agresiones tanto de tipo familiar como callejeros y asaltos y robos la gente no necesita estar embriagada para cometer este tipo de tropelías, ya que se dan por diversos tipos y circunstancias del momento en que se llevan a cabo; porque ni modo que unos asaltantes o rateros se tengan que dar valor emborrachándose después de las 23:00 horas para ir a asaltar gente o robar domicilios o para sentarse detrás de un volante e ir a ver si choca otros autos o un árbol o un poste, etcétera; esto sucede a la hora que sea así se estén vendiendo o no bebidas embriagantes; y le puede pasar a todo tipo de gente así esté en su sano juicio o con sus ocho sentidos activos.

Una medida tal de restringir la venta de vinos, licores y cerveza tal vez daría el resultado contrario porque obviamente que habrá gente que esté esperando este tipo de prohibición para hacer su agosto con la venta clandestina.

Porque esto de la aparición de aguajes clandestinos ya se dio y en gran forma en el sexenio como gobernador del estado de Nayarit del licenciado Celso Humberto Delgado Ramírez (1987-1993), al prohibir todos los domingos la venta de cerveza y demás bebidas embriagantes en todo la entidad, por lo que desde luego salieron personas emprendedoras que vieron la forma de cómo hacerse de un dinerito extra estos domingos poniéndose a vender sobre todo cheve en todas sus modalidades ya fuera en sus propios vehículos o en su casa; claro está que por lo regular le vendían a puros conocidos porque se corría el riesgo de que en caso de venderle a algún desconocido éste podría ser un fiscal o formar parte de la autoridad encargada de acabar con la venda clandestina que, por más empeño que le pusieron las autoridades poco pudieron hacer para impedir la venta soterrada. Así que queda completamente claro que cuando algo se prohíbe por lo regular da el efecto contrario, pues brota lo clandestino de inmediato y posiblemente hasta más lugares que los depósitos autorizados. Así que en todo caso sería una medida contraproducente; y más, porque si de lo que se trata es de que la gente no se emborrache, lo más probable es que con este tipo de medidas se embriague más todavía.

Y como para todo hay maña, pronto se corrió la voz como reguero de pólvora de que los trenes de pasajeros que pasaban por Tepic traían cerveza, por lo que muchos tepiqueños esperaban todos los domingos en la estación del ferrocarril la llegada de estos trenes que eran cuatro por día, para surtirse de cerveza y ahí sí la autoridad estatal ni la municipal podían impedirlo por estar los trenes en terreno federal.

Los mismos agentes de publicaciones, que eran los que vendían arriba de los trenes de pasajeros, se dieron gallo con la venta.

Sea pues. Vale.